‘Escapades’ de Gaspard Augé

En los años setenta y primeros ochenta la promesa de un futuro mejor, el avance de la tecnología y de la sociedad suponía que pronto llegaría la utopía tecnológica. En toda Europa y especialmente en Francia esta promesa se hacia realidad. Eran los tiempos del TGV, el Mirage F1, el Minitel o el Citroën CX y los sintetizadores comenzaban a despuntar para poner banda sonora a esta época que venía. En el país vecino gente como Jean Michel Jarre y muchos otros menos conocidos (como el impresionante Jean Pierre Decerf) comenzaban a ser muy populares. Era una música nueva que, a posteriori, derivaría en lo que ahora llamamos synth-pop.
Daft Punk realizó un acercamiento refinado a esos primeros años comerciales de los sonidos sintéticos con su ‘Random Access Memories’ (2013). Ocho años después otro ilustre galo del mundillo tecno, Gaspard Augé, se ha puesto a repasar ese reconocible estilo en ‘Escapades’, un disco personal al margen de su banda Justice. En él escuchamos sintetizadores de todo tipo y pelaje, melodías misteriosas unas (‘Europa’, ‘Pentacle’), y otras más cercanas al pop (‘Force majeure’, ‘Rocambole’), trepidantes otras a lo Giorgio Moroder (‘Hey’, ‘Belladone’) o con melodías a las que se le ha quitado previamente el polvo y la caspa (‘Captain’, ‘Vox’).
En definitiva, un disco completamente instrumental que gustará a aquellos que disfrutan con los primeros discos del maestro Jarre mezclado con las bandas sonoras de Francis Lai y con la vertiente más pop del uso de los sintetizadores de décadas pasadas. 7,5/10.
Aunque no es un disco publicado este año, sino en el infausto y olvidable 2020, sí que acabo de descubrirlo. Se trata de ‘Cancionero Estoico’ de los albaceteños Vermú. Un disco de debut de unos manchegos que tienen mucho que decir. Hace años comentaba por aquí la moda por entonces de hacer pop-rock con influencias de las raíces folclóricas de diferentes territorios al margen del obvio y omnipresente flamenco. Así, vimos lo que hizo Rodrigo Cuevas, Lorena Álvarez y Su Banda Municipal, Klaus & Kinski o incluso La Bien Querida entre muchos otros. Siguiendo esa estela, Vermú ha hecho lo propio con el pop independiente y el folclore manchego, una mezcla curiosa pero coherente y muy interesante.