Gasolina al fuego
Tras los atentados de la pasada semana en Londres, varios gobiernos europeos han dedicido tomar medidas para ‘blindar’ (si esto es posible) sus fronteras, suspendiendo el tratado Schengen, controlar las comunicaciones por teléfono e internet y aumentar la vigilancia en lugares sensibles como aeropuertos o estaciones de transporte público.
¿Estas medidas evitarán que los terroristas puedan volver a atentar? Mi opinión es que no. Sobre todo cuando nos acabamos de enterar que los suicidas que cometieron los atentados de Londres eran ‘chicos normales’: un profesor, un diplomado universitario… que ni sus familias conocían sus actividades. Gente aparentemente integradas en la sociedad. Británicos de nacimiento. Por tanto, el terror es invisible e inevitable.
Existe una parte de la sociedad musulmana europea que ha gestado a lo largo de los últimos años un odio creciente hacia occidente. Acciones como la guerra de Iraq, presunta guerra contra el terrorismo, han acrecentado sin duda ese sentimiento.