‘La Gran Familia Española’
‘La Gran Familia Española’ es una de las películas más destacadas del cine español de esta temporada. Por eso tenía ganas de verla. Lamentablemente ha sido una decepción bastante grande. El aval de uno de los mejores directores noveles –Daniel Sánchez Arévalo– de los últimos tiempos era algo a tener en cuenta. Pero ya de salida la cinta aúna dos temas que detesto especialmente: Las bodas y el fútbol y todo lo que rodea a ambos. Ese costumbrismo rancio barnizado de modernidad que, en vez de criticarlo con mordacidad, se entrega a ello. El trasfondo es, por tanto, bastante reaccionario.
La película cuenta la historia de una peculiar familia numerosa de cinco hijos, pero con una madre y un padre separados. El benjamín de ellos prometió con diez años casarse con su amiga de la infancia. Ocho años después, la casualidad hará que la boda se celebre justo el mismo día en el que la selección española de fútbol juegue la final del mundial contra Holanda. Pero pronto el enlace y sus protagonistas quedarán en segundo plano.
‘La Gran Familia Española’ es una clásica –en el mal sentido– película de enredo, con todos los tópicos del género (estéticos y argumentales) aplicados torpemente, encajando a martillazos las diferentes historias de los personajes. Aunque el trabajo de los actores es sin duda lo mejor (trasmiten una frescura pocas veces vista en el cine español), es complicado empatizar con sus problemas y cavilaciones. Para colmo, el giro final resulta excesivamente artificioso. En definitiva, una cinta pensada no para pasar a la historia, sino más bien para conseguir una buena taquilla.