‘Kelin’
Ya sabéis de mi gusto por las filmografías de países exóticos. Hoy hemos de añadir un nuevo país a esta ya larga lista. Se trata de Kazajistán, un –para nosotros– ignoto país del que no sabemos absolutamente nada (ni siquiera sabemos bien como se escribe en castellano) y que está en la confluencia entre oriente y occidente, entre el mundo del lejano oriente y el de las estepas siberianas. Por supuesto, de la industria cinematográfica tampoco sabemos nada más allá de esta muestra. La película en cuestión se llama ‘Kelin’ y fue realizada en 2008 por Ermek Tursunov. Tursunov proviene del mundo de la televisión, donde había desarrollado hasta ahora su carrera como productor y guionista.
‘Kelin’ se desarrolla en los impresionantes exteriores naturales que ofrece la cordillera Altai, repleta de bosques y riachuelos. Aunque en ningún momento se especifica el momento histórico en el que transcurre la historia, quizás podemos hablar del siglo XVIII, XIX o incluso principios del XX. Realmente poco importa, ya que Tursunov nos muestra el Kazajistán más tradicional, donde las familias son nómadas y viven en estrecho contacto con la naturaleza. Una de las particularidades del film es que sólo se pronuncian un par de palabras en todo el metraje, acentuando la universalidad de la trama contada. Creo que es un gran acierto.
La película cuenta la historia de Kelin, una chica joven que llega a la edad de casarse. Pero el hombre al que quiere no consigue hacerse con ella debido a que otro pretendiente ofrece una dote mayor (así se las gastaban). Ambos hombres serán rivales irreconciliables. Mientras tanto Kelin inicia una nueva vida con su marido y su nueva familia, compuesta por el hermano pequeño de éste y por la que parece ser su madre, una anciana chamán que atesora todas las tradiciones de una cultura ancestral repleta de supersticiones.
La cinta está bien contada, con eficacia y parquedad, y con mucho sitio para la sorpresa gracias a un buen e imprevisible guión, una buena fotografía, aunque con actuaciones algo flojas. En definitiva, una buena película para aficionados a la antropología y al cine exótico. Fue seleccionada por su país para los Oscars de Hollywood de 2010 en la categoría de habla no inglesa, aunque no quedó finalista.