15 años de música independiente
Fue en abril de 1995 cuando, por azares de la vida, sintonicé Radio 3 conscientemente por primera vez. Realmente no era la primera vez que me ponía en contacto con esa cosa abstracta llamada «música independiente». Dos años atrás, en 1993, Suede y sus temas ‘Animal nitrate’ y ‘So young’ me habían causado gran impresión. Sabía de sobra que aquello era un sonido diferente. En el 94 surgieron Beck, Oasis, se dio a conocer Blur y otras bandas que por entonces eran más o menos independientes, o que por lo menos sonaban muy distinto de todo lo que había escuchado hasta entonces.
Pero la independencia de verdad –el subsuelo maquetero que llamaría nuestro amigo Julio Ruiz– y, sobre todo, la independencia en el pop español era algo nuevo. Había unas cuantas bandas que estaban rompiendo silenciosamente con todo lo anterior. Ahí estaban Los Planetas (a los que escuché por primera vez aquel abril mágico y que tocaron en Zamora en mayo o junio del 95 si no recuerdo mal), Australian Blonde (el ‘Chup chup’ fue uno de los primeros himnos indies y hasta los escuché en Los 40 Principales a raíz de aparecer en la banda sonora de la película ‘Historias del Kronen’), Cancer Moon (tenían un disco suyo en el Eroski ¿qué extraño, no?), El Inquilino Comunista o Penélope Trip. Por encima de ellos, mi gran descubrimiento (o redescubrimiento, mejor dicho) fue Lagartija Nick. Las canciones de su disco ‘Su’ abrieron aquella cassette de 90 minutos que grabé de Radio 3 y en la que luego entrarían otros muchos –la mayoría todavía sólo maquetas– como Manta Ray, Nosoträsh, Doctor Explosion, Sex Museum y una lista larguísima de hasta 50 canciones por cinta. Al final fueron tres volúmenes (tres cintas) que grabé entre abril y junio de 1995 y que titulé ‘Panorama Actual de la Música Independiente Nacional’.
Desde entonces ya no he podido renunciar a la causa indie, una causa romántica e imposible (a veces quizás no tanto) que ha marcado mis gustos musicales, cinematográficos (todavía recuerdo aquellos ciclos de Caja España de cinematografías raras) y, en general, una forma de entender la vida al margen del «mundo real». Para muchos seré un incomprendido… pero cada vez menos. Lo independiente va ganando terreno poco a poco en el mundo «comercial». Y ojalá que siga siendo así. Ya es hora de que las buenas bandas independientes nacionales se conozcan a gran escala. Se lo merecen.