Una farsa nórdica
Hace cosa de un año escribí una pequeña referencia sobre ‘El Jefe de Todo Esto’, la por entonces nueva película del realizador danés Lars Von Trier. Por fin, y tras algún tiempo en el «congelador», he hecho un hueco para poder verla. La idea de que Von Trier se metiera a dirigir una comedia me parecía de lo más interesante. Lo más parecido a este género (aunque estrictamente no lo es) que recuerdo en su filmografía era ‘Los Idiotas’, para mi gusto de lo mejor que ha hecho junto con ‘Rompiendo las Olas’.
Aunque ‘El Jefe de Todo Esto’ no es una película Dogma, tiene muchos elementos que nos recuerdan al polémico movimiento. La ausencia de banda sonora, la atractiva sobriedad de los planos (descuadrados «gracias» a la «automavisión»), el montaje descuidado y sobre todo el peso de los actores son herencia del difunto movimiento. En realidad, los actores y la historia son lo único realmente importante. Todo lo demás es accesorio. Esto no es nuevo, porque ya lo pudimos ver llevado a su extremo en ‘Manderlay’ y en ‘Dogville’, donde la acción se desarrollaba en un espacio abierto sin decorados. En ‘El Jefe de Todo Esto’ los decorados son intencionadamente anodinos, funcionales y hasta disparatados (por ejemplo el zoo o la tienda de estatuas de mármol).
La película cuenta la historia de una empresa informática de cierto éxito que se dispone a ser comprada por unos islandeses sin escrúpulos. El director de la compañía ha ocultado a sus empleados su condición de tal al no creerse capaz de dirigirla. Pero para poder venderla necesita un director. Decide contratar a un actor para que le suplante y haga las veces de jefe. Las cosas dan un inesperado giro cuando el actor se mete demasiado en su papel.
Muy pocos realizadores en la actualidad tienen el don de hacer lo que quieran y salir airosos. Lars Von Trier consigue firmar una película de apariencia absurda y casi ridícula, pero con un trasfondo que toca lo más hondo de las relaciones humanas del mundo moderno. Las critica y denuncia su superficialidad, derribando de paso los mitos y tópicos que rodean el mundo de la interpretación, del cine de autor y sobre todo del teatro hasta bordear la autoparodia.