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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
16 de julio de 2007

El poder empresarial

Hace siglos, el poder lo ostentaban los jefes de tribu. Estos jefes evolucionaron hacia los primeros reyes de la antiguedad, que a su vez desembocaron en nuevas formas de gobierno siempre absolutistas y de inspiración divina. Todo eso terminó con la Revolución Francesa. El poder lo tuvo el pueblo por primera vez en la historia y era capaz de elegir a quienes debían dirigir la nación.

Esto fue así hasta hace muy poco. Diréis que aún sigue siendo así. En parte sí, porque la verdad es que el poder omnipresente de las empresas comienza a ser más que evidente. No me lo estoy inventando yo. Teóricos anti-neocapitalismo como Chomsky o Naomi Klein alertan del papel predominante que el sector privado va teniendo en aspectos básicos de nuestra sociedad. En países donde el régimen ecónomico neo-liberal está más desarrollado, como por ejemplo los Estados Unidos, grandes corporaciones empresariales tienen ya el control de buena parte de los servicios públicos. El ejemplo más paradigmático es el de la industria farmaceútica, que trata asuntos tan básicos como la salud. Me sigue pareciendo sorprendente que algo así esté en manos privadas (recuerdo: maximizar beneficios y ley de oferta y demanda) y que no esté lo suficientemente bien regulado como debiera. Quizás en Europa la fiebre privatizadora sea de menor escala, pero países tradicionalmente estatalistas como Francia, están comenzando programas de privatización a gran escala.

La solución de privatizar es una solución cómoda a los problemas de un Estado. Se externaliza el servicio y el Estado se lava las manos. Existe el mito de que lo privado funciona mejor que lo público. No voy a entrar en ese debate, porque hay casos de todo tipo. Lo único indiscutible es que cada día hay más precariedad laboral, los empleados muchas veces no están lo suficientemente preparados para desempeñar tareas o la empresa escatima su inversión en recursos humanos en aras de un mayor beneficio.

Desde mi punto de vista, las privatizaciones son erróneas por definición. Sé que voy en contra de la corriente económica actual, y que sin privatizaciones no se puede competir, pero posiblemente en el futuro nos arrepintamos y haya que dar marcha atrás.

  1. Estoy totalmente de acuerdo en la necesidad de servicios públicos y también en que lo público no tiene por qué funcionar mal (algo sé de algún sector). Lo que si debería hacer la gestión pública es aprender de la privada a maximizar recursos (se despilfarra mucho donde no es necesario y se escatima donde debería invertirse más).

    Discrepo un poco del enfoque de la segunda parte. Fíjate que dices:

    «grandes corporaciones empresariales tienen ya el control de buena parte de los servicios públicos».

    Para ti son (o deberían ser) servicios públicos que han caido en manos privadas, pero en realidad ningún servicio es intrínsecamente «público», sino que el acuerdo de una comunidad lo convierte en tal. Y, para muchos estadounidenses, ni lo son ni deberían serlo nunca. Por la misma razón por la que permiten las armas, por un «yo me lo guiso, yo me lo como, y cada cual que se busque la vida» radical pero supongo que coherente.

    Dicho por bufón el 18 de julio de 2007 a las 11:40

  2. Sí, es cierto lo que dices, pero el que servicios que a ojos europeos son y deben ser públicos, en los Estados Unidos no lo son. Esto conlleva que, como ocurre con la sanidad, la justicia o simplemente el transporte, si no tienes dinero, no tienes acceso a servicios que, por lógica de la democracia, de los estados modernos e incluso de los Derechos Humanos, te corresponde.

    Para mí, todo servicio elemental para el correcto funcionamiento de una sociedad debe ser estatal para no estar sometido a las leyes del mercado.

    Dicho por Ricardo el 18 de julio de 2007 a las 14:27



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