Escocia, Gales y el nacionalismo
El Reino Unido vota hoy. Se trata de elecciones que podemos llamar «autonómicas» en Gales (Wales en inglés y Cymru en galés) y Escocia (Scotland en inglés y Alba en escocés). En el reino de los cuatro países sorprende pensar que quizás la fuerza más votada más allá de la muralla de Adriano sea la izquierda nacionalista. La unión de Escocia con el resto del Reino Unido es relativamente reciente. No nos tenemos que remontar más allá de 300 años. Esta anexión fue voluntaria (aunque tras muchos siglos de desavenencias con Inglaterra) y la puerta de una nueva secesión nunca se ha cerrado. A pesar de que el debate de la independencia está abierto, sólo en 30% de los escoceses la apoyan (un dato similar a Euskadi). También me llama la atención que estos nacionalistas no cuiden y defiendan la lengua escocesa (de origen céltico), que prácticamente ha desaparecido y sólo se habla en pequeños reductos rurales de las islas más septentrionales. Ni siquiera en la web del SNP hay una versión en este idioma o una mención a este asunto.
El caso opuesto lo encontramos en Gales. Aunque el nacionalismo tiene mucho menor peso, aspiran a ser la mayor fuerza de la oposición. Este sentimiento nacional está canalizado en el Plaid Cymru. Gales sí tiene un biligüismo parecido al de las comunidades autonómas españolas con idioma cooficial, pero paradójicamente no es utilizado como arma política, sino como parte de la integración y la recuperación de la tradición ancestral galesa. Su pasado es mucho menos combativo que el escocés y su independencia (que yo sepa) nunca ha sido planteada en serio.