El País del siglo XXI
Hace unos días se anunció que el diario El País cambiaría para adaptarse a los tiempos que corren. Se hablaba del día 30 de septiembre. Pero ¿en qué cambiará? ¿Se quedará en un mero lavado de cara? ¿Se modificará la ya emblemática cabecera? ¿La tipografía?
Es difícil saberlo. Al igual que es difícil establecer cuales deben ser las características de un diario escrito de hoy día. Con el auge de los medios electrónicos, los de papel se están quedando atrás poco a poco. Es indudable que tarde o temprano desaparecerán o quedarán reducidos a algo testimonial. Pero esa desaparición será lenta y directamente proporcional al auge de dispositivos portátiles realmente eficaces que sustituyan al papel, que, de momento, es el más portátil de todos.
He elaborado una lista con las que, según mi parecer, son las características que debería tener un diario en papel del siglo XXI:
- Mayor participación de los lectores. Los ciudadanos deben tener un lugar destacado. Textos, opiniones, fotografías. La técnica, como los móviles con cámara, ha permitido que cualquiera pueda ser un periodista accidental. Ningún medio puede desdeñar este potencial. El lector sentirá que su periódico habitual está más cerca de las inquietudes reales de la gente.
- Más espacio para elementos visuales. No sé si por desgracia o por suerte vivimos en la sociedad de la imagen. Si echamos la vista atrás, en el siglo XIX los diarios eran interminables columnas de texto impensables hoy día. Las fotografías, los gráficos estadísticos y las infografías en buena medida sustituirán al texto puro y duro.
- Grandes secciones de opinión y análisis. A falta de inmediatez, la prensa escrita cuenta con una ventaja frente a medios como la televisión. Cuentan con más espacio para desarrollar las noticias, aportando diferentes puntos de vista, analizando el por qué y las consecuencias de lo que sucede en el mundo. Otra baza importante es la aportación de la opinión de grandes firmas de prestigio reconocido.
- Aportar recursos para ampliar información. El espacio de un diario de papel es limitado, por eso debe ofrecerse al lector recursos como enlaces de internet o bibliografía que permitan expandir la noticia o el análisis más allá del artículo concreto.
- Un «diario limpio». Compromiso con la ecología. Los diarios en papel son la antítesis de la ecología. La fabricación del papel y de la tinta no es precisamente limpia. El fomento para el desarrollo de técnicas de fabricación sostenibles parece una buena idea.
Si alguien de PRISA lee esto (cosa que no creo), estaría bien que lo tuvieran en cuenta.