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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
13 de abril de 2010

¿Tiene sentido hoy la Ley de Amnistía de 1977?

Aun con el riesgo de meter la pata hasta el fondo (no soy ningún estudioso de las leyes ni sé prácticamente nada de derecho) voy a comentar algunos asuntos a raíz del procesamiento del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón por su investigación de los crímenes del franquismo. Estos días se ha hecho referencia en múltiples ocasiones a la Ley de Amnistía, promulgada el 15 de octubre de 1977. Básicamente, este corto texto de doce artículos viene a ser un «borrón y cuenta nueva» que ponía a cero el contador para iniciar un nuevo camino en democracia. En aquel momento no dudo de que fue una ley beneficiosa, sobre todo para los que fueron verdugos y represores de la dictadura. Las víctimas, muchas encarceladas por delitos políticos, hubieran sido amnistiadas automáticamente y de cualquier modo –en el peor de los casos– al entrar en vigor la Constitución. Esta grosera forma de equiparar a unos y a otros, a ejecutores y ejecutados, de olvidarnos de unos y de otros como si nada hubiera pasado, ha traido mucha cola desde que se aprobó, porque supuso el cierre en falso de un capítulo demasiado traumático y con demasiados flecos sueltos como para poder olvidarse.

Resulta increíble que un estado moderno de la Europa occidental siga amparando legalmente a los represores. La Ley de Amnistía lo deja bien claro en los apartados 5) y 6) del artículo 2.1:

En todo caso están comprendidos en la amnistía:[…]
5. Los delitos y faltas que pudieran haber cometido las autoridades, funcionarios y agentes del orden público, con motivo u ocasión de la investigación y persecución de los actos incluidos en esta Ley.
6. Los delitos cometidos por los funcionarios y agentes del orden público contra el ejercicio de los derechos de las personas.

Mucho más increíble cuando algunos de esos delitos son gravísimos y pueden considerarse crímenes contra la humanidad, que son hechos que no prescriben. Eso al menos dice el Pacto de los Derechos Civiles y Políticos de la ONU que España ratificó precisamente en 1977. Ha sido precisamente la ONU la que instó a España en 2008 a derogar la Ley de Amnistía… No deja de ser una vergüenza que países como Uruguay o Argentina hayan derogado hace tiempo sus respectivas leyes de Punto Final y Obediencia Debida (en 2009 y 2003 respectivamente) y que aquí aún sigamos rasgándonos las vestiduras con asuntos que, los más recientes, ocurrieron hace 34 años.

Quizás sea porque aún muchos cargos de poder estén ocupados por personas que se «adaptaron» con rapidez a la nueva era democrática sin asumir enteramente sus premisas, principalmente en instituciones judiciales, donde los puestos son inamovibles y sus componentes se retiran a venerables edades. La nueva derecha «acomplejada» por su pasado no termina de condenar ni de dar carpetazo definitivamente a esa rémora que arrastran, puede que por miedo a perder votos o porque verdaderamente piensan que la Transición está efectivamente completada y no cerrada en falso como opinamos muchos.

12 de abril de 2010

La sábana santa

Debió ser hacia 1988 cuando asistí junto a mis padres a una conferencia acerca de los últimos descubrimientos científicos sobre la sábana santa. Deduzco que fue por entonces porque aquel año se realizaron algunos de los análisis más exhaustivos que se han hecho nunca sobre la síndone de Turín. La principal de ellas fue la datación por carbono 14 realizada por tres laboratorios independientes (en el Reino Unido, en Suiza y en Estados Unidos), que arrojó resultados más que polémicos, ya que fue datada entre los años 1280 y 1360, o sea, por lo menos 1250 años menos de la antiguedad que se le supone. Incluso, después de consultar algunos artículos de prensa en la hemeroteca de El País, la Iglesia reconoció oficialmente la falsedad de la reliquia.

Sin embargo, en 2005, un químico norteamericano lanzó la hipótesis de que los análisis de datación no habían sido realizados sobre fragmentos originales del lienzo, sino sobre uno de los numerosos parches. Otros métodos realizados en aquellos tiempos y posteriores nos proporcionan datos contradictorios y no concluyentes. La historia del sudario de Turín es para una película. Os recomiendo que leáis el artículo que le dedica la Wikipedia. Es un resumen bastante bueno de las pistas reales que nos sirven para seguir sus pasos en el espacio y en el tiempo. En cualquier caso, sea lo que sea, y venga de donde venga, falsificación o realidad, se trata de un objeto que ejerce una gran atracción a quien ve una imagen suya, sobre todo la versión «positivada». Digo esto porque, una de las peculiaridades de la sábana santa, es que la «impregnación» es un negativo. Lo descubrió un fotógrafo italiano a finales del siglo XIX y añadió aún más misterio acerca de su origen.

Del mismo modo, mucho se ha comentado sobre su origen medieval. Todas esas teorías surgieron a partir de la famosa datación de 1988 e incluso se atribuyó su autoría ni más ni menos que a Leonardo Da Vinci sin darse cuenta de que el genio renacentista era eso, renacentista, y por tanto del siglo XV o XVI… En definitiva, yo no me atrevo a pronunciarme sobre la naturaleza de la sábana santa. No creo que sea lo que dice ser, pero para ser una obra del siglo XIII/XIV me resulta demasiado perfecta. ¿Solucionaremos alguna vez este enigma?

Por cierto, si estáis por Turín, podréis acercaros hasta su catedral, donde se expone la reliquia por primera vez en diez años y sólo hasta el próximo 23 de mayo tras la restauración a la que fue sometida en 2002. Para más información os recomiendo que escuchéis el programa del sábado de Milenio 3, dedicado íntegramente a este tema.

11 de abril de 2010

La estafa estereoscópica

La idea de que el cine es una industria y, en general, considerar sistemática el arte como un negocio siempre me ha parecido un gran error. Es muy complicado compatibilizar una actividad económica rentable con una actividad artística completamente libre, original e independiente de las corrientes sociales predominantes. El cine, como arte que es, es un medio de comunicación del artista (en este caso un conjunto más o menos grande de ellos) para expresar una idea. Hollywood hace décadas que perdió el rumbo y anda como pollo sin cabeza buscando el filón más rentable y dejando a un lado la parte creativa. La cartelera se llena de refritos de clásicos, de argumentos manidos y, últimamente, de películas tridimensionales, en 3D o estereoscópicas (que cada uno elija el nombre que más le guste).

Hace unos meses probé el invento yendo al cine a ver la última producción de Pixar, ‘Up’ (por cierto, pagando un plus sustancioso por la entrada). Me divertí y la sensación de relieve estaba bastante conseguida pero me surgió una duda, ¿Sería igual de atractiva la película en dos dimensiones? Bueno, quizás este caso no sea el mejor. No estuvo nada mal. Pero, ¿esto es cine o queremos convertirlo en un simple espectáculo donde las formas valen mucho más que el fondo? De un año para acá todo lo que sea imagen tridimensional se ha puesto de moda. No sólo el cine. Ahora nos quieren vender televisores 3D, el mundial de fútbol se emitirá en 3D. ¿De verdad tendrá éxito o será algo pasajero? Yo soy de los que piensan que todo pasará y que ni se venderán televisores tridimensionales ni el cine estereoscópico se quedará mucho tiempo. De momento la gente está pasando por el aro, pero veremos si el fenómeno aguantará el impacto de la novedad.

El otro día, el diario El País publicaba un reportaje precisamente sobre un aspecto de este tema. Bajo el título de «El timo de la estampita en 3D», se comenta que los estudios de Hollywood «convierten» a 3D películas ya estrenadas y que inicialmente no estaban ideadas para ello con el sólo objetivo de servir de reclamo para los espectadores y, de paso, subir el precio de las entradas. ¿Qué no harán para mantener intacto su pedazo de la tarta?

10 de abril de 2010

Canon EOS 550D: Primeras impresiones

Llevo apenas 24 horas probando mi nueva cámara y ya estoy en disposición de comentar al menos las primeras impresiones. Tras tres años con mi Nikon D40, de la que estoy muy contento, me he pasado al otro lado. La elegida ha sido la Canon EOS 550D, con características muy superiores (lógicamente) a la D40. A saber: sensor de 18 megapíxeles, idéntico al de la 7D, grabación de vídeo a 1080p y 24, 25 o 30 fotogramas, controles manuales en modo vídeo, etc. En cuanto al objetivo, elegí el popular Tamron 18-270mm.

Nada más cogerla, la primera idea que se me pasó por la mente es que los acabados de Canon (al menos en la gama media) son peores que en mi antigua Nikon. Los materiales dan la sensación de ser de peor calidad y algunos elementos parecen «desajustados». Sobre todo me refiero al botón de disparo y al dial, que me han resultado algo endebles. No cabe duda de que sólo era una sensación. En cuanto la puse en marcha y comencé a hacer fotos con ella cambié de opinión y se me olvidó todo lo demás. La EOS 550D le da veinte mil vueltas a la Nikon D40, sobre todo en cuanto a rapidez de funcionamiento. Todos los controles responden de forma inmediata y la sensación general es la de estar ante una máquina muy rápida y muy potente en todos los sentidos. El sonido de disparo es muy diferente al de la Nikon, y (aunque esto parezca una tontería) da sensación de calidad. El disparo en ráfaga también resulta muy rápido.

Otra cosa que me ha gustado bastante de la 550D ha sido la cantidad de botones de acceso directo a funciones que tiene. A pesar de llevar poco tiempo con ella, ya me he hecho con prácticamente todos los controles manuales posibles (apertura, velocidad, sensibilidad ISO, enfoque, etc) gracias a un sistema muy intuitivo que ha conseguido que no haya consultado ni una sola vez el manual. Se accede a cualquier parámetro de forma inmediata y cómoda. Mucho mejor que con mi Nikon. El tema del vídeo merece un capítulo aparte. Yo, que vengo de la Toshiba Camileo S10, acostumbrado a tener todos los controles automáticos, cuesta un poco hacerse con ella en modo manual. El enfoque automático es prácticamente inutilizable, por lo que, o bien se usa el modo manual o bien el viejo truco del «enfoque al infinito» y usando aperturas máximas de diafragma. En cuanto a la calidad, en general es excepcionalmente buena si se usan los parámetros adecuados. Aún no he podido ver los vídeos en un televisor, pero en el ordenador son impresionantes.

En definitiva, y como primera conclusión (a lo mejor precipitada) tengo que decir varias cosas: En cuanto a calidad de materiales y construcción gana Nikon, pero en funcionamiento, ergonomía, usabilidad y mecánica Canon triunfa de lejos.

9 de abril de 2010

15 años de música independiente

Fue en abril de 1995 cuando, por azares de la vida, sintonicé Radio 3 conscientemente por primera vez. Realmente no era la primera vez que me ponía en contacto con esa cosa abstracta llamada «música independiente». Dos años atrás, en 1993, Suede y sus temas ‘Animal nitrate’ y ‘So young’ me habían causado gran impresión. Sabía de sobra que aquello era un sonido diferente. En el 94 surgieron Beck, Oasis, se dio a conocer Blur y otras bandas que por entonces eran más o menos independientes, o que por lo menos sonaban muy distinto de todo lo que había escuchado hasta entonces.

Pero la independencia de verdad –el subsuelo maquetero que llamaría nuestro amigo Julio Ruiz– y, sobre todo, la independencia en el pop español era algo nuevo. Había unas cuantas bandas que estaban rompiendo silenciosamente con todo lo anterior. Ahí estaban Los Planetas (a los que escuché por primera vez aquel abril mágico y que tocaron en Zamora en mayo o junio del 95 si no recuerdo mal), Australian Blonde (el ‘Chup chup’ fue uno de los primeros himnos indies y hasta los escuché en Los 40 Principales a raíz de aparecer en la banda sonora de la película ‘Historias del Kronen’), Cancer Moon (tenían un disco suyo en el Eroski ¿qué extraño, no?), El Inquilino Comunista o Penélope Trip. Por encima de ellos, mi gran descubrimiento (o redescubrimiento, mejor dicho) fue Lagartija Nick. Las canciones de su disco ‘Su’ abrieron aquella cassette de 90 minutos que grabé de Radio 3 y en la que luego entrarían otros muchos –la mayoría todavía sólo maquetas– como Manta Ray, Nosoträsh, Doctor Explosion, Sex Museum y una lista larguísima de hasta 50 canciones por cinta. Al final fueron tres volúmenes (tres cintas) que grabé entre abril y junio de 1995 y que titulé ‘Panorama Actual de la Música Independiente Nacional’.

Desde entonces ya no he podido renunciar a la causa indie, una causa romántica e imposible (a veces quizás no tanto) que ha marcado mis gustos musicales, cinematográficos (todavía recuerdo aquellos ciclos de Caja España de cinematografías raras) y, en general, una forma de entender la vida al margen del «mundo real». Para muchos seré un incomprendido… pero cada vez menos. Lo independiente va ganando terreno poco a poco en el mundo «comercial». Y ojalá que siga siendo así. Ya es hora de que las buenas bandas independientes nacionales se conozcan a gran escala. Se lo merecen.

8 de abril de 2010

La teoría de los «cisnes negros»

La historia de la humanidad es un cúmulo de contradicciones, situaciones imprevistas, equivocaciones o parámetros imposibles de tener en cuenta. Nada que ver una sucesión de hechos ordenados. Es a posteriori cuando decidimos qué es importante y qué no y cuando calibramos si realmente un hecho es trascendente para los posteriores o no. Existe una disciplina llamada prospectiva que se dedica a intentar averiguar por dónde irán los tiros en el futuro. Pero indefectiblemente siempre se equivocan cuando se ha de concretar demasiado o incluso a veces en las generalidades. Esto ocurre cuando entran en juego los llamados «cisnes negros».

¿Y qué es un «cisne negro»? Según la definición más aceptada se trata de un acontecimiento imprevisible (bueno o malo) y de gran impacto que cambia por completo el curso de la historia. Una característica que se da siempre es que, a toro pasado, se intentará dar una explicación para que el hecho resulte menos azaroso. Este concepto lo debemos al anglo-libanés Nassim Nicholas Taleb, un economista, escritor y científico (ha estudiado la aleatoriedad matemática) que acuñó este término en su libro ‘The Black Swan’ (‘El Cisne Negro’) publicado en 2007.

La idea la tomó de los clásicos, concretamente del poeta satírico latino Juvenal, quien dijo que «rara avis in terris nigroque simillima cygno», en referencia a la rareza de encontrar un cisne negro. Desde entonces se ha venido utilizando como un popular proverbio en toda Europa en referencia a hechos imposibles o altamente improbables. A finales del siglo XVII, un explorador holandés divisó por primera vez en la historia cisnes negros en Australia. Desde entonces se utiliza la metáfora del «cisne negro» en referencia a aquellos acontecimientos que ocurren a pesar de que a priori son poco probables.

Ejemplos de «cisnes negros» en la historia hay muchísimos, y siempre son trascendentales para el curso de la historia. El 11-S, la primera guerra mundial, el ordenador personal o el teléfono móvil nos han cambiado a vida a todos en mayor o menor medida y nadie supo predecir. Con la mente racional de cada época, jamás hubiéramos pensado que el PC se extendería a todos los hogares, o que internet tendría tanto éxito. ¿Quién apostaba por el teléfono móvil en 1990?

7 de abril de 2010

Klaus & Kinski vuelven con ‘Tierra, Trágalos’

Hasta ahora nunca había dedicado un post a Klaus & Kinski y me resulta extraño. Lo digo porque ya han publicado un par de discos largos merecedores de todos los honores. El primero se lanzó a finales de 2008 bajo el título de ‘Tu Hoguera está Ardiendo’ y el segundo, ‘Tierra, Trágalos’ se ha publicado este mismo lunes. Este dúo formado por Marina y Alejandro ha conseguido hacerse un hueco en el ya de por sí interesante panorama indie de los últimos dos o tres años. También tienen su lugar en mis listas, ya que ‘Tu Hoguera está Ardiendo’ se coló en el quinto puestos de mis discos favoritos de aquel año y también el quinto lugar en canciones con ‘Crucifixión, la solución’. Porque todo lo que han conseguido se lo han ganado y lo ha hecho a base de esfuerzo, de conciertos por todas partes, de buenas canciones y de cuidar a sus creciente número de fans.

Como digo, acaban de lanzar un nuevo álbum repleto de temas interesantes, de estilos muy dispares pero con un denominador común que planea sobre todos ellos. Esas letras irónicas y repletas de juegos de palabras y sobre todo esa voz de Marina (que cada vez canta mejor). A pesar de tanta variedad, la personalidad peculiar de Klaus & Kinski sigue intacta. Encontraremos nuevas referencias a la religión, a la política y, por supuesto, al amor y al desamor. Tras varias escuchas ya tengo mis temas favoritos, algunos realmente sorprendentes como ‘El Rey del Mambo y la Reina de Saba’. Me quedo también con cortes como ‘Forma, sentido y realidad’, ‘Ley y moral’ o ‘Dar cera, pulir cera’ entro otros. Lo cierto es que es complicado, porque son 15 temas…

También han lanzado un sencillo, que es ‘Ley y moral’, con un videoclip que a mí no me dice mucho. Pero lo mejor es que juzguéis vosotros mismos:



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