El incidente de la Mezquita de Córdoba
Hay determinado tipo de noticias que nacen envenenadas y crecen, se amplifican y se hinchan por intereses ajenos a los propios hechos. Son fácilmente identificables y se caracterizan principalmente por lo insustancial y olvidable del asunto en cuestión, por la necesidad por parte de algunos de buscar culpables y, también por parte de los mismos, de incluir la noticia dentro de un hipotético supuesto mayor y generalmente catastrofista. La gran mayoría de las veces, la política está detrás. La política de las dos partes (izquierda o derecha, dependiendo del caso).
Me voy a ocupar del ya famoso incidente de la Mezquita-Catedral de Córdoba del pasado miércoles. Un grupo de seis jóvenes musulmanes austríacos intentaron rezar dentro del recinto del monumento. La seguridad privada les llamó la atención y se lo impidió. Hasta ahí los hechos probados. La noticia cambia notablemente dependiendo de los medios que consultemos. Desde unos que dicen que uno de ellos llevaba una navaja y agredió a uno de los guardas hasta que eran un «comando organizado» dispuesto a sabotear los actos católicos, pasando por matices de todo tipo y color. La organización que organizaba la excursión a España (con 118 participantes) es la Asociación de Jóvenes Musulmanes de Austria y ya ha pedido disculpas y ha lamentado lo ocurrido.
Más allá del hecho puntual y anecdótico, los de siempre han sacado punta a sus lápices y han arremetido por el mismo precio contra la próxima Ley de Libertad Religiosa, contra la Alianza de Civilizaciones y, por extensión, contra Zapatero. Lanzan la voz de alarma agitando el falso fantasma de la «islamización» y la «permisividad» con estos hechos en España. Todo eso aunque los musulmanes de la noticia sean austríacos. Sobre todo a pie de calle se suele argumentar que en los países islámicos no es posible rezar al dios católico en una mezquita. Además de demostrar el poco conocimiento que tienen de los países islámicos (en la mayoría de ellos hay libertad religiosa), tampoco tendría mucho sentido… Está claro que en estados radicales como Arabia Saudí, Siria o similares no se puede hacer algo así. Recordemos que son países teocráticos, dictaduras religiosas donde la ley imperante es la de dios y no la del ciudadano. Es decir, el Estado ideal (en versión católica) para aquellos que tanto vociferan y critican de los demás. Si por ellos fuera…