¿Existen los «rods»?
No es un enigma que se aborde con mucha frecuencia en los medios más o menos especializados (si es que los hay). Los «rods» han pasado de puntillas, sepultados por otros asuntos con más miga y tal vez más inexplicables. Yo he vuelto a acordarme de este tema a raíz de que se volvió a hablar de él en el programa de La Rosa de los Vientos del sábado.
¿Qué son los «rods»? En realidad no se sabe lo que son. Se descubrieron a mediados de la pasada década, cuando un productor llamado José Escamilla comprobó como en uno de sus vídeos aparecía una mancha alargada que pasaba a gran velocidad por el cielo. Tras un detallado análisis descubrió una especie de aletas en forma helicoidal a lo largo del cuerpo fusiforme de estos objetos o seres. A partir de entonces, cientos de aficionados a la fotografía y al vídeo fotografiaron y filmaron «rods». Con la proliferación de los sistemas digitales, la captura fue en aumento. En la actualidad existen miles de documentos gráficos con estos supuestos objetos misteriosos.
Las teorías sobre su origen y naturaleza son muchísimas. Aquí sólo voy a exponer las más verosímiles (si es que alguna lo es). Por una parte están los partidarios de considerar los «rods» como animales, entes vivos no vistos hasta ahora debido a la rapidez de sus movimientos. Es evidente que esta teoría tiene un gran pero: no se han encontrado nunca restos de estos animales en tierra, ni jamás en la historia se ha capturado uno. La segunda gran teoría es aún menos creíble. Considera a los «rods» como OVNIs, artefactos de procedencia no orgánica. Una hipótesis que se cae por su propio peso.
Pero la que más me convence y que sosteniene la comunidad escéptica es la del efecto óptico. Las cámaras analógicas y digitales, en condiciones de luz deficiente, necesitan capturar más luminosidad para obtener una buena imagen. El tiempo de exposición por tanto aumenta, produciéndose un efecto de estela similar al de los faros de un coche en movimiento. Un simple insecto que se cruza inoportunamente por delante de nuestro objetivo puede crear un «rod». El efecto helicoidal se produce por la captura en diferentes momentos del movimiento de las alas de este insecto. Me parece una teoría impecable y perfectamente lógica.