Dos puntos de vista sobre la economía mundial
Estos días estoy viendo los documentales producidos por TVE sobre el nuevo orden económico mundial, llamado ‘Voces Contra la Globalización’. Fueron emitidos por La 2 el año pasado y son el perfecto manual de iniciación a ese fenómeno que está en boca de todos, pero que muchos no tenemos perfectamente claro en qué consiste. Me refiero por supuesto a la tan traída y llevada globalización. La principal virtud de estos programas es la claridad en la exposición, centrándose principalmente en las consecuencias reales que ya estamos sufriendo (precariedad laboral, indefensión, incapacidad política frente al poder económico, inmigración irregular).
El panorama que presenta la serie no es precisamente alagüeño para el futuro y vaticina un conflicto norte-sur bastante serio en no muchos años. Me ha llamado la atención el escenario que muchos expertos proponen hacia el 2035, cuando la mano de obra menos cualificada, que es la más abundante en los países del tercer mundo, sea sustituida por sistemas automatizados por ser más baratos y productivos. ¿Qué ocurrirá cuando las prendas de ropa o los automóviles los fabriquen exclusivamente las máquinas? ¿Qué ocurrirá con los trabajadores? ¿Una revolución? ¿Una tranquila transición? Son hipótesis inquietantes que tendrán que confirmarse dentro de unas pocas décadas.
Aparte de ‘Voces contra la Globalización’, otro de los documentales sobre economía que he visto últimamente es ‘Commanding Heights: La Lucha por la Economía Mundial’. Se trata de varios capítulos en los que se ofrece una visión muy diferente de la globalización, intentando hacer pedagogía a favor de una economía global. Ha sido producido por la PBS, la televisión pública norteamericana. Está muy bien documentada, aunque son demasiado fríos, teóricos y deshumanizados. Me ha gustado el primer episodio, con la contraposición de las dos grandes figuras de la economía del siglo XX, Keynes (favorable al intervencionismo del Estado) y Hayek (uno de los padres del neoliberalismo económico).
A partir de aquí, en los siguientes capítulos la narración deriva, para mi gusto, en postulados a favor del liberalismo económico radical, las privatizaciones de los servicios públicos (curioso viniendo de una televisión pública) y contra la regulación estatal. Pasa de puntillas por los gravísimos inconvenientes sociales del capitalismo salvaje. No en vano se han convertido en unos de los documentales de cabecera para los amigos del neoliberalismo.