Cita con la geopolítica el sábado en Eurovisión
La televisión pública finlandesa (YLE) ya tiene todo listo para que el próximo sábado se celebre en Helsinki la 52º edición del festival de la canción más popular del mundo. Por supuesto estoy hablando de Eurovisión. Los que sigáis este blog desde hace tiempo sabréis de mi extraña afición por este evento que miro con atención desde pequeño.
Este año, la fase final la compondrán 24 participantes. De los intérpretes españoles casi mejor no hablar. Más o menos siguen en la misma línea de «calidad» de los últimos años. Son un grupito que se hacen llamar D’Nash y que no sé si habrán salido mucho por televisión, pero en los últimos tiempos tengo sobredosis de radiofórmulas y la canción participante no ha sonado ni una sola vez. ¿Cuándo mandaremos a alguien «indecente» estilo Lordi?
Por falta de tiempo no he podido ver ni escuchar a todos los que ya han pasado a la fase final, es decir, los 10 mejores del año pasado y los cuatro «grandes» (Francia, España, Reino Unido sin Morrisey, y Alemania) que participan siempre. A falta estamos de conocer los 10 mejor clasificados de la semifinal.
Una de las principales pegas de los últimos años es el cambio de sistema para las votaciones. El televoto no me parece la mejor opción, porque al final la canción pasa a un segundo plano y lo que realmente cuenta son las simpatías entre vecinos. Por tanto los países que estén relativamente aislados (islas o estados con poca inmigración) tienen todas las de perder. En cambio lugares como las repúblicas ex-soviéticas o los países balcánicos, que cuentan con fuertes lazos culturales y sociales son los que se llevarán los primeros puestos. Con saber un poco de geopolítica se pueden adivinar las votaciones de la mayoría de los países.