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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
5 de septiembre de 2007

La última grabación de Lennon & McCartney

La portada del disco pirata con la sesión

Yo pensaba que lo último que grabaron juntos John Lennon y Paul McCartney eran las sesiones para su último álbum ‘Abbey Road’ en 1969. Pero parece que no. Me acabo de enterar a través del blog Soundtracktunes.com, que remite a su vez a la Wikipedia. Según se comenta, en marzo de 1974, cuatro años después de la disolución de los Beatles, los dos compositores y almas de la difunta banda de Liverpool se volvieron a reunir para una sesión «casual». Lennon pasaba por apuros familiares con Yoko Ono y estaba cayendo en una sequía musical, de la que no saldría hasta poco antes de su asesinato en 1980.

En esta sesión, una leyenda sin confirmación «oficial» hasta 1997, estaban también presentes Ringo, Keith Moon (batería los Who), Klaus Voorman (amigo de los Beatles desde los tiempos de Hamburgo), Stevie Wonder y otros amigos de la banda. Los resultados de la grabación pueden escucharse en el blog ‘Licorize Pizza’. No es nada del otro mundo ni hay ninguna canción que pueda considerarse nueva más allá de balbuceos. Recuerda a algunas tomas descartadas recogidas en los discos ‘Anthology’. A pesar de esto, desde que se publicó clandestinamente en 1992 con el título de ‘A Toot and a Snore in ’74’, se ha convertido en uno de los bootlegs más apreciados por los completistas y fanáticos de los Beatles (aunque esta grabación no sea estrictamente de ellos).

4 de septiembre de 2007

Dos puntos de vista sobre la economía mundial

Estos días estoy viendo los documentales producidos por TVE sobre el nuevo orden económico mundial, llamado ‘Voces Contra la Globalización’. Fueron emitidos por La 2 el año pasado y son el perfecto manual de iniciación a ese fenómeno que está en boca de todos, pero que muchos no tenemos perfectamente claro en qué consiste. Me refiero por supuesto a la tan traída y llevada globalización. La principal virtud de estos programas es la claridad en la exposición, centrándose principalmente en las consecuencias reales que ya estamos sufriendo (precariedad laboral, indefensión, incapacidad política frente al poder económico, inmigración irregular).

El panorama que presenta la serie no es precisamente alagüeño para el futuro y vaticina un conflicto norte-sur bastante serio en no muchos años. Me ha llamado la atención el escenario que muchos expertos proponen hacia el 2035, cuando la mano de obra menos cualificada, que es la más abundante en los países del tercer mundo, sea sustituida por sistemas automatizados por ser más baratos y productivos. ¿Qué ocurrirá cuando las prendas de ropa o los automóviles los fabriquen exclusivamente las máquinas? ¿Qué ocurrirá con los trabajadores? ¿Una revolución? ¿Una tranquila transición? Son hipótesis inquietantes que tendrán que confirmarse dentro de unas pocas décadas.

Aparte de ‘Voces contra la Globalización’, otro de los documentales sobre economía que he visto últimamente es Commanding Heights: La Lucha por la Economía Mundial’. Se trata de varios capítulos en los que se ofrece una visión muy diferente de la globalización, intentando hacer pedagogía a favor de una economía global. Ha sido producido por la PBS, la televisión pública norteamericana. Está muy bien documentada, aunque son demasiado fríos, teóricos y deshumanizados. Me ha gustado el primer episodio, con la contraposición de las dos grandes figuras de la economía del siglo XX, Keynes (favorable al intervencionismo del Estado) y Hayek (uno de los padres del neoliberalismo económico).

A partir de aquí, en los siguientes capítulos la narración deriva, para mi gusto, en postulados a favor del liberalismo económico radical, las privatizaciones de los servicios públicos (curioso viniendo de una televisión pública) y contra la regulación estatal. Pasa de puntillas por los gravísimos inconvenientes sociales del capitalismo salvaje. No en vano se han convertido en unos de los documentales de cabecera para los amigos del neoliberalismo.

3 de septiembre de 2007

La filosofía de ‘Matrix’

Sin duda lo mejor que tiene la película ‘Matrix’ es que te hace pensar cuando sales del cine. ¿Quién no se ha planteado, aunque sea por un momento, qué es la realidad después de verla? Los filósofos también se lo han planteado. Desde Demócrito o Platón hasta Descartes, a lo largo de la historia de la filosofía, muchos son los que han elaborado teorías sobre qué es la realidad, como la percibimos o si ésta puede falsearse.

En el pasado siglo, el teórico norteamericano Hilary Putnam elaboró partiendo de las ideas de su colega Jonathan Dancy una teoría bastante controvertida. La hipótesis conocida como ‘Cerebro en una cubeta’ fue definida por Dancy en su obra ‘Introducción a la Epistemología Contemporánea’ (1985):

«Usted no sabe que no es un cerebro, suspendido en una cubeta llena de líquido en un laboratorio, y conectada a un computador que lo alimenta con sus experiencias actuales bajo el control de algún ingenioso científico técnico (benévolo o maligno, de acuerdo a su gusto). Puesto que, si usted fuera un cerebro así, asumiendo que el científico es exitoso, nada dentro de sus experiencias podría revelar que usted lo es; ya que sus experiencias son, según la hipótesis, idénticas con las de algo que no es un cerebro en la cubeta. Como usted sólo tiene sus propias experiencias para saberlo, y esas experiencias son las mismas en cualquier situación, nada podría mostrarle cuál de las dos situaciones es la real.»

Putnam la desarrolló y la convirtió en una teoría aún más siniestra y de pura ciencia-ficción en ‘Razón, Verdad e Historia’ (1988):

«En lugar de tener sólo un cerebro en la cubeta, podemos imaginar que todos los seres humanos (o todos los seres con sensaciones) son cerebros en la cubeta (o sistemas nerviosos en la cubeta en el caso en el que seres con sólo sistemas nerviosos cuenten como seres con sensaciones) ¿Por supuesto, el científico malvado tendría que estar afuera, o no? tal vez no haya ningún científico maligno, tal vez (aunque parezca absurdo) el universo consista solamente de maquinaria automática atendiendo una cubeta llena de cerebros y de sistemas nerviosos. Ahora supongamos que esta maquinaria automática esta programada para darnos a todos una alucinación colectiva en lugar de un cierto número de alucinaciones aisladas. Así cuando me parece que le hablo a usted, a usted le parece estar oyendo mis palabras… Ahora quiero hacer una pregunta que parecerá muy tonta y obvia (al menos para algunas personas, incluyendo algunos filósofos muy sofisticados), pero que nos llevará a verdaderas profundidades filosóficas con cierta rapidez. Supongamos que toda esta historia fuera realmente verdadera, ¿podríamos, si fuéramos cerebros en la cubeta de este modo, decir o pensar que lo somos?»

¿Realmente, como dicen Dancy y Putnam, no sabríamos distinguir entre realidad percibida y realidad inducida en una situación así? Yo soy muy escéptico al respecto. La tramposa teoría de lo «no comprobable» juega siempre con ventaja. «Ahí fuera» es un lugar donde la imaginación puede campar a sus anchas. Podremos imaginar el más fabuloso de los mundos, sabiendo de antemano que jamás lo comprobaremos ni tendremos indicios de su existencia. Aún así, como hipótesis es de lo más atractiva e inspiradora.

2 de septiembre de 2007

¡Sí, Ministro!

Imagen de la cabecera de la serie

No se puede decir que el género de la comedia política sea muy habitual. Mucho menos si la situamos en una teleserie. Sólo los británicos con su peculiar humor podían conseguirlo con resultados tan buenos como en ‘Sí, Ministro’ (‘Yes, Minister’). Ideada por Antony Jay y Jonathan Lynn, fue emitida por la BBC 2 entre las temporadas de 1980 y 1984. Por lo que he leído fue muy popular entonces y casi se convirtió en un fenómeno social que alcanzó incluso a la primera ministra, Margaret Tatcher, que no se la perdía nunca. No tengo noticia de que se haya emitido en España, pero los 21 capítulos pueden conseguirse en DVD.

‘Sí, Ministro’ es una típica comedia de situación británica que narra las desventuras de James Hacker, un funcionario con gran experiencia en el mundo de la gestión administrativa que es nombrado Ministro de Asuntos Administrativos (aquí sería algo así como el Ministro de Administraciones Públicas). A lo largo de todos los episodios luchará por dirigir su propio ministerio, enfrentándose a sus, en teoría, subordinados. Por un lado el maquiavélico y sibilino Secretario Permanente Sir Humphrey Appleby, un perro viejo que sabe mover los hilos para calmar las ansias reformistas de su superior y que todo siga como está y por otro Bernard Woolley, el Secretario Privado Principal del Ministro. El paralelismo con la vida política británica de la época es evidente, con multitud de guiños a la actualidad nacional de aquel tiempo. Algunos años después tuvo una continuación llamada ‘Sí, Primer Ministro’ (‘Yes, Prime Minister’).

El estilo no puede ser más inglés. Jerez en botellas de cristal tallado, chimeneas, despachos victorianos, funcionarios trajeados, taxis londinenses y la tan típica mezcla de vídeo para las escenas de interiores y cine para las exteriores. Eso sí, la serie sólo es recomendable para aficionados a la política y a los tejemanejes e interioridades de un Gobierno. El resto sólo verá diálogos aburridos y escenografía obsoleta.

1 de septiembre de 2007

Sigur Rós, una carrera musical irregular

Escuché a Sigur Rós por primera vez hacia el otoño de 2000, cuando me compré su disco ‘Ágætis Byrjun’ (PIAS, 1999) un poco a la aventura. Apenas había oído nada suyo, sólo su primer sencillo ‘Svefn-g-englar’ (1999), que me pareció y me sigue pareciendo increíble. Y acerté con mi adquisición, porque el álbum está muy bien y su sonido era muy diferente a cualquiera que hubiera escuchado antes. Largos desarrollos, guitarras que sonaban como truenos lejanos, secciones de viento. Todo formando un equilibrio perfecto que no han conseguido, para mi gusto, en sus trabajos anteriores ni posteriores.

Y es que la carrera musical de Sigur Rós, siempre desde mi discutible criterio, está llena de altibajos. Su primer disco ‘Von’ (Smekkleysa Records, 1997) me resulta demasiado experimental y monótono y los dos posteriores ‘()’ (Smekkleysa Records, 2002) y ‘Takk…’ (EMI-Chrysalis, 2005) decepcionantes y sin brillo. Sabían a poco después del espectacular ‘Ágætis Byrjun’. Creo que no han sabido reinventarse después del éxito y han repetido la misma idea una y otra vez.

Así que me quedo con ‘Ágætis Byrjun’ como su obra magna y con dos de sus sencillos hechos videoclip ‘Svefn-g-englar’ y ‘Viðrar vel til loftárása’. Dos vídeos que son para contemplarlos detenidamente. De lo mejorcito que he visto hasta la fecha. Y si os han gustado, en breve editarán un DVD llamado ‘Heima’ que promete paisajes islandeses impresionantes y tomas de sus conciertos.




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