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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
20 de julio de 2010

¿Agua corriente o agua embotellada?

En febrero de 2006 escribí una pequeña entrada sobre aquel polémico estudio que analizaba las aguas corrientes de todas las provincias españolas, concluyendo que existían zonas (entre ellas Zamora o Cáceres) en las que técnicamente no era potable. La causa, unos compuestos llamados trihalometanos y que se forman en el proceso de potabilización del agua. Básicamente es una reacción entre la materia orgánica y el cloro usado para tal fin. En grandes cantidades es perjudicial para la salud e incluso puede influir en la aparición de algunos tipos de cánceres.

Hace cosa de unos meses vi un vídeo en YouTube sobre el negocio que hacían determinadas compañías del mundo de la alimentación con la comercialización de agua embotellada, un negocio en el que la materia prima es casi gratis y los beneficios son enormes. Vamos, el sueño de todo empresario. El clip en cuestión denunciaba que aquel agua era como mínimo de la misma calidad que la que corre en los grifos de nuestras casas. En el mismo sentido hoy mismo el diario El País publicaba un reportaje sobre este tema con el título de «Negocio redondo: agua y en botella» haciendo alusión incluso a este vídeo.

Una vez llegado a este punto yo me pregunto: ¿Y quién tiene razón? ¿Tiene consecuencias a largo plazo para la salud el consumo de agua del grifo? ¿Juegan las compañías comercializadoras de agua embotellada con nuestro miedo y nuestra obsesión por estar sanos? Estas cuestiones que yo y muchos de vosotros os haréis no tienen respuesta sencilla. El juego de intereses es enorme, sobre todo por parte de la industria que es la que tiene (mucho) que ganar. Porque, al fin y al cabo, los gestores del agua corriente tienen el «negocio» bastante acotado y poco pueden crecer ya. Esto lo podemos comprobar echando un rápido vistazo a algunos artículos en internet. La revista Consumer (Eroski, o sea parte interesada en la venta de agua embotellada) lleva un artículo algo alarmista sobre el agua corriente. Uno de los datos que maneja el texto es que en Alemania, país donde no se trata con cloro el agua corriente, los casos de cáncer de vegija por cada 100.000 habitantes era de 27 mientras que en España, con agua clorada, era de 44 (son datos del año 2000). ¿Se puede establecer una causa y efecto? Me parece algo temerario hacerlo… Como digo, cada uno tira a lo suyo. Un fabricante de productos de filtrado de agua corriente dirá, como de hecho dice aquí, que el agua filtrada es mejor que la mineral y que la embotellada.

Esto me confirma que no es nada fácil formarse un criterio objetivo. Demasiados intereses económicos. Y mientras tanto, cada vez se vende más agua embotellada, con esa falsa seguridad (no nos asegura nada) de que lo que nos estamos bebiendo es mejor por venir con su etiqueta y en una botellita. En casos como este, de confusión máxima, lo mejor es echar mano del sentido común. Probablemente ni el agua mineral embotellada sea tan buena como nos venden (y desde luego no cuesta lo que vale), ni el agua del grifo es tan mala ni tan perjudicial para la salud. Mi conclusión y mi decisión personal es, mientras pueda, seguir bebiendo agua corriente. Tal y como hemos hecho toda la vida. Y aquí seguimos.

Terminamos con el vídeo en cuestión, «The Story of Bottled Water» (en inglés con subtítulos en castellano):



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