‘I’m a Cyborg but That’s Ok’
A pesar de que conocemos ya muchas filmografías de realizadores coreanos, el cine del país asiático nos da todavía sorpresas muy agradables. ‘I’m a Cyborg but That’s Ok’ (2006) es una de esas sorpresas que uno se encuentra mientras busca otras cosas. El cine de Corea del Sur pasa por ser uno de los más originales y con más talento de lo que llevamos de siglo. No hay más que recordar la asombrosa obra de Kim Ki-Duk (‘Hierro-3’, ‘Primavera, Verano, Otoño, Invierno… y Primavera’ o ‘El Arco’ por ejemplo). Ahora he de añadir a este particular olimpo el nombre de Park Chan-wook. Aunque su filmografía ya es dilatada, hasta ahora desconocía su existencia. Son muchas las virtudes que las alumbran, pero sin duda por encima de todo está la sensibilidad y el talento para saber combinar drama, poesía, tecnología y los aspectos más mundanos de la vida.
Al igual que su colega Kim Ki-Duk, Chan-wook cocina sus películas combinando con sensibilidad y talento el drama, la poesía, la tecnología y los aspectos más mundanos de la vida. Los ingredientes de ‘I’m a Cyborg but That’s Ok’ (creo que aquí se tradujo como ‘Soy un Cyborg’) se mezclan perfectamente para dar un resultado mágico y que atrapa al espectador. En un principio, lo desquiciado del argumento me hizo temer un desarrollo decepcionante, pero Chan-wook sabe bien mantener el pulso narrativo, agregando fuertes dosis de romanticismo, de mala leche o de humor. Otra cosa a destacar es la interesante (y muy natural) unión entre tecnología y tradición, tan a la orden del día en Corea.
La película cuenta la historia de Cha Young-goon, una joven que, tras pasar por una infancia solitaria y traumática, cree ser un cyborg. Su madre decide internarla en una institución psiquiátrica donde conocerá a multitud de personajes extravagantes. Uno de ellos, Park Il-soon, gran jugador de ping pong, se interesa pronto por ella. Establecerán una curiosa relación repleta de fantasía.
Aparte de todo lo mencionado, el realizador Chan-wook se olvida de los complejos cinematográficos para mezclar estilos hasta confeccionar una película inclasificable, humorísticamente violenta a veces, intencionadamente dulzona otras y sarcástica siempre. Visualmente ‘I’m a Cyborg but That’s Ok’ también rompe todos los esquemas tradicionales y sorprende la audacia de muchas de sus secuencias con el mérito de que ninguna de ellas parezca forzada. Una pequeña maravilla que merece la pena ser vista.