¿Hay ahora cine independiente en España?
La industria cinematográfica española no es de las más espléndidas del mundo, eso es cierto, ni tampoco de las más grandes. Aunque se producen alrededor de un centenar y medio de películas al año, muchas no llegan a estrenarse y pasan a DVD o a la televisión directamente. Me pregunto si entre esa ingente cantidad de largometrajes hay algo interesante, verdaderamente nuevo. Me explico: el cine español no está precisamente para experimentos. Su cuota en cines es baja y cuesta mucho recuperar el dinero invertido. Por tanto las productoras no están interesadas en arriesgar demasiado. Las subvenciones existen, es verdad, pero sólo son una parte del coste. Es el momento del «Do it yourself».
A lo largo de la última década o década y media se han hecho, a mi modo de ver, muy pocas películas interesantes dignas de pasar a la historia. Películas que rompan los esquemas como está ocurriendo en otros países. La generación de Álex de la Iglesia, Julio Medem y compañía está ya más que quemada y se espera a los nuevos. ¿Quizás Nacho Vigalondo? No lo sé, pero a la espera de que se estrene su debut en largo con ‘Los Cronocrímenes’, lo mejor es seguir buscando. ¿Dónde está la creatividad de gente como Iván Zulueta? ¿Es que ya no hay «raros»? ¿O sólo se dedican a hacer cortos y cuando pasan al largometraje se «estandarizan»?
El ejemplo del circuito de cortometrajes es buen ejemplo de lo que yo entiendo por independencia. Está claro que los cortos no es lo mismo que los largos, pero ¿no puede aplicarse esa misma política a obras de más metraje aún a riesgo de no ser proyectada en ningún cine? ¿No hay cuatro chavales que con una cámara digital y cinco amigos, pero con buenas ideas, sean capaces de revolucionar el cine español? Porque ideas no faltan, ni talento, eso lo tengo claro, pero tienen que salir a flote. Es la hora de la renovación.