Band of Horses, sorpresa norteamericana
Las bandas «indies» norteamericanas hace tiempo que están ganando terreno en mis gustos particulares en detrimento de las británicas. La balanza se está inclinando hacia el otro lado del charco. Decepciones como la de Arctic Monkeys, una banda que está bien, pero quizás no sea lo que estoy buscando, son responsables de esto. Desde que descubrí a Mercury Rev, a The Flaming Lips o a The Polyphonic Spree (por poner algunos ejemplos) siempre estoy atento al pop que se hace en norteamérica. De hecho el año pasado triunfaron en mi lista internacional los canadienses The Arcade Fire.
Y este año la primera gran sorpresa que llega del otro lado son Band of Horses, un nuevo grupo nacido de las cenizas de Carissa’s Weird, y que me ha enganchado con su estilo cercano al clasicismo sin renunciar a las guitarras fuertes y con una voz emotiva que recuerda un poco al vocalista de Mercury Rev o incluso al Sting de su etapa en Police. Pero qué sería de esta banda sin sus melodías bien rematadas e imprevisibles y siempre brillantes. El ejemplo perfecto es la culminación de su primer disco ‘Everything All the Time’ (Sub Pop, 2006), un tema llamado ‘Wicked Gil’, que ya es firme favorito para encabezar mi lista de canciones internacionales.
Un punto a su favor es que han colgado en internet varias de sus canciones para que cualquier pueda descargárselas gratuita y legalmente. Todo un detalle.