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La bitácora personal de Ricardo Martín
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19 de junio de 2010

San Lesmes: La carabela perdida

La mayoría tendemos a pensar que las expediciones de los conquistadores y exploradores españoles del siglo XVI sólo se dirigieron hacia el Nuevo Mundo, hacia América. Conocemos una excepción: La expedición que dio la primera vuelta al mundo, comenzada por el portugués Fernando de Magallanes y finalizada por el vasco Juan Sebastián Elcano (marino que precisamente murió en la expedición que nos ocupa). Pero no fue la única incursión de los españoles por tierras y mares inhóspitos y alejados del Océano Atlántico. Os voy a contar la desconocida historia de la carabela San Lesmes.

Esta nave formaba parte de una expedición bastante ambiciosa compuesta por 450 marinos y 7 carabelas que zarparon del puerto de Coruña el 24 de julio de 1525 y que estaba liderada por García Jofre de Loaísa. Su misión era llegar hasta las islas Molucas (hoy parte del archipiélago Indonesio) para tomar posesión de ellas y así hacerse con el poder del lucrativo comercio de especias. Los barcos atravesaron el Atlántico, navegaron por las costas de Sudamérica, cruzaron el Estrecho de Magallanes y el Océano Pacífico. Tras sufrir centenares de bajas humanas llegaron a su objetivo. No voy a entrar en detalles sobre la expedición, pero sólo comentaré que sólo llegaron al puerto de Lisboa 24 tripulantes a bordo de la única nao que sobrevivió. ¡Era 1536!. Os recomiendo que leáis la increíble entrada de la Wikipedia sobre este tema.

Pero vamos a lo nuestro. ¿Por qué la desaparición de la carabela de San Lesmes es diferente a la de las otras cinco compañeras que naufragaron en la expedición? ¿Por qué es la única de ellas que tiene entrada propia en la Wikipedia? Sencillamente porque desapareció sin dejar rastro. Aún hoy los historiadores e investigadores de estos temas no se ponen de acuerdo sobre hasta dónde pudo llegar la San Lesmes o si consiguió arribar a tierra firme en lo que hoy es Australia o Nueva Zelanda, muy lejos de la ruta original.

El principal investigador que recuperó esta historia fue el australiano Roberto Langdon (no, no es ese). Catedrático de Historia de la Navegación en el Océano Pacífico de la Universidad de Canberra, Langdon averiguó que autoridades locales habían realizado varios descubrimientos de cañones supuestamente españoles y del siglo XVI en el arrecife de Amanu –pleno Océano Pacífico– en 1929 y 1969. Según su teoría serían de la San Lesmes y fueron arrojados intencionadamente para aliviar peso en la nave tras encallar en este atolón. Continuaría su accidentado viaje hasta otro islote, Anaa y posteriormente a Raiatea (en lo que hoy es la Polinesia Francesa). De aquí, y tras varias reparaciones, partirían hasta las costas de Nueva Zelanda, donde ya se establecerían definitivamente.

La teoría de Langdon es muy discutida entre los estudiosos. Lo más controvertido (y también lo más fascinante) es que buena parte de su tesis se sustenta sobre estudios genéticos, de costumbres y de tradición oral. Según él, existen pruebas en todos estos atolones perdidos en medio del Pacífico de que por allí pasaron los españoles, dejando sus genes y sus costumbres. Plasmó sus investigaciones en dos libros, ‘The Lost Caravel’ (1975) y ‘The Lost Caravel Re-explored’ (1988). La Wikipedia a este respecto dice:

Langdon afirma que los náufragos y sus descendientes ocuparon una posición preeminente en las islas donde se establecieron. La influencia genética explicaría por qué los primeros exploradores europeos (Pedro Fernández de Quirós 80 años después, y James Cook 240 años más tarde) encontraron mezclados con los indígenas unos individuos de piel clara, ojos claros y pelirrojos o rubios. La influencia espiritual se notaría a partir de la religión que surgió en Raiatea alrededor del dios Oro. Explicaría las similitudes de la creación del mundo con el Génesis y la existencia del concepto de la Santísima Trinidad. Otra influencia sería la construcción de la piragua doble con vela latina y la construcción de unas barcas con casco. La influencia cultural explicaría por qué, en algunas islas, se saludaban levantando las manos o por qué en el siglo XVI comienzan a aparecer en Nueva Zelanda unas construcciones similares a los hórreos, los graneros gallegos.



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