La «nueva» temporada televisiva que nos espera
A lo largo de los últimos días, las cadenas de televisión preparan sus motores para comenzar la carrera por la audiencia de esta temporada. Yo, sufrido televidente (muy) ocasional, miro cada vez con más recelo la «caja tonta». Y creo que con razón al comprobar las nuevas propuestas que los canales generalistas nos tienen preparados a partir de septiembre. No hay innovaciones, no hay riesgo. Sólo los mismos programas con distintos nombres, reediciones de viejos éxitos, convencionalismos que triunfan por inercia.
La televisión está sufriendo un lento pero inexorable proceso de degeneración y de falta de ideas. En definitiva, un conservadurismo en los contenidos que roza el insulto. La única que se salva un poco de la quema es La 2, no por innovadora, que ya no lo es, sino por que es el único reducto (aunque dañado) de televisión real. Del resto apenas puedo ver diferencias destacables. Nuestra última esperanza era Cuatro. La cadena de Sogecable sigue teniendo algunos buenos programas (‘Callejeros’ por ejemplo), pero también ha ido incorporando otros como el engendro machista y vacío de ‘Supermodelo’ y otros espacios que, si en un principio fueron novedosos, al final se han acondicionado a la norma.
Y como he repetido más de una vez, mis críticas no vienen porque confunda grandes audiencias con telebasura (ni telebasura con programas sin imaginación ni interés), porque no creo en ello. Un buen programa puede tener audiencias millonarias sin recurrir a tópicos ni a fórmulas fáciles y usadas millones de veces. Aún defiendo esa opinión. Es precisamente por eso que me molesta especialmente el recurso facilón para obtener espectadores (humor de brocha gorda, sexo y cotilleo público o privado). Pero ni las productoras ni las cadenas necesitan ya romperse la cabeza para triunfar. Basta con repetirse y copiarse.
Es por esto que me alegro más que nunca de que existan los canales temáticos, internet y sobre todo el eMule. Y por suerte somos cada vez más los que llevamos años «migrando» de la televisión convencional hacia la red de redes. Al menos en mi casa, antes que la antena prefiero mi pequeño reproductor de DivX.