Cámaras digitales réflex que graban vídeo
Por alguna extraña razón, el mundo de las DSLR se había mantenido al margen de la grabación de vídeo. Mientras las compactas llevan esa función desde hace ya unos cuantos años, las cámaras para aficionados más exigentes o semiprofesionales carecían de esa posibilidad. Supongo que el asunto tenía mucho más de cultural que de técnico. De hecho, los puristas ya han alzado la voz contra esta herejía: ¡Las réflex graban vídeo como las cámaras baratas! Después de haber leído bastante sobre el tema, he sacado mis propias conclusiones.
Lo primero de todo es que se trata de una tecnología que todavía está en pañales. Son muy pocas las DSLR que llevan capacidad para grabar vídeo y no hay mucho donde elegir. La que abrió el fuego fue la Nikon D90, una cámara de gama media dirigida a los aficionados con ganas de ir un poco más allá. Mientras que a nivel de fotografía, la relación calidad-precio es inmejorable, las capacidades de vídeo son discretas, no tanto por sus prestaciones, que también (máximo de 720p a 24 fps y compresión de vídeo MJPEG), sino por el resultado final algo decepcionante por el «efecto gelatina» que se genera en los objetos en movimiento o si agitamos un poco la cámara y por la pérdida de calidad (excesiva compresión) cuando grabamos una secuencia con demasiado detalle. La nueva Nikon D5000 hereda estas mismas características en una cámara más asequible.
Pero sin duda la estrella en cuanto a réflex con vídeo es la Canon EOS 5D Mark II. Buscando por internet pueden verse docenas de clips espectaculares hechos con esta cámara. La 5D Mark II juega en otra división muy diferente a las Nikon. La primera es su precio, que marca las diferencias (900 euros por el cuerpo de la Nikon D90 o 700 por la D5000 frente a los 2.400 de la Canon) y la segunda las prestaciones (21 Megapíxeles y vídeo de hasta 1080p a 30 fps con compresión H.264). En cualquier caso se trata de una cámara de fotos para profesionales (o semiprofesionales), pero no de una videocámara profesional. La limitación en la duración de cada clip de vídeo o la compresión H.264 delatan un uso ocasional. A pesar de todo esto, he llegado a ver vídeos donde se atreven a compararla con la Red One, esa pedazo de cámara de cine digital que graba a 4K con resultados no muy diferentes a primera vista.
Mis conclusiones son varias. Primera: todavía quedan uno o dos años para que la grabación de vídeo se normalice en las DSLR. Segunda: el vídeo en una réflex cuenta con una característica que no tienen las videocámaras convencionales: los objetivos. Cualquier objetivo de una cámara fotográfica le da mil vueltas a la que suelen montar las videocámaras de consumo. Además tienen la ventaja de ser intercambiables. Por contra, las prestaciones de vídeo de, por ejemplo la 5D Mark II, son ampliamente superadas por muchas videocámaras HD de gama media (la Legria/Vixia HV-40 de Canon sin ir más lejos, que cuesta unos 800 euros). Y tercera: de momento, una cámara de fotos seguirá siendo una cámara de fotos y una de vídeo, una de vídeo, independientemente de que ambas se intercambien a veces las funciones. Digo de momento. Veremos lo que nos depara el futuro.
Y para terminar, el vídeo de la comparativa 5D Mark II vs Red One (está en noruego):