La sábana santa
Debió ser hacia 1988 cuando asistí junto a mis padres a una conferencia acerca de los últimos descubrimientos científicos sobre la sábana santa. Deduzco que fue por entonces porque aquel año se realizaron algunos de los análisis más exhaustivos que se han hecho nunca sobre la síndone de Turín. La principal de ellas fue la datación por carbono 14 realizada por tres laboratorios independientes (en el Reino Unido, en Suiza y en Estados Unidos), que arrojó resultados más que polémicos, ya que fue datada entre los años 1280 y 1360, o sea, por lo menos 1250 años menos de la antiguedad que se le supone. Incluso, después de consultar algunos artículos de prensa en la hemeroteca de El País, la Iglesia reconoció oficialmente la falsedad de la reliquia.
Sin embargo, en 2005, un químico norteamericano lanzó la hipótesis de que los análisis de datación no habían sido realizados sobre fragmentos originales del lienzo, sino sobre uno de los numerosos parches. Otros métodos realizados en aquellos tiempos y posteriores nos proporcionan datos contradictorios y no concluyentes. La historia del sudario de Turín es para una película. Os recomiendo que leáis el artículo que le dedica la Wikipedia. Es un resumen bastante bueno de las pistas reales que nos sirven para seguir sus pasos en el espacio y en el tiempo. En cualquier caso, sea lo que sea, y venga de donde venga, falsificación o realidad, se trata de un objeto que ejerce una gran atracción a quien ve una imagen suya, sobre todo la versión «positivada». Digo esto porque, una de las peculiaridades de la sábana santa, es que la «impregnación» es un negativo. Lo descubrió un fotógrafo italiano a finales del siglo XIX y añadió aún más misterio acerca de su origen.
Del mismo modo, mucho se ha comentado sobre su origen medieval. Todas esas teorías surgieron a partir de la famosa datación de 1988 e incluso se atribuyó su autoría ni más ni menos que a Leonardo Da Vinci sin darse cuenta de que el genio renacentista era eso, renacentista, y por tanto del siglo XV o XVI… En definitiva, yo no me atrevo a pronunciarme sobre la naturaleza de la sábana santa. No creo que sea lo que dice ser, pero para ser una obra del siglo XIII/XIV me resulta demasiado perfecta. ¿Solucionaremos alguna vez este enigma?
Por cierto, si estáis por Turín, podréis acercaros hasta su catedral, donde se expone la reliquia por primera vez en diez años y sólo hasta el próximo 23 de mayo tras la restauración a la que fue sometida en 2002. Para más información os recomiendo que escuchéis el programa del sábado de Milenio 3, dedicado íntegramente a este tema.