Stock, Aitken & Waterman: la factoría del éxito
En la historia de la música pop existen contados «magos» del éxito. Productores que convertían en superventas todo lo que tocaban. Si este éxito venía de la mano de un estilo propio e inconfundible que marca época, se transforman en clásicos. Eso ocurrió con Phil Spector, del que ya hablé aquí hace bastante tiempo. Y también ocurre con el triplete de productores británicos Mike Stock, Matt Aitken y Pete Waterman, más conocidos como Stock, Aitken & Waterman.
Sus primeros éxitos llegaron a mediados de los ochenta con su producción para Bananarama, un grupo de tres chicas pensado y calculado para ser un bombazo. Y desde luego lo fue. Su secreto: un sonido apabullante, limpio, detallista, con toques technopop, abundancia de efectos, de teclados y por supuesto, unas melodías pegadizas. Sus mayores hits con Bananarama fueron ‘Venus’ (una versión del tema de Shocking Blue), ‘Love in the First Degree’ o ‘I Heard a Rumour’.
Paralelamente a sus trabajos con Bananarama, obtuvieron gran éxito con producciones para Rick Astley (‘Never Gonna Give You Up’ en 1987), una debutante Kylie Minogue (‘I Should be So Lucky’ en 1988) o Jason Donovan.
Para hacernos una idea de la importancia de Stock, Aitken & Waterman, sólo decir que las canciones que escribieron las cantaron Samantha Fox, Donna Summer, Gloria Gaynor, Deborah Harry (cantante de Blondie), Paul McCartney, Malcom McLaren (ex-Sex Pistols), Cliff Richard o Sabrina (todos sabemos quién es).