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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
10 de junio de 2021

Nadar entre dos aguas en tiempos de coronavirus

Nadar a contracorriente es complicado, nada contra dos corrientes es prácticamente imposible. Durante casi un año y medio he luchado contra el gigantesco torrente de “información” escupida por los medios de comunicación de forma unánime acerca de la pandemia del COVID-19 –con una tendencia preocupante a la alarma y al tremendismo tal y como ocurre con muchos otros temas– intentando en vano encontrar información seria y alternativa que no cayera en el “negacionismo” ni en las teorías chuscas que circulan por las redes sociales extendiéndose como la basura que son.

Prácticamente desde que se decretó el estado de alarma el 14 de marzo de 2020 quería escribir una reflexión que, a buen seguro, es compartida por más personas. Estoy convencido de que hay mucha gente cabal y razonable que piensa por sí misma y que no estuvo ni está de acuerdo con las medidas tomadas por los diversos gobiernos, autonómicos, nacionales o locales de todo pelaje para combatir el coronavirus pero que tampoco, insisto en esto, han caído en teorías absurdas sobre el virus, su letalidad o las vacunas.

A la vez que posponía esta escritura también iba madurando las ideas, aunque con un fundamento que no ha cambiado: la desproporción legal y social de las medidas tomadas por muchos gobiernos de países y, en especial, por el gobierno español, ajustando con calzador al ordenamiento jurídico algunas cuestiones, como un estado de alarma “supervitaminado” que según numerosos juristas rebosaba lo establecido en la Constitución Española.

Otro de los asuntos que he ido “rumiando” a lo largo de meses es la utilización de mascarillas en exteriores. Sin entrar en que la mayor parte de nosotros la utilizamos mal y por tanto baja mucho su efectividad (entra o sale aire por donde no debe, la tocamos demasiado, se cae por estar demasiado floja, etc), la propia OMS en su página web dedicada a este tema no establece recomendaciones sobre su uso al aire libre. Es fácilmente comprobable en esta dirección, donde se recomienda lo siguiente:

“En las zonas donde circula el virus, se deben usar mascarillas cuando se está en lugares concurridos, donde no se puede estar al menos a un metro de distancia de los demás, y en habitaciones con ventilación deficiente o desconocida. No siempre es fácil determinar la calidad de la ventilación, que depende de las tasas de renovación de aire, de aire reciclado y de aire fresco del exterior. De modo que si tiene alguna duda, es más seguro usar una mascarilla. […] En entornos públicos cerrados, como centros comerciales, edificios religiosos, restaurantes, escuelas y transportes públicos concurridos, debe usar una mascarilla si no puede mantener la distancia física con los demás.”

Es evidente que las recomendaciones de la OMS no van en la misma línea que la legislación sobre la “nueva normalidad” dictada por el gobierno español, que establece que la mascarilla ha de llevarse en todo lugar y momento, dejando muy pocas excepciones, como la exención mientras se realiza ejercicio físico.

Y el hecho definitivo que me ha llevado a escribir ahora es un libro que a priori, porque todavía no he terminado de leerlo, recoge muchos de estos pensamientos míos de tantos meses sobre la tercera vía y nadar contra dos corrientes poderosas. Su título es ‘Covid-19. La Respuesta Autoritaria y la Estrategia del Miedo’. Por primera vez desde que todo comenzó he encontrado reflexiones similares a las mías, mucho mejor argumentadas y documentadas, y añade algunas más bastante interesantes, como la monopolización de las protestas contra las medidas del gobierno español por parte de la derecha y la ultraderecha. Quizás haga una reseña de este ensayo cuando finalice su lectura.

Otro de los aspectos “chirriantes” en las medidas anti-covid es el celo excesivo con el que las diferentes fuerzas del orden (me da lo mismo una que otra) han vigilado y vigilan el cumplimiento de las medidas, a menudo provocando situaciones poco deseables y con un afán sancionador que, afortunadamente, ha sido corregido a la hora de tramitar las propuestas de sanción impuestas por los agentes, archivándose la mayoría o llegando a un punto en el que es imposible su cobro por no estar legalmente fundamentadas.

La conclusión a la que me lleva esta reflexión sobre lo ocurrido en los últimos meses es bastante inquietante, porque es la historia de cómo una sociedad moderna del primer mundo, con todo tipo de información a su disposición, no es capaz de levantar la voz, armar un movimiento organizado de reacción contra las medidas ni tener un espacio en los medios me parece desesperanzador. Máxime cuando muchos disparates y teorías tontas sí lo han tenido (aún resuenan los “cacerolos” y las entrevistas a Miguel Bosé). La única esperanza que nos queda es haber aprendido de estos “errores” y que la sociedad civil despierte cuando sufra recortes o supresión de derechos fundamentales en una democracia moderna como se supone que es la nuestra.

14 de marzo de 2014

Nueva prospección en el pop independiente nacional

De vez en cuando me gusta traer al blog algunas de las propuestas musicales que mis continuas prospecciones musicales me hacen descubrir. Escarbando por ahí me encuentro nuevos grupos –sí, cada vez son más– que merece la pena escuchar. La escena del pop independiente nacional tiene la cualidad de ir regenerándose cada cierto tiempo para mostrar nuevos sonidos, algunos más arriesgados que otros, que se superponen (no siempre sustituyen) a los ya consagrados lo que hace que haya variedad de generaciones y de puntos de vista.

Lo que hoy os traigo son cuatro bandas: Pablo Und Destruktion, Tremenda Trementina, Aurora y Los Amantes. Todos ellos son buenos ejemplos de lo que os estoy contando. La atractiva y extraña visión irónica del mundo de los asturianos Pablo Und Destruktion me atrapó desde la primera escucha. Acaban de publicar su primer disco de título ‘Sangrín’ en el que mezclan letras interesantes, surrealistas y costumbristas con una música a medio camino entre el folk, el pop y el kraut. El clip de ‘Limónov, desde Asturias al infierno’ es un compendio perfecto de esta inclasificable banda:

Tremenda Trementina es un grupo que ya conocía desde hacía tiempo. Los navarros liderados por Adriana de la Fuente (hermana de Patricia de la Fuente, cincuenta por ciento de Souvenir) están a punto de sacar su segundo álbum. De momento nos dejan un adelanto llamado ‘Sangre pop’. Es un tema de pop clásico de los de toda la vida. A lo mejor por eso nos gusta tanto…

La tercera propuesta de hoy son los granadinos Aurora. El año pasado presentaron su disco de debut, ‘Géminis’. Aún no he tenido oportunidad de escucharlo, pero la canción y el videoclip de ‘Islas’ me ha dejado enganchado. Me ha parecido original y muy bueno. En la producción está Banin de Los Planetas. Como digo el clip es para verlo:

Terminamos con una vieja –viejísima, espero que no se enfade– conocida. La castellonense Patricia Escoin es posiblemente una de las personas más inquietas dentro del mundo de la música pop española. Siempre midiendo sus pasos con inteligencia, debutó con Los Romeos a finales de los ochenta. Ya en 2006 montó Lula, con el que nos ofreció un buen puñado de buenas canciones. Su último proyecto, creado en 2011, se llama Los Amantes. El clip que os pongo a continuación corresponde con el tema ‘Cien años’ de su segundo álbum ‘Traiciones’.

24 de febrero de 2014

‘Operación Palace’, la imaginación televisiva al poder

Al igual que mucha otra gente, ayer por la noche estaba expectante frente al televisor para ver el reportaje que Jordi Évole, al margen de ‘Salvados’, había ideado sobre el golpe de estado del 23F. Prometía ofrecer novedades que harían tambalear la historia oficial. Y efectivamente, así fue. Évole hizo tambalear la historia de la televisión en España y de las redes sociales, especialmente Twitter. Porque lo que realmente se ofreció fue un magistral falso documental acerca del supuesto montaje que supuso la entrada de Antonio Tejero en el Congreso de los Diputados aquella tarde de 1981. Según esta ficción, todo fue urdido por las fuerzas políticas e institucionales para reforzar la figura deteriorada del Rey y, en general, de la joven democracia española.

Nada más comenzar la emisión comencé a sospechar. Y no lo digo por decir, hay testigos de ello. Fundamentalmente fueron tres las cosas que me «chirriaron»:

La primera, el hecho de que todo el asunto se destapara a partir de la desclasificación de unos documentos de la CIA norteamericana, donde se explica toda la operación. Un evento de tal calibre que, en el momento en que se hubiera producido, habría sido un bombazo informativo que llevaría a la primera plana de todos los medios informativos nacionales e incluso internacionales. Evidentemente esto no fue así.

La segunda. ¿A quién se le ocurriría contratar a un director de cine para plantear una operación que es, en todo caso, misión de los servicios de información y del ejército? No es lo mismo contratar a Stanley Kubrick para filmar el falso alunizaje del Apollo 11 –entiendo que es un guiño al documental ficticio ‘El Lado Oscuro de la Luna’, que ya vi y comenté por aquí hace años– que a José Luis Garci para una operación política de esa envergadura y trascendencia.

Y tercero. Todos los políticos entrevistados que aparecen en ‘Operación Palace’ están retirados de sus cargos y siempre estuvieron en un segundo nivel. Quizás Felipe González o Alfonso Guerra le habrían dado otro lustre a la historia. Por cierto, dos de los entrevistados son personajes ficticios y ambos representan a servicios de información. El de la CIA y el del CESID. Este último –Antonio Miguel Albajara– toma el nombre del que tiene Antonio Ferrandis en ‘Volver a Empezar’.

Por todo esto, exactamente 14 minutos después de comenzar, tenía claro que lo que estaba viendo era un magnífico montaje de Jordi Évole, una travesura televisiva inofensiva –al fin y al cabo aquel suceso no supuso ninguna tragedia personal– pero que parece que ha enfadado a muchos y ha removido de manera inédita los mentideros en internet. Muy probablemente el efecto ha sido el buscado y el debate sobre televisión y veracidad se ha abierto, lo que me parece sano e interesante. Bien por Jordi Évole.

20 de febrero de 2014

Facebook y el declive

Hay dos acontecimientos en las últimas semanas que nos hace pensar que el dinosaurio Facebook comienza a dar signos de agotamiento. Posiblemente vivimos ahora mismo la cima en la popularidad de la red social, su máximo de usuarios posibles. Como diría un economista, el mercado está saturado. El usuario de internet es increíblemente volátil, mucho más en una red social, donde el servicio no es posible sin los demás. Son su materia prima. ¿De qué me sirve tener Facebook si mi círculo de amigos y familiares no lo tienen? Los recientes escándalos de espionaje destapados por Edward Snowden han hecho que todos los servicios de internet proporcionados por empresas norteamericanas sean potencialmente sospechosos. Facebook ya no es simpática.

El primero de esos dos acontecimientos que comentaba al principio es la publicación el 17 de enero de un «paper» de la Universidad de Princeton. Un estudio realizado por John Cannarella y Joshua A. Spechler bastante interesante (‘Epidemiological Modeling of Online Social Network Dynamics’ [PDF]). En él se ofrece un análisis curioso de la evolución de la red social de Zuckerberg, comparándolo con una epidemia de cualquier enfermedad. De hecho su forma de captación es muy parecida. Según el texto habríamos superado ya el pico de usuarios y el declive sería ya un hecho. También se ofrece un hecho ya pasado e incontrovertible: el ejemplo de MySpace. La curva es básicamente la misma y su pico tuvo lugar a finales de 2007. Hoy día su influencia es residual.

El segundo es la noticia que saltó ayer mismo. La compra de WhatsApp por parte de Facebook por una cantidad aún no muy clara de dinero pero que puede acercarse a los veinte mil millones de dólares. Es complicado saber cómo responderán los usuarios del cliente de mensajería móvil más popular del mundo. En parte depende de como se gestione la absorción e integración en la red social. Posiblemente muchos no esperarán y se darán de baja. Parece complicado que pueda rentabilizarse esa enorme inversión. Quizás haya sido un paso en falso.

Todavía hay muchas dudas y las alternativas para los disidentes son bastantes (Line, Telegram, WeChat, Spotbros o Google Hangouts entre otros), con lo que se corre el riesgo de fragmentación y por tanto de fracaso de todo un sistema. En sí, el futuro del modelo de red social como concepto monolítico es incierto. Es probable que estemos viviendo el principio de un cambio en las comunicaciones y los servicios a través de internet. ¿Pequeños servicios independientes integrados entre sí?. Algo se mueve, pero no sabemos hacia donde.

Es curioso, pero el 1 de enero de 2008 escribí ya sobre la posible muerte de Facebook, justo cuando comenzaba a ser popular…

8 de enero de 2014

‘Sherlock’: Resolviendo la falsa muerte de Holmes

Hoy hace tres años que vi –y escribí sobre ello– por primera vez ‘Sherlock’, la serie de la BBC. Había sido emitida originalmente el verano del año anterior (2010), y la descubrí buscando información sobre las mejores series de la temporada. Por entonces ya fue calificada como una de las mejores producciones de ficción de la BBC en mucho tiempo. Y desde luego a mi también me lo pareció. Desde aquel día de enero, los que somos fans esperamos mucho y vemos poco. Los tres episodios por temporada saben a muy poco, pero tal vez sea eso lo que nos hace esperarla con tanto interés. En enero de 2012 se emitió la segunda temporada y –para no variar–, dos eneros después nos llega la tercera.

Este primer capítulo –de título ‘The Empty Hearse’— ha sido especialmente esperado por el final de la anterior, donde vemos a Sherlock Holmes como se arroja al vacío desde la azotea del Saint Bartholomew’s Hospital de Londres. Sabemos evidentemente que sigue vivo, pero no cómo demonios se las ha ingeniado para engañar a todos. El riesgo de defraudar a la afición es un riesgo que una serie como ‘Sherlock’ siempre ha esquivado. Encontrar una explicación convincente al simulacro de suicidio es quizás el reto más complejo a la que haya tenido que enfrentarse. Y lo cierto que los guionistas Mark Gatiss y Steven Moffat resuelven convincente e inteligentemente y sin trampas, firmando un episodio ingenioso, irónico, ágil y muy entretenido.

Como siempre, la realización es impecable y la trama perfecta. Puede que el capítulo hubiera dado un poco más de sí con un argumento central algo más profundo al margen de la reaparición de Sherlock Holmes, pero eso lo dejamos para los dos episodios siguientes…

11 de noviembre de 2013

‘Mongolia’ y la exploración de los límites

Muchas veces, y tras ver la cantidad de injusticias que se cometen a sabiendas diariamente por parte del poder con la excusa de la crisis, la única vía de escape que nos queda es el humor. Y dentro del humor la sátira. Quizás por eso los artífices de la revista ‘Mongolia’ se lanzaron en marzo de 2012 a una piscina en la que no se sabía si habría agua. Afortunadamente estos kamikazes han salido ilesos hasta el momento, publicando mensualmente desde entonces en papel, en pleno retroceso de este formato. La razón la desconozco, pero ‘Mongolia’ no es sólo una especie de ‘El Jueves’ de nuestra generación, sino una forma de protesta contundente que en papel se hace mucho más visible hacia los demás. Es una «revista-pancarta» si se me permite el híbrido, como lo fue en su momento ‘El Papus’ o mejor ‘Hermano Lobo’, salvando las distancias. Es más, el uso de colores vivos, de grandes cuerpos para las tipografías de la portada y el uso subversivo de la manipulación gráfica de marcas conocidas abundan en esa sensación. Por cierto, estupendo trabajo de maquetación y diseño.

Desde el principio se ha caracterizado mostrar en sus portadas criticas brutales, centrándose casi siempre en los muchos tabúes políticos y sociales que aún quedan en España. El Rey, Franco, las Infantas, ETA, las religiones, los políticos de turno… Todos han sido diana y objeto de burla y crítica sin piedad. Hasta la fecha ninguno de sus números ha sido secuestrado, pero sí ha sido vetado en muchos quioscos, en El Corte Inglés y hasta en Facebook. En los quioscos y grandes superficies donde se vende suele estar bastante escondido. Una de las novedades que aporta la revista y que otras publicaciones del mismo género no tienen es que cuenta con una sección de investigación «seria» que ha ofrecido exclusivas, como los correos electrónicos de Urdangarin, prohibidos judicialmente.

Está claro que uno de los objetivos de ‘Mongolia’ es explorar los límites de la libertad de expresión, entrar en esas zonas grises que las generaciones anteriores han convenido en no tratar. Pero esas generaciones no son la nuestra y comienza a despuntar otra forma de hacer las cosas y otro modo de enfocar los temas de siempre. Ahí están Jordi Évole con ‘Salvados’ o Javier Gallego y su ‘Carne Cruda’. ‘Mongolia’ también aportan su granito de arena a esta necesaria e inevitable Segunda Transición, no sólo política, sino también social y cultural.

28 de octubre de 2013

Recuerdos de Lou Reed

La semana pasada escuché después de bastante tiempo –tal vez años– ‘Perfect Day’ de Lou Reed. Es una de mis canciones favoritas de siempre desde que la oí por primera vez en la película ‘Trainspotting’. En aquellos años –mediados y finales de los noventa– la escuché bastante. Tenía la banda sonora de la película y ese era uno de mis momentos favoritos. Pero mi primer recuerdo de Lou Reed no fue musical, sino aterrador. Era 1986 y desafortunadamente vi en la tele un videoclip que me dio bastante miedo. Yo tenía nueve años y, a pesar de que sabía que aquello era un animatronic, la sensación de ver al bueno de Lou arrancándose la carne se me quedó grabado. Mucho tiempo después descubrí que se trataba del tema ‘No money down’ del olvidable disco ‘Mistrial’.

Fue en 1997 cuando de verdad descubrí al Lou Reed que me entusiasmó. Y, como me suele ocurrir, fueron sus primeras composiciones las que más atrajeron mi atención. El disco ‘The Velvet Underground & Nico’ estaba compuesto casi en su totalidad por Reed. Más que una banda, «la Velvet» fue un colectivo de artistas metidos a hacer música, a veces delicada, a veces ruidista, pero siempre llena de poesía y vanguardia y donde las ideas y las ganas de innovar eran mucho más importantes que la pericia con los instrumentos. Como muchos sabréis, en este colectivo estaba Andy Warhol, que diseñó la famosa portada del plátano. Se publicó en 1967. Aquel año, pasar a la historia de la música no debía de ser nada fácil. Los Beach Boys habían publicado hace poco ‘Pet Sounds’ y sus Buenas Vibraciones estaban revolucionando el pop, los Beatles se habían transformado en el Sargento Pimienta y la Banda de los Corazones Solitarios, y los Rolling Stones también se habían transmutado en Sus Majestades Satánicas. A pesar de la dura competencia, ‘The Velvet Underground & Nico’ está considerado uno de los mejores discos de pop-rock de todos los tiempos y su sonido sigue estando muy vigente.

Del Lou Reed en solitario, ‘Transformer’, con su cara A prácticamente perfecta es un monumento enorme a la música. Sólo por ‘Walk on the wild side’ y ‘Perfect day’ ya merece la pena, pero ‘Vicious’ o ‘Andy’s chest’ no son precisamente relleno. La cara B, menos evidente, también cuenta con temas notables como ‘Satellite of love’… Una discografía extensa no se resume en unas pocas líneas. Lo mejor es que cada uno escuche y recuerde, rememore sus temas favoritos.

Pero vamos con unos clips. Primero con composiciones de Reed para la Velvet Underground. Esto es ‘Femme fatale’ en una grabación de 1967 y canta Nico con Lou a la guitarra:

‘Venus in furs’, también del mismo disco:

Otro excelente tema de Lou Reed para la Velvet. La genial ‘All tomorrow’s parties’. De nuevo con la voz de Nico:

‘Perfect Day’ (1973), ya en solitario, en la versión que hizo junto a otros conocidos intérpretes en 1997 para una iniciativa benéfica de la BBC:

Para terminar, una vuelta por el lado salvaje. ‘Walk on the wild side’ (1973):

Y no me resisto a poner la versión que hizo Albert Pla, muy a su manera:



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