Mi visita turística del otro día a Mérida hizo que se confirmaran mis ideas sobre el negocio de explotar nuestro patrimonio artístico y cultural. Como supongo que sabéis, la antigua Emerita Augusta cuenta con algunos de los monumentos romanos más impresionantes y mejor conservados de la península y posiblemente con el museo de arte romano más importante de España. El organismo encargado de gestionar estos asuntos es el Consorcio de la Ciudad Monumental, Histórico-Artística y Arqueológica de Mérida, participado por la Junta de Extremadura, el Ministerio de Educación, la Diputación de Badajoz, el Ayuntamiento de Mérida y la colaboración de Caja de Badajoz. Es decir, que se trata de una entidad pública.
Pues bien, siendo un organismo público que vela por el patrimonio, que no olvidemos que es de todos, cuenta con unas tarifas de visita a cada uno de los monumentos de 4 euros. Vale, no es tanto. Pero es que la entrada al impresionante Museo Nacional de Arte Romano sólo cuesta 2,40 euros. Curiosamente, este museo no forma parte del Consorcio, sino solamente depende del Ministerio de Cultura…
A donde quiero llegar es que, si bien hemos de preservar y aportar todos los medios a preservar legado de nuestros antepasados, no me parece bien que este patrimonio se convierta en un negocio o se sostenga con el cobro de una entrada, como un parque temático o de atracciones que monta una empresa privada. Y volviendo al tema de siempre, el sostenimiento y conservación de monumentos, infraestructuras, personal y otros debe estar a cargo íntegramente de los organismos públicos, que para algo lo son y en parte pagamos impuestos para esto, y no de entes que ya parecen semiprivados o lo terminarán siendo tarde o temprano.
Sé que todo esto de la financiación íntegramente pública puede sonar utópico. Quizás lo sea, pero creo que vamos por el camino erróneo, hacia la mercantilización de la cultura de todos. No me invento nada. Ya se han dado intentos de privatización en Lanzarote o con el caso de la Biblioteca Digital Hispánica. Pero eso nos llevaría a otros temas…
El asunto del vídeo del alien que se asoma a una ventana de una casa no dejaría de ser un vídeo más de los que circulan por internet si no fuera porque el pasado 31 de mayo fue uno de los temas tratados en el prestigioso talk show de la CNN ‘Larry King Live’. Según cuenta el diario local Denver Post, Jeff Peckman organizó el pasado viernes una rueda de prensa donde afirmó que poseía una grabación de vídeo tomada en Nebraska en 2003 por un tal Stan Tiger Romanek que demostraba la existencia de extraterrestres. Pero el verdadero interés de Peckman era llamar la atención sobre su propuesta de crear una «Comisión de Asuntos Extraterrestres».
La rueda de prensa en la que presuntamente se iba a presentar el vídeo de Romanek se quedó en una muestra de un solo fotograma en el que puede verse una silueta redonda tras una ventana con dos pequeños ojos, pero del vídeo nada de nada. Analizando esta imagen fija no se puede sacar más conclusión de que puede ser cualquier cosa, desde un globo con unas rayas pintadas a rotulador, una cartulina de forma oval, una paellera o cualquier otra cosa redondeada con unas líneas pintadas a modo de ojos.
Buscando por YouTube me he encontrado con versiones cutres, en cualquier caso mejor hechas que la «real» (una de ellas incluso parpadea), y con otras humorísticas. Estos días está siendo la comidilla en el famoso portal de vídeos. Cotilleo «friki» aparte, creo sinceramente que si seres extraterrestres nos visitan, sería bastante triste que se manifestaran espiando por las ventanas a los pobres ciudadanos norteamericanos o jugando con nosotros al gato y al ratón…
El vídeo de ‘Larry King Live’ donde se habla del tema:
Una de las versiones del vídeo «real» que circulan por YouTube. Podían haberse trabajado algo más las animaciones:
La recreación oficial de la grabación del alien de la ventana:
Hay veces en las que un aparato, un cacharro para hacer música trasciende lo puramente técnico para pasar a ser un objeto de culto. Ocurrió con en su día, por ejemplo, con las guitarras Fender en los años cincuenta y sesenta. Los últimos años ochenta estuvieron marcados por un procesador de bajos electrónicos fabricado por Roland, el TB-303. Muchos se preguntarán que tiene de particular este artefacto que no tenga otro. Pues básicamente porque producía un sonido único y extraño, que para nada era el que los fabricantes buscaban. Concebido inicialmente como un sintetizador de bajos, su sonido poco conseguido hizo que fuera un fracaso para la compañía Roland, quien lo comercializó a lo largo de poco más de un año, entre 1982 y 1983. Sólo se vendieron diez mil unidades.
Tendrían que pasar todavía unos años para que el TB-303 se conviertiera en un instrumento de culto. Tal y como se cuenta en un excepcional artículo publicado en la Dance De Lux del verano de 1998, Phuture fundarían, sin saberlo, el acid house al manipular uno de estos aparatos. El propio artífice del sonido acid, Spanky, contaba su descubrimiento:
«La descubrimos por pura casualidad. En aquella época intentábamos hacer algo lo suficientemente bueno como para que Ron Hardy lo pusiera en The Music Box, pero no éramos capaces: nuestras líneas de bajo no mantenían el ritmo. Hasta que una noche Pierre (la otra mitad de Phuture) me llevó a casa de un tío llamado Jasper que conseguía que las líneas de bajo se mantuvieran al mismo ritmo que la percusión usando una TB 303. Al día siguiente, después de llamar a medio Chicago encontré una en el otro extremo de la ciudad. Lo llamé acid porque me sonaba al viejo acid rock con un beat de fondo. […] Con ese sonido no podíamos llamarlo house porque no sonaba como el house, así que el estilo se quedó con lo de acid house».
El resultado fue ‘Acid Trax’, el primer tema acid house publicado en 1987 y a su vez el primer himno pastillero para discotecas, origen del famoso «verano del amor» (del que este año se cumple el veinte aniversario), del «bakalao» y de todo lo que ha venido después, para bien y para mal…
Una de las noticias que más me ha llamado la atención esta semana es la del descubrimiento de una nueva tribu en el corazón de la Amazonía. A ojos de un profano en la materia como yo, que piensa que todo esta ya rastreado, que conocemos cada metro cuadrado de tierra y somos capaces de fotografiar con nuestros satélites cada rincón del planeta, no deja de sorprenderme el contacto con personas que jamás antes han visto el mundo que conocemos. Es como si hubieran quedado congelados miles de años en un pequeño trozo de la selva y se hubiesen despertado hoy.
Buscando información descubro que, en contra de lo que parece, aún quedan más de un centenar de grupos indígenas que jamás han tenido contacto con el ser humano occidental, principalmente en Sudamérica, África central y Oceanía. Algunos saben de la existencia de otros seres como ellos más allá de sus poblados, pero otros, y esto es lo más llamativo, no. Entre ellas está la descubierta recientemente en la borrosa frontera entre Brasil y Perú, donde jamás ha entrado nadie aparte de ellos.
En este caso se han obtenido fotografías aéreas (realizadas por el organismo de protección gubernamental brasileño FUNAI) de uno de sus poblados que han dado la vuelta al mundo en la que tres indígenas disparan con sus arcos al helicóptero que los estaba observando. Las imágenes son bastante impactantes. Pero lamentablemente estas fotos son la forma que este organismo tiene para denunciar y llamar la atención sobre el acoso constante, y cada vez mayor, al que están sometidos estos pueblos a causa de la tala de selva virgen. Esta depredación de su medio natural hace que cada día sea posible adentrarse más en zonas donde nunca antes se había estado y propiciar descubrimientos como éste.
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