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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
4 de septiembre de 2006

20 años entre ordenadores: Cassettes de juegos

Hubo un tiempo en el que las cassettes (o cintas) magnéticas eran las reinas del almacenamiento de datos. Al menos en los pequeños ordenadores de 8 bits. Los MSX, como el mío, no eran una excepción. Aunque mi MSX2 Sony HB-F700S tenía disquetera de 3,5 pulgadas, muchos de los juegos más populares del momento para otras plataformas (Spectrum, Amstrad) venían en formato de cinta.

Hoy día parece mentira que aquel invento funcionara. Simples cassettes como las de música almacenando juegos. Para el simple oído humano, la grabación no eran más unos ruidos infernales parecidos a los que pueden oirse durante la fase de conexión de un módem telefónico. Para cargar los juegos en el ordenador podían usarse reproductores normales y corrientes, conectando la toma de salida de audio del aparato directamente a un ordenador. Yo llegué a cargar algunos con mi walkman. En el mejor de los casos el proceso salía bien a la primera y no había que rebobinar la cinta y volver a intentarlo.

Cada juego tardaba unos diez o quince minutos en cargarse. Seguro que los mayores recordáis aquellas espectaculares pantallas de carga y esas rayitas de colores moviéndose. Cuando las rayitas se paraban, mal asunto. Significaba que se habían colado sonidos no permitidos y habían corrompido la carga. Con todo, los juegos en cassette, por lo general, eran de calidad pobre. Casi todos eran conversiones de otros sistemas menos potentes que el MSX. La ventaja era su precio: aquellas legendarias 875 pesetas.

Entre los títulos gloriosos de mi olimpo de las cassettes están ‘Colt 36’, ‘La Abadía del Crimen’, ‘Abu Simbel Profanation’ o ‘Arquímedes XXI’. A cualquier de estos juegos les dediqué incontables horas… Sobre todo cargándolos.



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