Miquel Barceló y los demagogos profesionales
Tengo una cosa muy clara: los demagogos profesionales que pululan por algunos medios sólo engañan a los ignorantes, a los mal informados o a quienes no quieren reconocer que la realidad es mucho más compleja de lo que algunos la pintan. El último gran ejemplo es la cúpula de la Sala XX del Palacio de las Naciones de la ONU en Ginebra, sala bautizada como «de los Derechos Humanos y Alianza de Civilizaciones». La derecha mediática tenía en bandeja todos los ingredientes para atacar este proyecto: Primero: El autor es Miquel Barceló, que firmó el manifiesto en apoyo a Zapatero. Segundo: La manipulación de la crisis. Según ellos la obra ha sido un despilfarro por parte del Gobierno de España en un momento problemático de la economía. Y tercero: La sala decorada es la dedicada a la Alianza de Civilizaciones, un proyecto denostado por estos sectores.
Con estos mimbres estaba claro que algunos darían la tabarra. Y como digo, los que quieran creer van a creer lo que les digan. Para los demás, comentaré algunas cosas. Los orígenes del proyecto datan de junio de 2006 (antes de la «crisis»), cuando se convocó a cuatro artistas a que presentaran un proyecto para decorar la cúpula de la sala. Finalmente, en febrero de 2007 se resolvió el concurso [PDF], asignándole a Miquel Barceló la ejecución de su proyecto. No conozco mucho la obra de Barceló, pero mirando el currículum de este mallorquín, la elección está más que justificada. Fue premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2003, ha realizado trabajos similares en tamaño y en concepto, como una capilla de la catedral de Palma de Mallorca. Ha expuesto en los principales museos del mundo, entre ellos el Louvre o el Centro Pompidou de París. Junto con Antonio López y Tàpies, es el artista español vivo más cotizado en el mundo.
Para los que hablan de despilfarro les repetiré que el proyecto data de 2006. La ONU lo presupuestó en su momento. De los veinte millones de euros que ha costado la obra, ocho los aporta España a través de ONUART, un organismo público presidido por el Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación y en la que colaboran financieramente entidades como Caja España, Banco Santander, Agbar, Iberdrola, Caixa Galicia, Telefónica o Repsol entre otros. Es decir, que de esos ocho millones de la discordia, una parte los aportan estas empresas. Barceló se lleva unos seis por el trabajo. Pero según las palabras del propio artista, de aquí una parte irá para obras benéficas.
Pero bueno, para aquellos que quieran seguir engañándose seguirán teniendo argumentos sesgados, informaciones partidistas y verdades a medias… allá ellos. También tienen derecho a vivir alejados de la realidad. Personalmente, a mí la obra me parece magnífica, monumental, originalísima y, aunque yo apenas entienda nada de arte, el choque estético me resulta impresionante. España sigue aportando obras de sus artistas a la ONU, como ya hiciera en los años cincuenta Joan Miró con sus murales del Sol y de la Luna para el edificio de la UNESCO.