16 de enero de 2007
‘Pickpocket’ es posiblemente uno de los clásicos del cine más desconocidos. Dirigida en 1959 por Robert Bresson, uno de los realizadores franceses más alabados, ‘Pickpocket’ está rodada con un estilo muy austero, tanto formalmente como a nivel narrativo. Hay abundantes elipsis que proporcionan el dinamismo que una historia como esta requiere.
La película cuenta la historia de Michel, un joven que vive solo en una pequeña habitación destartalada. Su modo de vida es el carterismo, el hurto de carteras en lugares abarrotados. Poco a poco, Michel va mejorando su técnica en los robos hasta que se convierte en un reto personal y casi intelectual. Sus cada vez más osados robos despiertan las sospechas de un policía que se tomará el asunto casi como un juego. Por otro lado, Michel hace años que no visita a su madre debido a un asunto nunca aclarado.
La angustia, la soledad y la falta de perspectiva e ilusiones son conceptos que van descubriéndose a lo largo de la película. Se establecen a su vez múltiples e interesantes contradicciones sobre la verdad, la necesidad de robar, los fines del robo y un largo etcétera. Como en muchas otras ocasiones, ‘Pickpocket’ es un producto de su tiempo, de una Francia en crisis de valores, de la que ya hablé cuando comenté ‘Un Solo en el Corazón’.
13 de enero de 2007
La Obra Social de Caja España nos ofrece otro interesante ciclo de cine. Será entre el lunes 15 y el jueves 18 a las 20.15 en el Centro Cultural ‘La Marina’. En esta ocasión está dedicado a Eric Rohmer, que ya sabéis que es uno de mis directores favoritos. Concretamente son cuatro películas que se centran en la década de los ochenta, una etapa que quizás no sea la mejor del autor. Aún así, algunos de los films que se proyectarán son bastante interesantes, como ‘El Rayo Verde’ (16 de enero) y ‘Pauline en la Playa’ (18 de enero). El resto de películas son ‘Las Noches de la Luna Llena’ (15 de enero) y ‘La Buena Boda’ (17 de enero). Aunque ya las he visto todas (algunas varias veces), nunca está mal verlas en pantalla grande y en versión original subtitulada que es como deben verse.
7 de enero de 2007
De nuevo los hermanos Luc y Jean-Pierre Dardenne vuelven a colocar a sus personajes en un dilema moral, un peligroso equilibro en el que a un lado está la supervivencia y al otro la legalidad. De nuevo volvemos a ver la cara más desfavorecida de la «rica Europa», la que lucha en un submundo con normas borrosas y conciencias permisivas, todo en aras de poder comer todos los días. Cuando el entramado social de un Estado no funciona, sólo queda la búsqueda de un futuro a cualquier precio.
‘La Promesa’ fue producida en 1996 y se trata de la segunda obra de este peculiar tándem belga de los Dardenne. Me ha resultado una especie de prólogo a ‘Rosetta’, su siguiente película y con la que comparte forma y fondo. Ambas son dramas familiares en los bajos fondos de Seraing (donde se desarrollan también otras obras suyas como ya vimos en ‘El Niño’), en lugares difíciles y en situaciones extremas. Ambas están filmadas cámara en mano, sin concesiones al paisaje, sólo hay personajes y problemas que resolver. A veces la realización resulta angustiosa.
El argumento nace con la muerte de un trabajador inmigrante sin papeles, traído a Europa por una pequeña mafia familiar de tráfico de inmigrantes que forman padre (Roger) e hijo (Igor). A partir de ese momento todo serán problemas para ambos y para la mujer e hijo del inmigrante muerto, que no saben que lo está. Roger e Igor intentarán encubrir la muerte para evitar problemas.
‘La Promesa’ obtuvo la Espiga de Oro en 1996 en la SEMINCI de Valladolid.
29 de diciembre de 2006
En un mundo ya casi totalmente digitalizado conviene saber de dónde venimos. Si el MP3 es el heredero de las cassettes, el CD del vinilo y el DVD del VHS, el video doméstico tiene su origen en el formato super 8.
Surgido como una mejora del 8mm, el super 8 es un formato de cine para aficionados creado por Kodak en 1965. La mejora con respecto a su antecesor radica en que las perforaciones laterales para el arrastre de la película son menores, permitiendo un mayor tamaño de fotograma, así como la incorporación de una banda magnetizada para registrar sonido, tanto simultáneo a la filmación como en postproducción.
Las cámaras de super 8 estaban omnipresentes en los más variados eventos familiares. Debido a su bajo coste, cualquier podía permitirse tener un equipo. Durante los años setenta y principio de los ochenta fue prácticamente el único sistema de registrar imágenes en movimiento a nivel doméstico. La película super 8 se vendía dentro de unos cartuchos que no era necesario manipular para ser utilizados. Simplemente se introducían en la cámara. De esta forma los errores se minimizaban.
Pero el sistema también tenía grandes inconvenientes. El primero es la escasa duración de los cartuchos. Los 15 metros de película que incluían daban para unos cinco minutos de filmación. El segundo es el coste por minuto de grabación. Aunque no era para nada caro (hay que tener en cuenta que es cine), cada cartucho podía costar entre 8 y 15 euros, dependiendo de las características, más el coste del revelado, que solía ser superior. Otro inconveniente era la falta de inmediatez al tener que llevar a revelar lo filmado. Una vez que se tenía la película era necesario un proyector para poder verla.
Por este y otros inconvenientes, el super 8 fue reemplazado a mediados de los ochenta por el vídeo. Aunque ofrecía una calidad de imagen muy inferior y un coste superior, la facilidad y la inmediatez ganaron y en pocos años consiguió enterrar al viejo super 8. Hoy día sigue utilizándose en círculos muy minoritarios de aficionados y profesionales. Sorprende encontrar gran cantidad de información en internet sobre un formato que supuestamente agoniza desde hace unos veinte años. Webs colaborativas como el Wiki del super 8 son buena prueba de ello. Y sin ir más lejos, la compañía Kodak aún vende una gama bastante amplia de película en color y blanco y negro.
28 de diciembre de 2006
Comenzamos este nuevo Ciclo de Cine de Invierno con una película de Louis Malle, uno de los realizadores franceses más conocidos y reconocidos. ‘Un Soplo en el Corazón’, producida en 1971, es un film muy típico de su época. Malle sabe dirigir a niños y adolescentes como nadie en el cine francés y a menudo sus personajes están dotados de una madurez poco convencional. Este caso y el de ‘Adiós Muchachos’ quizás sean algunos de los más representativos. Desde luego no es muy normal que un chico de 14 años lea a Sartre, a Camus o a Proust, escuche discos de jazz y se comporte como un adulto.
‘Un Soplo en el Corazón’ cuenta la historia de Laurent, el hijo menor de una familia burguesa de París. Su padre es extremadamente rígido y su madre, de origen italiano, es excesivamente permisiva y no trata a sus hijos como tales. A lo largo de la película, Laurent descubrirá la realidad de la vida a través de sus hermanos mayores. El sexo (a veces incestuoso), el alcohol, el jazz, el existencialismo y otros excesos camparán a sus anchas en una época de crisis de valores en Francia. Tras una de las juergas se le detecta un soplo en el corazón, y el médico le recomienda visitar un balneario elitista donde profundizará en esos excesos. Como decía, el contexto en el que se desarrolla la película es de una crisis generalizada. En 1954, la guerra de Indochina está en pleno apogeo y falta poco para el final de la Cuarta República francesa. Por tanto, el entorno histórico es una pieza clave en la formación de Laurent, y por tanto, de la generación que una década después protagonizará la revolución de mayo del 68.
Malle se mantiene al margen del comportamiento de los personajes y no juzga su moralidad, imprimiendo un carácter de normalidad y naturalidad aplastante, que es quizás uno de los mayores encantos de la película.
21 de diciembre de 2006
Cerramos in extremis este Ciclo de Cine de Otoño con ‘West Beirut’, una película franco-libanesa dirigida en 1998 por el debutante Ziad Doueiri. La historia es en cierto modo la historia de muchos libaneses que en 1975 vivieron el comienzo de una pesadilla. Primero una guerra de religión entre musulmanes y cristianos y después las invasiones sirias e israelíes.
‘West Beirut’ cuenta la vida de tres chicos, dos amigos musulmanes y una chica cristiana. Los dos primeros viven su religión de modo bien distinto, pero eso no supone obstáculo en su amistad. El primero de ellos ha crecido en una familia laica de luchadores por la independencia del Líbano. El otro vive en una familia más tradicional. Pero para ninguno de ellos la religión es algo serio. Cierto día conocen a una chica cristiana. Justo por entonces comienza la absurda guerra de religión que duraría cinco años (1975-1980) y dividiría la ciudad de Beirut en este (cristiano) y oeste (musulmán).
La película es una historia de amor y amistad, pero también una interesante panorámica de la identidad libanesa, diferente de otros países árabes de su entorno y con una idiosincrasia propia cuyo origen se remonta a los fenicios.
A pesar de que se desarrolla en un entorno de guerra, el film es una comedia con algunos momentos brillantes y otros tensos, siempre intentado ofrecer una imagen de oriente próximo lejos de las convenciones. ‘West Beirut’ obtuvo el Premio de la Juventud en la SEMINCI de Valladolid en 1998.
16 de diciembre de 2006
A pesar de su caracter occidental y anglosajón, el cine australiano se ha prodigado mucho menos que el inglés y por supuesto que el estadounidense. Desde Europa es difícil encontrar un realizador de la isla que sea representativo. En los pocos casos en los que el cine australiano sale fuera del país, las películas se convierten en su mayoría en obras de culto. Eso es exactamente lo que ocurre con ‘Walkabout’ de Nicholas Roeg. Producida en 1971, se trata de toda una rareza escondida.
Se cuenta la historia de una pareja de hermanos que quedan solos en el desierto australiano tras el suicidio de su padre. Vagan por el vasto territorio australiano en busca de alguien que los devuelva a sus casas. Durante esta búsqueda entablan amistad con un joven aborigen que les enseña cómo sobrevivir en un terreno tan hostil.
La constante de la película son los contrastes. Desde el principio al final del metraje se enfrenta la vida urbana y la aborigen, la ciudad y el desierto, la forma de entender la vida de culturas tan diferentes como la colonizadora y la colonizada. También la fragilidad del ser humano ante una naturaleza salvaje e imponente, en estado puro.
El tratamiento de las imágenes también parecen querer reflejar estas diferencias esenciales con secuencias ralentizadas, montaje rápido de planos, paisajes espectaculares, uso de objetivos especiales. La banda sonora de John Barry ensalza todo el conjunto aportando un toque de dulzura con una de sus obras más interesantes.
En definitiva, ‘Walkabout’ es una pequeña obra maestra oculta durante años que sin duda merece la pena ser vista.