Nino Bravo y La Casa Azul: Ni sí ni no, sino todo lo contrario
Como ocurre todas las navidades, este año comienzan a publicarse recopilatorios, grandes éxitos, revisiones, reediciones, etc., de clásicos de otros tiempos. La industria musical intenta asegurar ventas sin riesgos innecesarios. En España hay valores seguros que nunca fallan. Uno de estos caballos ganadores es Nino Bravo. El valenciano, fallecido en 1973, sigue ejerciendo un poder hipnótico en el prototipo de comprador de discos. Desde su desaparición, según la Wikipedia, se han publicado 32 compilaciones de sus canciones. Algunos años más de una. Por eso a estas alturas de la jugada es complicado lanzar un nuevo disco de Nino Bravo que sorprenda o que motive lo suficiente al consumidor.
A pesar de que no es la primera vez que se manipula el sonido original de sus discos –ya se hizo con dos volúmenes de duetos–, ‘En Libertad’ ofrece algo diferente remezclando algunas canciones. Tal vez una de las pocas personas que pueda realizar esta tarea con elegancia y sin caer en la estridencia o en las modas pasajeras sea Guille Milkyway. Productor musical y responsable de La Casa Azul, es buen conocedor de las instrumentaciones clásicas, los sonidos negros y de discoteca de los setenta (eso que se llamó el Sonido Filadelfia), y también de los arreglos orquestales patrios de Augusto Algueró o Alfonso Santisteban. Es precisamente esa fusión la que aporta nuevos brios a una selección de temas de Nino Bravo. No son los más conocidos (también los hay para cumplir el cupo de comercialidad necesario), sino posiblemente los que más se adaptaban a este «lavado de cara».
Tal y como cuenta Guille en el interesante reportaje, la mayoría de los temas no contaban con pistas separadas para la voz y la música, con lo que ha tenido que apañárselas para superponer los nuevos instrumentos y encajarlos con los sonidos originales. Después de escucharlos varias veces y compararlos con los temas originales, es fácil darse cuenta de que en algunos cortes no ha podido introducir más que algunos retoques, mientras que otros, ya al final del disco, son más libres, abiertas, y menos reconocibles. El tema que da título al trabajo es la mejor muestra de ello y posiblemente, junto con ‘Esta será mi casa’, de lo más salvable. Por el contrario, la versión de ‘América América’ me parece un poco floja. El resto se debate entre arreglos conservadores y meramente cosméticos y algunos aciertos puntuales.