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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
22 de julio de 2007

Patty Hearst

La famosa imagen de Patty Hearst

Estos últimos días he estado escuchando con mucho interés el nuevo disco de los siempre sorprendentes Stereo Total. En su trabajo, llamado ‘Paris-Berlin’ dedican un tema a Patty Hearst, cuya extraña historia merece ser contada y pasa por ser una de las más estrambóticas del mundo de las bandas terroristas. Patricia Campbell Hearst es la nieta de William Randolph Hearst, uno de los mayores magnates de la prensa a nivel mundial y uno de los inspiradores de la mítica película de Orson Welles ‘Ciudadano Kane’.

Todo comienza cuando la noche del 4 de febrero de 1974 un grupo de personas entra en el apartamento de Patty, situado en Berkeley (California), para llevársela a punta de pistola. Cuando el grupo reivindicó el acto mediante un comunicado, el mundo se enteró de que se trataba de un singular grupo terrorista psicodélico de extrema izquierda (marxista-leninista) llamado Ejército Simbiótico de Liberación (SLA en sus siglas en inglés). Su símbolo era una cobra de siete cabezas y detrás de él se escondían poco más de quince «activistas», en su mayoría estudiantes universitarios izquierdistas que mezclaban el imaginario de los guerrilleros latinoamericanos con un hippismo genuinamente californiano.

Con el secuestro de Patty, el SLA buscaba poco más de publicidad. La primera de las exigencias para su liberación fue la excarcelación de dos militantes del SLA presos en el penal de San Quintín. Por supuesto, se hizo caso omiso. La segunda fue que el padre de Patty y heredero del imperio Hearst donara 70 dólares en comida a todos los californianos pobres. La familia accedió a esta segunda exigencia. Lo cierto es que Patty durante su cautiverio terminó por simpatizar con las ideas de sus captores y se unió a ellos. Sobre el motivo de un acto tan irracional, se baraja la posibilidad de un lavado de cerebro o de síndrome de Estocolmo. Bajo el nombre de guerra de «Tania», Patricia Hearst pasó a empuñar un AK-47 para luchar contra el fascismo, el imperialismo, el capitalismo y en favor de los pobres y del amor libre.

Tan sólo dos meses y medio después de su secuestro, las cámaras de seguridad del banco Hibernia de San Francisco capturaron la imagen de Patty formando parte de un «comando» atracador. A partir de aquí se sucedieron los actos terroristas. Dos años después fue detenida en Nueva York. Fue condenada a diez años de cárcel, pero el entonces presidente Jimmy Carter redujo su condena y cumplió menos de dos. Posteriormente Bill Clinton la indultó.

La historia de Patty Hearst queda ya como un recuerdo de los locos años setenta. Una década de activismo donde se mezclaba la psicodelia, las ideas de izquierdas, los hippies, la lucha contra la guerra de Vietnam y sobre todo, mucha ingenuidad.



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