Zamora en El Viajero
Me he llevado una agradable sorpresa al leer esta mañana en el suplemento El Viajero de El País un reportaje sobre Zamora dentro de su sección ‘Rutas Urbanas’. Su título es ‘La hora dulce de Zamora’ y está escrito por Inés Eléxpuru. El tono de todo el artículo es bastante positivo y alaba algunas de las cosas que por aquí criticamos:
Unas 20 iglesias de perfecta factura románica; alguna fachada gótica, renacentista y neoclásica de relevancia; edificios del más puro modernismo catalán, y los mejores arquitectos españoles de este siglo y el anterior. Es su principal atractivo. A eso se suma un creciente cuidado del casco histórico, que encuentra su coherencia no sólo en sus monumentos, sino en sus pequeños espacios ajardinados, sus miradores y plazas, sus abundantes bancos para reposar, y un pavimentado de granito y cuarcita que unifica y le presta su piel a los paseos. Una referencia de buen gusto, que defrauda poco, contrariamente a la tónica nacional. […] Este buen hacer lleva también el sello de las personas. De ciertos políticos con sensibilidad…
Sí, ese maravilloso pavimentado de granito y cuarcita tan bonito… ¿Referencia de buen gusto? ¿Políticos con sensibilidad? No sé si Inés ha visitado otro Zamora para escribir su artículo. Si no, ¿por qué no habla de los árboles arrasados o de las plazas uniformadas con zonas verdes testimoniales?.
Pero tampoco seamos demasiado duros. Por lo demás el artículo es bastante acertado y tiene la virtud de saber describir fielmente y en poco espacio parte de los encantos de Zamora. Me ha gustado especialmente el primer párrafo, donde alude a la Biblioteca Pública, una de nuestras joyas de la corona particular y de la que todos nos tenemos que sentir orgullosos:
A las ciudades pequeñas como Zamora, de 60.000 habitantes, las cincela el impulso de ciertas personas; como Concha González, que dirige desde hace 30 años la biblioteca. Sus métodos agitadores y creativos hacen de este antiguo convento un lugar lleno de vida cultural y vecinal. Talleres, exposiciones, charlas y unos 170.000 libros congregan hasta 1.000 personas por día, lo que es inaudito en este país de escasa lectura.
Para terminar, un pequeño fallito: la foto de Alberto Paredes que ilustra el reportaje no me parece acertada. Presenta la fachada de la iglesia de Santiago del Burgo y se ve el antiguo pavimento de Santa Clara todo medio levantado después de la obra de la plaza de la Constitución (o sea, de hace más de un año). Podían haber cuidado un poco ese tema y escoger una foto algo más reciente. Pero bueno, siempre es positivo que Zamora salga en el principal diario nacional…