Endurecer el permiso de conducir
Me parece un error la campaña gubernamental de financiar a los jóvenes las clases para sacar el permiso de conducción. No porque vea mal que por un euro al día se pueda acceder a un servicio que de otra manera quizás mucha gente no pueda, sino porque supone una medida más que facilita el sacarse un permiso que, al igual que el de armas, supone una autorización para manejar máquinas muy poderosas que pueden matar. Además, día a día notamos el aumento del parque automovilístico. Cada vez son necesarias vías de más capacidad, más aparcamientos, más infraestructuras. Y por supuesto cada vez se produce más contaminación.
Vivimos en una cultura heredada de norteamérica en la que las ciudades se extienden kilómetros cuadrados y a veces tenemos que recorrer muchos kilómetros para llegar a nuestro lugar de trabajo. Esta dependencia es cada vez mayor. Los transportes colectivos se están quedando apartados, por mucho que se intenten fomentar.
Una posible solución a este y a otros problemas es el endurecimiento del examen para obtener el permiso de conducción. No es un invento mío, sino que la OCDE y las asociaciones de automovilistas ya lo llevan pidiendo desde hace tiempo. Quizás varios exámenes teóricos y sobre todo prácticos. O bien un periodo de prueba de unos meses tras los cuales pueda evaluarse el comportamiento del conductor y retirarle o concederle definitivamente el permiso. Cada persona es un mundo y es posible que no todos tengamos las capacidades suficientes para manejar un automóvil como se debiera. Es así. Hoy día, los exámenes del carnet de conducir son un coladero, un negocio para las autoescuelas y, por supuesto, para la poderosísima industria de la automoción y de los carburantes, que son quienes ejercen la auténtica presión para que no se lleve a cabo una reforma profunda.