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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
5 de abril de 2008

Zamora en El Viajero

Me he llevado una agradable sorpresa al leer esta mañana en el suplemento El Viajero de El País un reportaje sobre Zamora dentro de su sección ‘Rutas Urbanas’. Su título es ‘La hora dulce de Zamora’ y está escrito por Inés Eléxpuru. El tono de todo el artículo es bastante positivo y alaba algunas de las cosas que por aquí criticamos:

Unas 20 iglesias de perfecta factura románica; alguna fachada gótica, renacentista y neoclásica de relevancia; edificios del más puro modernismo catalán, y los mejores arquitectos españoles de este siglo y el anterior. Es su principal atractivo. A eso se suma un creciente cuidado del casco histórico, que encuentra su coherencia no sólo en sus monumentos, sino en sus pequeños espacios ajardinados, sus miradores y plazas, sus abundantes bancos para reposar, y un pavimentado de granito y cuarcita que unifica y le presta su piel a los paseos. Una referencia de buen gusto, que defrauda poco, contrariamente a la tónica nacional. […] Este buen hacer lleva también el sello de las personas. De ciertos políticos con sensibilidad…

Sí, ese maravilloso pavimentado de granito y cuarcita tan bonito… ¿Referencia de buen gusto? ¿Políticos con sensibilidad? No sé si Inés ha visitado otro Zamora para escribir su artículo. Si no, ¿por qué no habla de los árboles arrasados o de las plazas uniformadas con zonas verdes testimoniales?.

Pero tampoco seamos demasiado duros. Por lo demás el artículo es bastante acertado y tiene la virtud de saber describir fielmente y en poco espacio parte de los encantos de Zamora. Me ha gustado especialmente el primer párrafo, donde alude a la Biblioteca Pública, una de nuestras joyas de la corona particular y de la que todos nos tenemos que sentir orgullosos:

A las ciudades pequeñas como Zamora, de 60.000 habitantes, las cincela el impulso de ciertas personas; como Concha González, que dirige desde hace 30 años la biblioteca. Sus métodos agitadores y creativos hacen de este antiguo convento un lugar lleno de vida cultural y vecinal. Talleres, exposiciones, charlas y unos 170.000 libros congregan hasta 1.000 personas por día, lo que es inaudito en este país de escasa lectura.

Para terminar, un pequeño fallito: la foto de Alberto Paredes que ilustra el reportaje no me parece acertada. Presenta la fachada de la iglesia de Santiago del Burgo y se ve el antiguo pavimento de Santa Clara todo medio levantado después de la obra de la plaza de la Constitución (o sea, de hace más de un año). Podían haber cuidado un poco ese tema y escoger una foto algo más reciente. Pero bueno, siempre es positivo que Zamora salga en el principal diario nacional…

4 de abril de 2008

El LHC y su «agujero»

Seguro que habéis leído con incredulidad y desconcierto la noticia con que hace unos pocos días nos despachaban los medios. Según la noticia del pasado 31 de marzo, un juez de Hawaii deberá decidir si procede a detener los trabajos en el nuevo acelerador de partículas (el LHC) del CERN (Suiza). Dos científicos, el norteamericano Walter Wagner y el español Luis Sancho, presentaron una demanda ante los tribunales de la isla. El motivo parece de broma: el LHC podría generar un agujero negro que acabe con nuestra Tierra y con parte del universo.

Pero ¡calma!. Sólo los medios más sensacionalistas se han hecho eco de la noticia en su vertiente más catastrofista (léase ADN que titula «El laboratorio LHC tiene un 75% de probabilidad de extinguir la Tierra» y ofrece una entrevista a uno de los demandantes), los más prudentes lo dejan en una nota y otros ni siquiera lo han llevado a sus páginas.

Yo, después de leer la noticia en distintos medios, me he hecho una pregunta, ¿qué es el LHC? ¿un instrumento diabólico con el que hubiera soñado todo malo de cómic? Pues no, el LHC o Large Hadron Collider (Gran Colisionador de Hadrones, un hadrón es una partícula subatómica que experimenta una fuerza nuclear) es algo mucho más mundano, si es que puede usarse esta palabra con un acelerador de partículas. Tal y como se dice en la Wikipedia, el LHC es un proyecto financiado por más de treinta países y cuando comience a funcionar a mediados de este año será el más grande laboratorio de partículas del mundo. Consta de un túnel circular de 27 kilómetros de longitud que operará a 271 grados bajo cero y su principal fin es lograr encontrar una partícula llamada bosón de Higgs, y que su existencia sólo se basa en cálculos teóricos.

Como todo esto es bastante extraño, creamos a la mayoría de científicos y pensemos que cuando el LHC esté terminado no va a pasar nada y que ningún agujero negro acabará con el universo…

3 de abril de 2008

¿Explicación al fenómeno poltergeist o broma?

Desde que el pasado 1 de abril leí la noticia, no he hecho más que bucear por internet tratando de averiguar si se trataba una broma del día de los inocentes anglosajón o un hecho real. Pero hay división de opiniones, no hay desmentidos ni tampoco confirmaciones. Vamos, que no he sacado nada en limpio, así que comentaré los hechos sin pronunciarme sobre su veracidad.

El caso es que la revista científica New Scientist publicó en su web una sorprendente noticia. Dos científicos italianos, Vera Maxia y Piero Brovetto (ambos existen) del Instituto Fisica Superiore de Cagliari (que también existe) dicen haber encontrado en la física cuántica una posible explicación al fenómeno hasta ahora sobrenatural de los poltergeist. Tradicionalmente, la parapsicología ha atribuido esta fenomenología consistente en la alteración del medio físico (objetos que se mueven sin control, combustiones inexplicables y otros) a una persona y más concretamente a su mente.

Aunque me he leído el documento de ocho páginas que los físicos aportan llamado ‘Some conjectures about the mechanism of poltergeist phenomenon’, no he entendido nada de nada. Es decir, que bien puede decir auténticas sandeces como hechos reales. A menudo la física cuántica ha sido utilizada para «engañar» a los profanos en física avanzada para hacerlos comulgar con ruedas de molino, porque a ese nivel todo parece posible. Así que si hay que explicar fenómenos extraños, lo mejor es achacarlo a la física cuántica.

En el artículo de New Scientist sí se puede sacar algo más en claro sobre las investigaciones de estos científicos. Por ejemplo, indican que los casos de telequinesis (movimiento de objetos a distancia) pueden ser causados por las fluctuaciones de las ondas cerebrales de determinados sujetos (adolescentes normalmente) y el efecto que estas ondas producen. Algo que, en casos excepcionales, puede provocar «interferencias» incluso a metros de distancia.

A mi sinceramente, todo esto me suena raro y como a ciencia-ficción. En cualquier caso seguiré informando si se producen desmentidos o novedades al respecto.

2 de abril de 2008

40º aniversario de ‘2001: Una Odisea del Espacio’

Era el 2 de abril de 1968. Se vivían tiempos turbulentos en todo el mundo. Hacía apenas quince días que se había producido la matanza de May Lai en Vietnam, un hecho que agravaría las protestas contra esa guerra y que a su vez sería una de las mechas del Mayo del 68 francés. El 4 de abril caería abatido Martin Luther King. En tono más frívolo, el 6 de abril, Massiel ganó en Londres el Festival de Eurovision con el ‘La, La, La’ y los Beatles estaban en Rishikesh meditando con el Maharishi y componiendo las canciones para el álbum blanco.

Pero aquel día 2 los espectadores y los periodistas se agolpaban a las puertas del Uptown Theater de Washington D.C. Se iba a proceder a la primera proyección en primicia de la última obra del ya por entonces reputado realizador Stanley Kubrick. Era una película de ciencia-ficción como nunca antes de había visto. Su título era ‘2001: Una Odisea del Espacio’ (‘2001: A Space Odyssey’). Estaba basada en un relato de Arthur C. Clarke llamado ‘El Centinela’. ‘2001’ tuvo aspiraciones grandiosas desde el primer momento. Fue rodada en 70 mm y proporción 2.21:1, aunque en la mayoría de salas terminó por proyectarse en 35 mm anamórficos por cuestión de economía de medios, con lo que posiblemente nunca tendremos la oportunidad de ver la película con toda la grandiosidad que sin duda se merece.

No sé si lo sabréis, pero ‘2001: Una Odisea del Espacio’ es una de mis diez o quince películas favoritas y la he visto un montón de veces. Cuando me enteré de que hoy se cumplían los 40 años de su estreno me dio rabia no tener aquí el DVD para volver a verla antes de escribir este artículo. Además, todavía no tengo la versión en alta definición 1080p que tenía previsto ver estos días, así que me he tenido que conformar con entresacar algunos fotogramas de webs de aficionados.

Desde la primera vez que la vi, cuando era pequeño y no entendía nada, me llamó la atención la estética. Esas lucecitas, esas pantallas, los gráficos indescifrables, las tipografías (esa Futura que aparece por todas partes), el diseño de las naves, las vistas tan realistas de la Tierra desde el espacio, la banda sonora tan apabullante… Eran un cúmulo de cosas que todas unidas producían una sensación indescriptible. Imaginadlo en una pantalla enorme a finales de los años sesenta. Y ya no digamos en la España de la época.

Como suelo decir en estas ocasiones, ‘2001: Una Odisea del Espacio’ es producto de su tiempo. La fiebre por el espacio y los adelantos tecnológicos estaban a la orden del día. La carrera hacia la conquista de la Luna estaba en su apogeo. El programa Apolo se preparaba para lanzar el mes de diciembre de 1968 a los primeros seres humanos que orbitarían nuestro satélite. La sensación de que una nueva época aparecía en el horizonte era generalizada. Y ‘2001’ se aprovechó magistralmente de ese estado de opinión.

‘2001’ también fue la reinvención de la ciencia-ficción. Se abandonan los héroes y las naves de cómic para entrar en una ciencia-ficción realista, creíble y espectacular. Abrió una senda enorme por la que después caminarían George Lucas con ‘THX-1138’ (1970) o Ridley Scott con ‘Alien’ (1979) para inaugurar una nueva estética a la hora de enfocar el futuro

Pero como para todo, la película también tiene muchos detractores. Y en parte los entiendo bien. Comprendo que haya mucha gente que pueda calificarla como pretenciosa, vacía, larga o aburrida. Eso va en los gustos de cada uno. A mi me parece que una de las grandes bazas con la que juega ‘2001’ es precisamente lo críptico de su argumento (aquí explicado). Si todo hubiera quedado claro (como en su olvidable secuela ‘2010’ (1984)) perdería parte de la gracia.

1 de abril de 2008

No es nuestra generación

He pensado mucho si de verdad merecía la pena escribir sobre algo que está ya tan trillado. El próximo día 3 de abril se celebrará en Valladolid la gala de entrega de los Premios de la Música que otorga anualmente la Academia de las Artes y las Ciencias de la Música. Leí hace unos días en Público un artículo muy recomendable con el que no podía estar más de acuerdo. Trataba sobre la endogamia que sufre este tipo de ceremonias, donde generalmente lo que se premia es el clientelismo y los favores de los amigos más que promocionar realmente la música y crear un mercado dinámico y refrescante.

Ya sabemos que la gran industria del disco en España siempre mira para otro lado antes que afrontar los problemas. Prefiere convertirse en un dinosaurio al margen del mundo y no abrir la puerta a lo que es ya la realidad del nuevo panorama del pop y el rock español (que no son precisamente El Canto del Loco y similares).

Me he repetido mucho cuando digo que las cosas están cambiando. Cambian los formatos, las formas de promoción, los estilos. La música pop es por definición cambio, riesgo, novedad, romper con el pasado o al menos modificarlo. La música española ha vivido después de la Movida una bifurcación. No es que esa división mainstream/underground no existiera antes, pero a partir de aquí se agravó aún más. Por un lado aquellos que eran rentables económicamente se salvaban, el resto debía sobrevivir en un submundo que en un principio fue bastante amateur, pero que con el desarrollo de internet está llegando a públicos antes impensables.

Los primeros tuvieron el poder y la gloria mediática a finales de los ochenta, durante los noventa y en la primera mitad de la década actual. Son los que ostentan el poder «tradicional», los que pregonan la crisis de la música, la lucha contra el p2p y demás historias por todos conocidas. Pero me da la sensación que de algunos años para acá las nuevas generaciones reclaman otra cosa. No pueden ver en las teles generalistas ni escuchar en las radiofórmulas lo que se bajan de internet. Las «viejas glorias» de los ochenta y noventa les suenan a chino y quieren otra cosa.

Este poder mediático tiene fisuras, cada vez más y por aquellos lugares menos insospechados. Ahí tenemos el gran exponente de los últimos tiempos. Ha sido gracias a internet que pudimos ver a La Casa Azul competir como candidato a Eurovision, o gracias a los festivales de verano podemos escuchar hablar en la caja tonta de bandas que ni los locutores saben pronunciar, pero que queda chachi hablar de ellos. También algunos medios escritos de ámbito general como el diario Público, el digital Soitu.es y otros más tímidamente como El País en algunos de sus suplementos (Babelia, El País Semanal o el discutible EP3) o El (in)Mundo apuestan por los independientes. Otra fisura son las sintonías de los anuncios publicitarios. Cada vez más se opta por temas de bandas independientes, aunque pocas sean nacionales…

Con todo esto quiero decir que el espectáculo lamentable y decadente que se ofrecerá el jueves en Valladolid será más de lo mismo. Supongo que como el año pasado, será retransmitido por La 2 de TVE para cumplir el trámite y pasará sin pena ni gloria por las pantallas (4% de audiencia en 2007, por debajo de la media de la cadena). ¿A quién le puede interesar? A la mayoría de jóvenes desde luego no y a mucho no tan jóvenes que crecimos con la explosión indie del 93-95 también. Esa no es nuestra generación.



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