He oído unas cuantas declaraciones ya (no sé si llamarlas reacciones) sobre la composición del nuevo Gobierno de Zapatero. Como España es un país de criticar primero y preguntar después, esa primera reacción por parte de algunos sectores de la derecha o cercanos a ella ha sido como era de esperar: la demostración de que en nuestro país aún quedan muchos elementos reaccionarios (viene bien esta palabra) que despachan con cajas destempladas cualquier movimiento que nos haga avanzar.
Y que conste que soy el primero que piensa que la distribución de los ministerios y sus titulares tiene bastante de publicitario y de declaración de intenciones más que de valor efectivo. La diferencia es que, en mi opinión, así debe ser un Gobierno del siglo XXI. Nos guste o no, vivimos en la era de la imagen, de los golpes de efecto informativos. La peculiaridad de la anécdota es lo queda después de la información. Y si no ¿de qué se iba a hablar en los bares de un país que es un gigantesco patio de vecinas? Nombrar a la ministra más joven de nuestra historia, situar a una mujer al frente de un ministerio como el de Defensa o que el total de ministras sea superior al de ministros son precisamente eso, una declaración de intenciones puramente simbólica.
El poder operativo y de aplicar las políticas diseñadas por un Gobierno no reside en los ministros, sino en sus subordinados y asesores. Bueno, ni siquiera eso. Los Secretarios de Estado y los Directores Generales, el segundo y tercer escalón del organigrama, son también puestos meramente representativos y de impulso de estrategias, pero en ningún caso son operativos. Tenemos que irnos hasta los Subdirectores Generales para encontrar los primeros directivos, altos funcionarios, con mucha experiencia en la gestión administrativa y preparados para aplicar lo que se les encomienda desde el Gobierno. A partir de aquí comienza el trabajo real y la tarea que me parece más difícil, que es aplicar un programa de gobierno a la dura realidad.
La Sexta emitió anoche el espacio ‘¡Viva la República!’ con motivo del 77º aniversario de su proclamación. El programa no eran un documental al uso, sino un what if…, o lo que es lo mismo, un ejercicio de política ficción donde se analizaba la hipótesis de que la guerra civil la hubiera ganado el bando republicano. Recuerdo experimentos similares como ‘CSA: Los Estados Confederados de América’, en el que se reflexiona sobre qué hubiera ocurrido si los sudistas hubieran ganado la guerra de secesión.
‘¡Viva la República!’ está presentado por la periodista Mamen Mendizábal, y hace un repaso a nuestra historia reciente, desde la contienda hasta hoy día. Para ello cuenta con la colaboración de prestigiosos investigadores e historiadores como Gabriel Cardona, Paul Preston, el crítico de cine Román Gubern o el periodista Fernando Ónega. Todos ellos aportan verosimitud a un relato aparentemente disparatado, pero que en el fondo resulta muy coherente. Viendo el programa me di cuenta de que la historia de España no hubiera sido muy diferente a la de países de nuestro entorno que se libraron pronto del fascismo, como Italia.
Aún así, no deja de ser chocante ver el retrato de Aznar como Presidente de la República en las aulas de un colegio mientras los alumnos cantan el himno de Riego, las monedas de 2 euros con la efigie de Manuel Azaña, la cabecera del No-Do republicano, a Juan Carlos de Borbón como presidente de Comité Olímpico Internacional, la proclamación de Gibraltar como comunidad autónoma en 2000, las colas de portugueses que acudían a España a ver las películas censuradas por el régimen de Salazar o a Joan Manuel Serrat ganando en Eurovision con el ‘La, la, la’ cantado en catalán.
‘¡Viva la República!’ es un documento interesante, imaginativo y muy ingenioso que sobre todo no ha querido entrar en serias discusiones ni en temas espinosos, sino solamente ser un espacio curioso para la reflexión de la España que no pudo ser.
Siempre me han resbalado bastante todos estos alarmismos alimentarios que hemos sufrido a lo largo de los últimos años. Pestes porcinas, gripes aviares y demás. Al final todo quedaba en nada o en casi nada. Pero el caso de las vacas locas me está empezando a resultar siniestramente inquietante. Llevamos conviviendo con este síndrome ya muchos años y vuelve de vez en cuando, aunque en realidad nunca se ha ido. Hace unos meses me sorprendía viendo unas estadísticas sobre la incidencia de la enfermedad en Castilla y León. Se habían producido en los últimos tiempos más de cien casos en vacas.
Ayer conocimos que a finales del año pasado y a principios de este murieron dos personas a causa de la variante humana de la encefalopatía espongiforme bovina. A pesar de que los hechos se habían producido meses atrás, se tardó demasiado tiempo en proporcionar la provincia de procedencia de las víctimas. Aún así no conocemos apenas detalles sobre quiénes eran o al menos en qué entorno se desarrollaba su vida. Datos sobre la investigación que, con toda seguridad se ha realizado o se está realizando.
Mucho me temo que aquí estén entrando en juego intereses económicos. No alarmar está bien, pero la falta de información o el retraso en darla también alarma a la población. Y respecto a los controles sanitarios, no dudo de que existen y son exhaustivos, pero no son infalibles ni creo que sean tan efectivos como se dice. Ojalá no, pero creo que seguirán publicándose casos de muertes por esta enfermedad que, aunque no llegue a ser una epidemia, será un inquietante goteo de víctimas que nos sobresaltará de vez en cuando al ver los informativos.
El Festival Audivisual Exponentes celebra este próximo fin de semana su tercera edición. En una ciudad donde los eventos de este tipo no abundan, se agradece el empeño de esta gente por sacarlo adelante año tras año contra viento y marea. El cartel mejora a cada año y en esta ocasión se podrá ver a Travolta, una buena oportunidad para escuchar a Joaquín Pascual y compañía tocar su nuevo trabajo ‘Manual de Redención’ en directo. También estarán en el escenario Standard. Los de Getxo seguramente harán mover al personal asistente con ese rock bailable a lo Delorean o Mendetz.
Pero por supuesto esto no es lo único que podrá verse ni oírse. Si el festival tiene la denominación de audiovisual es porque durante las actuaciones, NOTV y GENERATVON se encargarán de las proyecciones de sus videotrabajos sincronizados con la música.
El evento tendrá lugar el sábado 12 de abril en el Centro Cultural de Caja España (calle Leopoldo Alas Clarín) a partir de las 21 horas. La entrada son 12 euros en taquilla y 10 en venta anticipada. Aunque físicamente no estaré por Zamora esos días, estaré en espíritu y que todo salga bien.
Seguro que habéis leído con incredulidad y desconcierto la noticia con que hace unos pocos días nos despachaban los medios. Según la noticia del pasado 31 de marzo, un juez de Hawaii deberá decidir si procede a detener los trabajos en el nuevo acelerador de partículas (el LHC) del CERN (Suiza). Dos científicos, el norteamericano Walter Wagner y el español Luis Sancho, presentaron una demanda ante los tribunales de la isla. El motivo parece de broma: el LHC podría generar un agujero negro que acabe con nuestra Tierra y con parte del universo.
Pero ¡calma!. Sólo los medios más sensacionalistas se han hecho eco de la noticia en su vertiente más catastrofista (léase ADN que titula «El laboratorio LHC tiene un 75% de probabilidad de extinguir la Tierra» y ofrece una entrevista a uno de los demandantes), los más prudentes lo dejan en una nota y otros ni siquiera lo han llevado a sus páginas.
Yo, después de leer la noticia en distintos medios, me he hecho una pregunta, ¿qué es el LHC? ¿un instrumento diabólico con el que hubiera soñado todo malo de cómic? Pues no, el LHC o Large Hadron Collider (Gran Colisionador de Hadrones, un hadrón es una partícula subatómica que experimenta una fuerza nuclear) es algo mucho más mundano, si es que puede usarse esta palabra con un acelerador de partículas. Tal y como se dice en la Wikipedia, el LHC es un proyecto financiado por más de treinta países y cuando comience a funcionar a mediados de este año será el más grande laboratorio de partículas del mundo. Consta de un túnel circular de 27 kilómetros de longitud que operará a 271 grados bajo cero y su principal fin es lograr encontrar una partícula llamada bosón de Higgs, y que su existencia sólo se basa en cálculos teóricos.
Como todo esto es bastante extraño, creamos a la mayoría de científicos y pensemos que cuando el LHC esté terminado no va a pasar nada y que ningún agujero negro acabará con el universo…
Desde que el pasado 1 de abril leí la noticia, no he hecho más que bucear por internet tratando de averiguar si se trataba una broma del día de los inocentes anglosajón o un hecho real. Pero hay división de opiniones, no hay desmentidos ni tampoco confirmaciones. Vamos, que no he sacado nada en limpio, así que comentaré los hechos sin pronunciarme sobre su veracidad.
El caso es que la revista científica New Scientist publicó en su web una sorprendente noticia. Dos científicos italianos, Vera Maxia y Piero Brovetto (ambos existen) del Instituto Fisica Superiore de Cagliari (que también existe) dicen haber encontrado en la física cuántica una posible explicación al fenómeno hasta ahora sobrenatural de los poltergeist. Tradicionalmente, la parapsicología ha atribuido esta fenomenología consistente en la alteración del medio físico (objetos que se mueven sin control, combustiones inexplicables y otros) a una persona y más concretamente a su mente.
Aunque me he leído el documento de ocho páginas que los físicos aportan llamado ‘Some conjectures about the mechanism of poltergeist phenomenon’, no he entendido nada de nada. Es decir, que bien puede decir auténticas sandeces como hechos reales. A menudo la física cuántica ha sido utilizada para «engañar» a los profanos en física avanzada para hacerlos comulgar con ruedas de molino, porque a ese nivel todo parece posible. Así que si hay que explicar fenómenos extraños, lo mejor es achacarlo a la física cuántica.
En el artículo de New Scientist sí se puede sacar algo más en claro sobre las investigaciones de estos científicos. Por ejemplo, indican que los casos de telequinesis (movimiento de objetos a distancia) pueden ser causados por las fluctuaciones de las ondas cerebrales de determinados sujetos (adolescentes normalmente) y el efecto que estas ondas producen. Algo que, en casos excepcionales, puede provocar «interferencias» incluso a metros de distancia.
A mi sinceramente, todo esto me suena raro y como a ciencia-ficción. En cualquier caso seguiré informando si se producen desmentidos o novedades al respecto.
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