‘Vacaciones de Ferragosto’
Ferragosto es una fiesta precristiana muy popular en Italia que se celebra el 15 de agosto. Aunque el sincretismo cristiano asumió la celebración como suya, representaba originalmente el fin de las tareas agrícolas. En este contexto, Gianni di Gregorio dirige y protagoniza ‘Vacaciones de Ferragosto’, una peculiar producción italiana de 2008 al más puro estilo del Nanni Moretti de ‘Caro Diario’. Tanto que a veces no me pregunto si no llega hasta el plagio. Lo cierto es que Di Gregorio no le llega a Moretti ni a la suela del zapato. El resultado es una historia amable e inofensiva, pero con la que es difícil empatizar, quizás por lo increíble de las situaciones que nos presenta y cuyo guión deja algunos cabos sueltos (¿Por qué bebe tanto el protagonista y por qué se muestra tan insistentemente a lo largo de la película? o ¿Para qué el médico detecta en Gianni una angina de pecho estable, qué aporta eso a la historia?). En fin.
En el Trastevere romano, Gianni, un parado solterón que vive junto a su madre viuda, se disponen a pasar una tranquila festividad de ferragosto. Pero las cosas se complicarán cuando el administrador del edificio le pide, a cambio de hacer la vista gorda sobre algunas facturas de la luz impagadas y otros gastos, dejar a su madre y a su tía en casa hasta que pasen las fiestas. Tras algunas dudas, Gianni accede. El médico también le propone lo mismo. Al final se encontrará con cuatro ancianas en casa por las que se desvivirá, dando lugar a situaciones kafkianas y divertidas.
La película, tal y como dije antes, tiene un aire morettiniano que tira para atrás, pero también parece deudor a veces del gran Fellini (¡sacrilegio!), aunque se queda por el camino. ‘Vacaciones de Ferragosto’ es un film algo soso, al que le falta ingenio, situaciones verdaderamente brillantes. Tal vez el personaje que más juego da sea, junto con la propia madre de Gianni, su amigo, llamado El Vikingo, que protagonizan alguna de las mejores escenas de la película. En conclusión, una película inocua y amable a la que se le echa de menos un poco más de mala leche.