Barack Obama, ¿un candidato diferente?
En noviembre de este año se celebran elecciones en los Estados Unidos. De ellas saldrá el mandatario más influyente y con más poder del planeta. Un presidente que, queramos o no, nos afectará a todos. Pensemos en las políticas económicas, medioambientales o de derechos humanos. Aún faltan muchos meses, pero la maquinaria electoral republicana y demócrata ya se ha puesto en marcha con las elecciones primarias territoriales. Por suerte, el actual presidente George W. Bush ha agotado sus dos mandatos, por lo que no puede volver a presentarse. Sus posibles sucesores y actuales candidatos republicanos son casi todos más moderados que él.
Y en el campo de los demócratas (no nos engañemos, los demócratas no son homologables con la izquierda europea) la lucha parece más intensa entre Hillary Clinton, John Edwards y Barack Obama. Los dos primeros me resultan, al menos a primera vista, los típicos candidatos de toda la vida, como ya lo fueron Al Gore o John Kerry en su momento. Sin embargo hay algo en Obama que lo hace ser diferente. Por lo menos eso es lo que creo. Vale que su discurso no es muy diferente al de los otros demócratas, pero quizás lo que cambie sean las formas. Lo primero, claro está, salta a vista. Obama es negro, lo que, de ser proclamado presidente, sería el primer afroamericano en llegar a la Casa Blanca.
Barack Hussein Obama nació en Hawaii hace 46 años y es hijo de un keniano. Posteriormente vivió unos años en Indonesia (país musulmán) para establecerse primero en Nueva York y luego en Chicago. Cuento todo esto porque no son datos muy comunes en las biografías de otros ex presidentes norteamericanos. Esta infancia tan cosmopolita quizás haya dado a Obama una visión del mundo diferente a la de sus antecesores. Se han dicho de él muchas cosas: que es un brillante orador, que se desenvuelve de maravilla en los medios y también que aún no está preparado para afrontar el reto de ser presidente.
No lo sé, pero si yo viviera en los Estados Unidos y tuviera que elegir el candidato «menos malo», mi voto iría para Obama. Por el bien del mundo entero.