28 de agosto de 2022
Este verano estoy escuchando varios podcast de ficción. A ‘Blum’ ya le he dedicado un post hace poco tiempo. La espectacular e imaginativa ‘La Firma de Dios’ también merecería otro. Desde luego es muy recomendable. Pero también me gusta echar la vista atrás y recuperar viejos programas de archivo ahora convertidos en podcasts. Tenía ganas de ponerme con ‘Historias para Imaginar’, un pograma emitido por Radio Nacional de España entre 1973 y 1974, cuyo creador es Chicho Ibáñez Serrador, aprovechando un receso en su exitoso programa de televisión ‘Un, Dos, Tres… Responda otra vez’ (que volvería en 1976). En ‘Historias para Imaginar’ se adaptan historias clásicas de la fantasía (de autores como Ray Bradbury) así como adaptaciones muy particulares e historias originales también bajo sus habituales seudónimos.
A pesar de haber transcurrido casi cincuenta años, la capacidad de entretener y sorprender es notable. Las voces del excepcional cuadro de actores de Radio Nacional de España junto con algún actor de cine bastante conocido (Daniel Dicenta, Aurora Redondo, Luis Varela o Carlos Larrañaga entre muchos otros) le da un empaque y una sonoridad pocas veces coseguida. Mención especial merecen los siete episodios de ‘El Fantasma de la Ópera’. Algunas de ellas como ‘El Trapero’ serían adaptadas a sus famosas ‘Historias para no Dormir’ en su segunda etapa de 1982.
En la web de RTVE se han colgado varios de estos programas (en la fecha de hoy hay 33). Desconozco cuántos son en total, ya que buscando información apenas he encontrado nada. Es de agradecer que la radiotelevisión pública se acuerde de su legado, enorme, más allá de los programas de televisión. También la calidad del sonido es algo a tener en cuenta. Es sorprendente que todos estos programas radiofónicos se hayan conservado en tan buen estado para que ahora las nuevas generaciones podamos disfrutarlos. Muy recomendable.
25 de agosto de 2022
Una parte de estos calores estivales la he dedicado a pensar. Más bien a estrujarme la cabeza. Así he pasado lo que llevamos de agosto. A finales de julio se me ocurrió inventarme un escape room, un juego de enigmas online o como lo queráis llamar. La idea de hacerlo no es nueva. Llevo bastante tiempo buscando una temática adecuada o interesante que se salga de lo típico. Después de jugar muchos de estos juegos de ingenio por internet, finalmente me decidí a hacer uno. Todo el argumento que hila los enigmas sería una historia ambientada en Zamora, en su historia y en lo que a partir de ella se pueda imaginar. Por eso tenía claro que iba a haber una parte de historia real y otra de fantasía. También guiños humorísticos…
Así que me puse manos a la obra y la primera semana de agosto escribí el guión y los juegos. La segunda semana la dediqué a diseñar los elementos gráficos –que son un tanto espartanos– y a pulir algunas cosas del argumento, y la tercera y cuarta a programarlo en HTML, PHP y JavaScript. Tuve que descartar algunas dinámicas por ser demasiado complicadas y enrevesadas de implementar, pero no afectan al espíritu de la idea.
A fecha de publicación de este artículo, ‘Anónimos en Zamora’ (que así se llama la cosa), está en fase inicial, es decir, que puede tener argún fallo que espero no sea demasiado importante y permita resolver los enigmas sin problemas. Eso si, recomiendo utilizar un navegador actual, bien sea Google Chrome, Safari, Firefox u otro similar. En Internet Explorer es posible que haya elementos que no funcionen correctamente. En cualquier caso podéis probar suerte…
3 de agosto de 2022
Hacía bastante tiempo que quería leer un artículo publicado en el Anuario 2020 del Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo. Por fin, hace unas semanas pude acceder a él. Bajo el título de ‘El Terremoto de Zamora del Año 939 D.C. ¿Un Sismo u Otro Tipo de Fenómeno Natural?’, Pablo G. Silva Barroso, geólogo de la Universidad de Salamanca, analiza las diferentes posibilidades a la hora de explicar uno de los acontecimientos naturales más extraños y enigmáticos que han afectado a Zamora a lo largo de su historia. El autor llega a la conclusión de que el evento pudo ser la explosión de un cometa, un bólido estelar o quizá la fragmentación de un meteoro a relativamente poca altura:
El presente trabajo propone que tal terremoto medieval no fue realmente un sismo sino el impacto de un bólido relacionado con la fragmentación de un cometa o meteorito sobre el litoral Atlántico de la península. Como en otros casos discutidos (Clovis, Köfels, Tunguska, Chelyabinsk), la cola de fragmentos pudo alcanzar a las distintas poblaciones del piedemonte meridional de la Cantábrica enumeradas en los relatos históricos (fig. 3). De otra manera es difícil de explicar tantos incendios coetáneos en dispares localidades en la fecha del primero de junio del 939 d.C., pero, sobre todo, la repercusión de este fenómeno para terminar por ser recogido en las crónicas medievales de una forma u otra.
Aunque para mí, la pregunta del millón sigue siendo: ¿El desvío del río Valderaduey tiene su origen en estos acontecimientos? ¿Y sobre la destrucción del puente viejo sobre el río Duero? Por aquí he dedicado varios artículos a analizar la cuestión a través de las fuentes escritas –bastante imprecisas y gratuitas, tal y como comenta Silva Barroso– de las se disponen: ‘¿Una catástrofe natural en la Zamora del siglo X?’ (2011), ‘¿Una catástrofe natural en la Zamora del siglo X? (Segunda parte)’ (2013) y, por último, ‘El antiguo cauce del río Valderaduey en Zamora’ (2014). Como véis ha sido un asunto recurrente a lo largo de la trayectoria de esta bitácora. Y posiblemente lo siga siendo.