‘Luces al Atardecer’
Hasta ahora apenas conocía la filmografía del realizador finlandés Aki Kaurismäki. Antes de ver ‘Luces al Atardecer’ (2006) mi única referencia de este director era ‘La Chica de la Fábrica de Cerillas’ (1990), una película que vi hace ya unos cuantos años. No es fácil que una obra de Kaurismäki llegue a las pantallas españolas, ni tan siquiera al mercado del DVD (salvo establecimientos especializados).
El cine de Kaurismäki es quizás el que más se aproxime a la imagen que para un profano tiene el cine de autor: críptico, extravagante, pausado, reflexivo, irónico o filosófico. Pero esto es sólo eso, una imagen. Si rascamos bajo el hielo de las calles y los coches de Helsinki veremos a sus personajes solitarios con sus historias vitales soterradas, a menudo de clases desfavorecidas. La crítica velada de la (en teoría) perfecta sociedad finlandesa es el fondo de casi todas sus obras.
En el caso de ‘Luces al Atardecer’ el protagonista es un solitario y taciturno vigilante de seguridad que custodia un centro comercial. Un día, después de su trabajo, conoce a una enigmática mujer que lo utilizará para fines no demasiado honestos. Finalmente se verá envuelto en problemas por su culpa.
La precisión, la concisión y la brevedad son quizás algunos de los grandes méritos de ‘Luces al Atardecer’, al que hemos de sumar la habilidad de Kaurismäki para dibujar con tiralíneas una historia de amor y desamor. Sorprende también el acompañamiento musical. La banda sonora está formada en su mayoría por tangos que, extrañamente, se amoldan a la perfección a esta historia tan nórdica.