Sobre el «asunto Gallardón»
A estas alturas ya se ha dicho casi todo sobre la exclusión del alcalde de Madrid en las listas del Partido Popular por la capital en favor de Esperanza Aguirre. A lo largo de los últimos días hemos visto y leído un montón de elogios, sin duda merecidos, a Gallardón. En mi opinión, el PP pierde tal vez su principal activo, un personaje político que es difícil que caiga mal y que tiene algo, prudencia y brillantez, de lo que carecen los actuales figurones del partido, repleto de mediocridad.
Pero no nos engañemos, Gallardón tampoco es un santo, y su ambición no conoce límites. Tras una vida política en un discreto segundo plano, sólo alzó tímidamente la voz cuando se jugaba algo gordo. Su aspiración a ser candidato a La Moncloa está, de momento, truncada, pero dudo que deje la política después del 9-M como se ha dicho. Precisamente si Rajoy fracasa, y especialmente si ese fracaso es rotundo, podría suponer un punto y aparte que abriría las puertas a una renovación, y Gallardón debería estar allí.