Los Manics vuelven a estar en forma
La carrera de la banda galesa Manic Street Preachers es accidentada y repleta de altibajos. A pesar de estas irregularidades me parecen uno de los grupos más admirables del panorama internacional y también uno de mis favoritos. Esto no significa que no se les pueda críticar, a veces con razón, de mantener una pose política un tanto falsa. Comprometidos desde el principio con las posturas izquierdistas, siempre han incluido en sus letras proclamas, unas veces con más fortuna que otras. Quizás según avanzan los años esta postura sea más una pose que una realidad.
El primer disco que escuché de los Manics fue ‘Everything Must Go’ (Sony-BMG, 1996). Por entonces ya habían publicado tres trabajos ‘Generation Terrorists’ (1992), ‘Gold Against The Soul’ (1993) y ‘The Holy Bible’ (1994), con el que obtuvieron el reconocimiento de la crítica especializada. Pero en ‘Everything Must Go’ dieron un giro a su estilo. Su principal mérito fue combinar magistralmente las guitarras poderosas junto con una sección de viento que formaba un muro de sonido impenetrable que daba un toque épico a la vez que una combatividad creíble. Las melodías y las letras son de lo mejor y así fue reconocido por el público. Sin duda es uno de los mejores discos de los noventa. ‘A Design for Life’, ‘Australia’ o la titular fueron temas imprescindibles de esta época. Y los que no los conocían todavía los conocieron con ‘This is My Truth, Tell me Yours’ (1998), el álbum quizás más célebre de los de Gales. Sus canciones fueron utilizados para spots publicitarios hasta la saciedad e incluso Televisión Española lo usó en una de sus promociones (concretamente ‘Tsunami’). Otros cortes memorables fueron la emotiva ‘If You Tolerate This Your Children Will Be Next’, sobre la tolerancia frente al avance de la ultraderecha y basado en un cartel español de propaganda republicana, ‘You Stole the Sun From My Heart’ o ‘The Everlasting’.
Pero tras la cima llego la lenta (o no tan lenta) caída de la banda. En 2001 llegó el flojo ‘Know Your Enemy’ con algún tema destacable como ‘So Why So Sad’, pero en general olvidable. Tres años después ‘Lifeblood’ (2004) nos hizo perder la fe en la banda. Apenas le presté atención. Sólo ‘The love of Richard Nixon’ merecía algo de interés.
Hace tan sólo unos pocos días se publicó ‘Send Away the Tigers’. Reconozco que me acerqué a este disco con bastante escepticismo. No esperaba gran cosa, pero he aquí que me encuentro con un buen disco. Un resurgimiento que bebe de las mismas fuentes que los mejores álbumes de la banda que puede reconocerse claramente en cada uno de los temas. Buenas melodías (mejor que las letras) como en los buenos tiempos. El primer sencillo es ‘Your Love Alone Is Not Enough’ en el que colabora Nina Persson de los Cardigans, poniendo el contrapunto delicado a un tema contundente.