Polémica sobre ‘La Rosa de los Vientos’
El otro día cuando iba a descargarme, como todas las semanas, las emisiones del veterano programa de Onda Cero ‘La Rosa de los Vientos’ de la web rosavientos.es me encuentro con un mensaje de su autor comentando el abandono de la página por falta de tiempo y por diferencias con la línea actual del programa después de la desaparición de Juan Antonio Cebrián en octubre de 2007. Evidentemente no voy a criticar a Al, el webmaster, porque gracias a su trabajo semana tras semana desde hace mucho tiempo he podido escuchar uno de mis programas favoritos. Así que le deseo lo mejor y lo mínimo que se puede hacer es agradecerle toda esa dedicación altruista. En los aproximadamente doscientos comentarios del post de despedida se ha formado una animada discusión, con partidarios de la línea actual y aquellos que echan de menos el espíritu de la época de Cebrián.
Haber intentado copiar o mantener el estilo de Juan Antonio hubiera sido, además de patético, muy complicado, así que decisión que se tomó en su día de darle otro aire ha sido a todas luces la más inteligente. La actual etapa de ‘La Rosa de los Vientos’ comenzó hace ya casi dos años con la repentina desaparición de Cebrián. Bruno Cardeñosa, encargado desde 2001 de las ediciones veraniegas del programa, pasó a ocupar el cargo de director y presentador y, como no podía ser de otra manera, le imprimió su propio estilo, más crítico con los altos estamentos y siempre cuestionándose la realidad. Un estilo que a mí particularmente me gusta mucho, independientemente de su limitada capacidad como comunicador. Esta limitación la suple con creces lo interesante y lo variado de la propuesta. Aunque la base y las secciones más emblemáticas del espacio no han variado (la tertulia y los monográficos de la Zona Cero, Materia Reservada y El Callejón del Escribano (grandísimo José Manuel Escribano)), se han añadido nuevos contenidos que aportan interés adicional al programa (la Cara B, Los 32 Rumbos con Josep Guijarro, Curiosidades de la Historia, etc). Se trata, por tanto, de un programa que cuenta lo que otros no dicen, que suministra información útil más allá de lo visible. Y mucha culpa de esto la tiene Bruno Cardeñosa.
Pero también hay cosas que no me gustan. Por ejemplo la omnipresente presencia (valga la redundancia) del poco gracioso Martín Expósito en la tertulia Zona Cero y sobre todo en Materia Reservada, con unas intervenciones que dan vergüenza ajena, rompen la buena ambientación de la sección, y que gracias a las maravillas del mp3 puedo pasar por alto. Ahora ya sólo me queda decir que ojalá que ‘La Rosa de los Vientos’ siga muchos años por esta senda y que nos siga «iluminando».