Lucha en el fango
No tenía previsto escribir nada sobre el asunto de la guerra de medios a propósito de los cuentos chinos del 11-M. Pero al final, por la deriva de los acontecimientos, me he visto casi obligado a dar mi opinión. Me ha impulsado a dejar aquí estas palabras los artículos que el diario El País ha publicado desmontando las teorías delirantes de El Mundo sobre el atentado de Madrid. En sólo dos días ha arrasado prácticamente con meses de pequeñas y grandes dosis de 11-M fantasioso para consumo de los radicales. Sí, los radicales, porque no hay otra forma de llamar a aquellos que no se paran a reflexionar sobre todos los datos que su periódico les da y que todos unidos forman una teoría sin pies ni cabeza con la que ni siquiera se podría hacer una buena película.
Pienso que El País no debería haber entrado en la polémica. Pero si ha entrado, es porque realmente tiene cosas interesantes que contar sobre los montajes conspirativos, peones negros, agujeros negros y demás. Hasta el momento han sido dos entregas demoledoras que, por mucho que El Mundo intente rebatir, le va a resultar muy difícil. Según algunas fuentes, El País aún tiene información por publicar. Tenemos entretenimiento para rato.
Mientras todo esto ocurre en los medios escritos, Rajoy figura como una mera comparsa, pretendiendo mantenerse en una posición conspirativa light «si-pero-no» que no convence a muchos de los suyos.