‘Una Verdad Incómoda’
El asunto de cambio climático es cada vez menos discutido y ha salido de los círculos ecologistas para instalarse en el discurso de prácticamente todos los políticos serios del mundo. Nadie sabe si ya será demasiado tarde, pero es nuestra obligación intentarlo. Con la intención de remover las conciencias, el candidato demócrata a la presidencia de los Estados Unidos Al Gore decidió dedicarse en cuerpo y alma a difundir los efectos y las posibles soluciones a este grave problema. Tras documentarse e informarse sobre todos los ángulos de tan extenso asunto, Gore ha recorrido el mundo buscando alianzas y gente dispuesta a escucharle.
He tenido oportunidad de ver el otro día el famoso documental ‘Una Verdad Incómoda’ (‘An Inconvenient Truth’). El trabajo recoge parte de esas conferencias, intercaladas con imágenes de archivo sobre las devastaciones producidas por el hombre y por el clima a lo largo de todo el planeta. Era muy fácil caer en el tremendismo y en el sensacionalismo. La película ha conseguido evitarlo a fuerza de palabras que convencen y del buen hacer y la honradez del propio Al Gore.
El resultado es un documental muy entretenido y abarrotado de cifras y hechos que, sin embargo, en ningún momento llegan a saturar gracias a una puesta en escena repleta de ejemplos, momentos distendidos y muchos gráficos. Por contra es cierto que hay momentos que sobran. Me refiero a los pasajes sobre la vida personal de Gore, sobre sus desgracias personales y cómo esto le hizo reflexionar. No aportan más que sensiblería barata al documental, algo que gusta mucho al otro lado del Atlántico.
En definitiva, ‘Una Verdad Incómoda’ es un documental que hay que ver, y más en los tiempos que corren. Y si nos lo explican con una película tan agradable como esta, mucho más.