«Sonrisas y Lágrimas» de La Voz de Zamora
Todos los viernes me bajo en formato PDF mi ejemplar de DGratis y también de La Voz de la Zamora, los dos diarios gratuitos que se editan en la ciudad. Ya en su día comenté las tendencias políticas de DGratis y ahora toca hablar del otro periódico en discordia. Vengo observando una cierta deriva a la derecha, o al menos a defender sus tesis. Quizás no sea así, pero es la sensación que me ha quedado después de leer los últimos números correspondientes al mes de enero. Todos los artículos de opinión y especialmente la sección dedicada a alabar o a criticar personajes o grupos de actualidad llamada «Sonrisas y Lágrimas» van cayendo poco a poco en un populismo típicamente zamorano.
Las mismas ideas, pero más elaboradas, que pueden escucharse en cualquier corro de ciudadanos. Pocos razonamientos y mucho repetir los interesados tópicos de siempre sin argumentos originales. Poca imaginación y pocos matices en las informaciones. O blanco o negro, sin términos medios. Al final lo que se consigue es recalcar y ahondar en el pensamiento arcaico del zamorano ancestral, haciendo gala del clásico victimismo, del agravio comparativo con otras zonas de España, del azuzar contra Cataluña, contra el Gobierno central (sobre todo si es socialista)… He aquí algunos ejemplos de «Lágrimas»:
José Montilla. Más que andaluz socialista, el presidente de la Generalidad parece un catalán de Olot, al servicio del nacionalismo.
Magdalena Álvarez. ¡Qué se puede esperar de una ministra que no sabe ni hablar! Mientras continúe en el cargo, el PP, satisfecho.
Fernández Bermejo. Este inefable ministro ya fue el causante de otra huelga en la administración de la Justicia; ahora, los jueces, de huelga.
A veces las «Sonrisas» parecen «Lágrimas», depende de quién se hable:
Rodríguez Zapatero. España, chantajeada por los nacionalistas, la peor crisis de la democracia, y aún ganaría los comicios.
Y también las «Lágrimas» parecen «Sonrisas»:
El Gobierno, ahogado en la crisis económica, y el Partido Popular espiándose a sí mismo. ¡Pobre España!
En fin… Si nos hubiéramos ido a los ejemplares de meses anteriores, más de lo mismo…