Basilio Martín Patino
Dudo mucho que en España haya existido o exista en el futuro alguien como Basilio Martín Patino. Cineasta en el sentido más amplio de la palabra, Patino siempre ha escapado de los convencionalismos de manera sistemática. A sus casi ochenta años (nació el 29 de octubre de 1930 en Lumbrales, Salamanca) asombra su forma extraordinariamente moderna de ver el arte, la vida y, por supuesto, el cine. Por eso, y por un afán de independencia creativa y económica casi obsesiva, me parece uno de los personajes del mundo del cine más admirables. Me permitiré decir que si yo me hubiera dedicado a este mundo, me hubiera gustado ser como él, porque comparto prácticamente todas sus tesis sobre el séptimo arte.
Patino ha combinado hábilmente el cine de ficción con el documental y, un género que me apasiona, el falso documental. Como hombre orgulloso de su tierra, Salamanca y su provincia ha sido el telón de fondo de muchas de sus obras, como por ejemplo su debut en 1966 con ‘Nueve Cartas a Berta’, una película que obtuvo la Concha de Plata en el Festival de Cine de San Sebastián de aquel año. Formó parte del movimiento llamado «nuevo cine español» que, junto a otros grandes como Carlos Saura, intentaron sin éxito renovar el rancio cine patrio a imagen y semejanza de lo que hicieron sus colegas en Francia o en el Reino Unido. Su militancia antifranquista (concretamente dentro del anarcosindicalismo) se plasmó también en varias de esas obras. Con muchas de ellas tuvo problemas de censura. Tal es el caso de la trilogía de documentales ‘Canciones para Después de una Guerra’ (1971), la impresionante ‘Queridísimos Verdugos’ (1973) y ‘Caudillo’ (1974). No pudieron estrenarse hasta después de la muerte de Franco. Otras de sus películas más importantes son ‘Madrid’ (1985), el falso documental ‘La Seducción del Caos’ (1991) u ‘Octavia’ (2002).
Como curiosidad, decir que en 1984 puso en marcha una emisora de televisión clandestina llamada ‘El Búho’. También ideó y puso en práctica la videoinstalación ‘Holoscopio’, compuesta por 32 pantallas, hologramas y proyección láser en la Catedral Vieja de Salamanca con motivo de la primera edición de Las Edades del Hombre en 1992. Ha participado junto con Isabel Coixet y Bigas Luna en la elaboración de las imágenes que se proyectarán en el pabellón de España en la exposición de Shangai 2010.
En definitiva, y como ya he comentado antes, la idea de cine de Martín Patino es mi concepto de cine, un cine casi (o sin casi) veraz, alejado de los artificios y siempre mirando a la vanguardia y a la experimentación, tanto técnica como artísticamente para concentrarse en el hecho visual en sí mismo. Él mismo se ha apartado voluntariamente del «show business» que tanto detesta. En este vídeo que os dejo habla de algunas de estas ideas:
De paso, algunas imágenes sin sonido del rodaje del documental que se proyectará en Shangai (que por cierto ha realizado con una cámara Red de cine digital):
Si queréis leer algo actual sobre el salmantino, aquí tenéis un pequeño reportaje publicado por Babelia, el suplemento artístico de El País en 2009. Incluso, hasta tiene una página en Facebook…