‘Camino’ y el Opus Dei
El tema que trata la última película de Javier Fesser, ‘Camino’, se aleja radicalmente de sus anteriores trabajos. Particularmente me resulta un tema muy atractivo, y tras su proyección en el Festival de San Sebastián parece que ha tenido buena acogida. Pero no voy a hablar ahora de una película que no he visto, sino de todo lo que la está rodeando. Se ha armado un cierto revuelo, especialmente en los entornos ultracatólicos del Opus Dei, sobre el trasfondo y la forma en la que se trata el tema.
‘Camino’ llega en un momento de polémicas en torno a las sedaciones de enfermos terminales, eutanasias y demás. La película está inspirada en el caso de Alexia González Barros, una chica que creció en esta secta ultracatólica (entiéndase secta como grupúsculo y sin ánimo ofensivo) y que llevó la religión hasta sus últimas consecuencias. El motivo principal de la polémica es si los sufrimientos que padeció desde que se detectó un cáncer con 13 años hasta su muerte diez meses después estuvo influida por sus propios padres. Alexia no recibió los cuidados paliativos que cualquier otro enfermo hubiera recibido, argumentando cuestiones puramente religiosas.
A través del artículo que Público colgó en su web supe que Alexia tiene una página póstuma con todo tipo de información, fotografías y vídeos sobre ella y sobre su sufrimiento a mayor gloria de Dios. Una de las misiones que tiene el sitio es promover su beatificación. La web tiene algo de siniestra, de recreación en el dolor… La verdad es que me resulta extraordinariamente difícil entender a esta gente, que antepone sus ideas sobre cualquier otra cosa y después exalta el padecimiento de un enfermo terminal en una suerte de concurso macabro hacia la canonización.
Con razón o sin razón, lo cierto es que el Opus Dei se ha volcado en desacreditar la película de Fesser cuando, igual que yo, ninguno de ellos la ha visto todavía (se estrena el 17 de octubre). Lo mejor sería que todo el mundo se calmase, viera ‘Camino’ y después que se opine. No es bueno adelantar acontecimientos y mucho más con un asunto tan delicado.