En la madrugada del jueves pasado falleció Carlos Llamas, la voz inconfundible de Hora 25, el programa informativo nocturno de la Cadena SER. Lo dirigía desde 1992 y venía a suceder a Manuel Campo Vidal en esas tareas. De aquellos primeros años no tengo recuerdos, puesto que yo no escuchaba la radio a esas horas. Fue más o menos a partir de 1999 cuando me aficioné al programa y sobre todo a sus tertulias, que siempre se me hacían cortas. Me acuerdo de los programas de la noche del 11 de septiembre de 2001, que fue un día para la historia (también de la radio), y por supuesto, de los tensos días entre el 11 y el 14 de marzo de 2004. Pero bueno, la vida es así y todo tiene un final, a veces tan precipitado (y no del todo esperado) como este.
He estado revisando lo que la prensa local de Zamora dice de la muerte de Carlos Llamas y he visto una foto del multitudinario pregón que el periodista sanabrés dio en 1994 en la Plaza Mayor. Uno no puede dejar de pensar que ya no hay pregones como los de antes. Carlos siempre estuvo muy ligado a su tierra y, siempre que podía, dejaba caer su origen en las tertulias. Ayer y hoy en la Cadena SER se ha oído el nombre de Zamora y de Muelas de los Caballeros, su pueblo natal, mucho más de lo que posiblemente lo hará nunca. Ahora sólo nos queda un zamorano en los micros de la radio, Julio César Iglesias en RNE, amigo, por cierto, de Carlos Llamas.
Existe un tipo de humor que no tiene sentido fuera de su contexto histórico. No digo que esto ocurra con el semanario satírico Hermano Lobo, pero ciertamente ayuda a comprenderlo en toda su magnitud. Hermano Lobo nació en un momento crítico del final del franquismo. En aquellos primeros años setenta, el régimen dictatorial había comenzado una involución después de la «excesiva apertura» de los años sesenta. Una huida hacia adelante que dejaba atrás muchos huecos.
Uno de estos huecos de libertad lo aprovecharon un grupo de jóvenes humoristas con Chumy Chúmez a la cabeza. Según se comenta, se publicó casi a escondidas, sin publicidad, y con la firme intención de ser la heredera natural de La Codorniz, cuyo humor, sin dejar de ser genial, ya no conectaba tanto con las nuevas generaciones. El primer número salió el 11 de mayo de 1972 al precio de 15 pesetas. En tan sólo 16 páginas confluyeron gran cantida de talentos emergentes. En Hermano Lobo colaboraron Peridis, Forges, Perich o Manuel Summers y con textos de Manuel Vázquez Montalbán entre otros.
No hace falta decir que la revista tuvo sus problemas con la censura, a pesar de que en la mayoría de las ocasiones fue esquivada con habilidad e ingenio. Números secuestrados (por ejemplo el 153 por «menosprecio a la Justicia»), artículos que provocaron la apertura de expedientes. Hermano Lobo fue, por tanto, una ventana abierta más hacia otra forma de ver la vida lejos de la dictadura. Y con el fin de la dictadura, la revista dejó de tener el sentido para el que fue concebida. El 6 de junio de 1976 salió el último número.
Y así hasta hoy. Muchos de los que nacimos durante la transición no conocimos estas publicaciones. Ahora, gracias a internet y a un proyecto de colaboración entre la Universidad de Salamanca, José Ángel Ezcurra Carrillo y Ediciones Pléyades S.A., Hermano Lobo está digitalizado para la posteridad en internet, a una resolución bastante buena y lo que es más importante, totalmente gratis. Esta iniciativa viene a unirse a las del semanario Triunfo y la revista Tiempo de Historia. Sin duda unas fuentes inestimables para conocer la sociedad española de los años setenta.
Como estaba previsto, Televisión Española ha renovado su imagen corporativa. Los cambios son variados. Por una parte los grafismos de continuidad (las cortinillas) y por otro, y tal vez el más llamativo, el de las «moscas» de La 1 y de La 2. Pero vayamos por partes.
Primero decir que me ha sorprendido un cambio tan temprano, cuando las anteriores cortinillas fueron cambiadas por completo el 12 de septiembre del pasado año. En aquella ocasión el cambio me pareció muy bueno y muy acertado. Como dije entonces, TVE pasó a tener la mejor imagen corporativa de su historia. Han durado muy poco, porque ya están vigentes las nuevas. La nueva imagen nace con vocación de transición antes de la ruptura total (previsiblemente en enero). Pero no por temporal es menos interesante.
Lo primero que sorprende es que el color azul de «La Primera» cambia de tono. Ya no es el típico azul brillante. Se ha decidido jugar con diferentes tonalidades de azules, algunas un poco extrañas. El blanco y el negro también juegan un papel importante. Pensé que se iban a abandonar definitivamente los grafismos en 3D, pero de momento no ha sido así. La imagen me resulta un poco años ochenta. En cuanto a La 2, cede el color verde para convertirse en multicolor. Por lo demás, las cortinillas no son demasiado diferentes de las de La 1.
En general, los cambios me han parecido buenos, aunque echo de menos que fueran algo más planos y creo que los juegos de diagonales de «TVE Presenta» y de «Copyright» están desaprovechados. Podrían haberse integrado en las cortinillas. El tema de la mosca es ya algo más controvertido. Me parece bien que sean blancas, pero siguen siendo demasiado aparatosas. Decolorar los logos me parece insuficiente. Quedarían mejor semitransparentes y sin el anagrama de TVE. La mosca de La 2 me parece horrible. ¿Por qué no se ha seguido el mismo patrón que en La 1 y se ha dejado un «2» hueco? Espero que lo cambien porque estéticamente queda fatal.
Detallitos aparte, en general el cambio me parece correcto, bastante bueno, y sigue manteniendo un nivel gráfico alto, de los mejores en las televisiones de España. Ahora sólo nos queda aguardar al gran cambio que se nos avecina. Veremos si es para tanto. (Gracias al usuario de YouTube Sandyam2 por haber subido todos los vídeos tan rápidamente. Aprovecho para aconsejar que lo visitéis si sois aficionados a la identidad corporativa de las televisiones).
Por fin hoy era el día de la verdad para Público: el nuevo diario de Mediapro dirigido por Nacho Escolar salía a los quiscos. El lanzamiento ya venía precedido de cierta polémica algo gratuita. Autocontrol, el organismo encargado de velar por la corrección publicitaria en televisión, no dio su visto bueno al anuncio de televisión por incluir la frase «fuck Bush» en las camisetas de dos figurantes. El anuncio en sí no me parece de lo más afortunado por caer el todos los tópicos habidos y por haber (el magnate con el puro, la marioneta, la manifestación de cartón piedra sobre la vivienda me parecen demasiado evidentes).
Esta mañana fui al quiosco pensando en que quizás no lo tuvieran. Los problemas de distribución son habituales cuando se lanza una nueva publicación. Por suerte todo fue bien. Junto con el diario daban un DVD con una película. Parece que será así hasta el próximo lunes. Hoy eran ‘Los Lunes al Sol’, mañana será ‘Farenheit 9/11’ y entre los siguientes títulos que se entregarán están, por ejemplo, ‘Goodbye Lenin’. Por cincuenta céntimos no está mal.
Entramos en materia. Estéticamente, Público no es nada del otro mundo. Nada de alardes gráficos. Nada desentona. Nada sobra. La maquetación es bastante buena, aunque yo quizás hubiera utilizado otras tipografías. En algunas páginas se mezclan demasiados estilos. Es de agradecer el uso de un cuerpo de fuente más grande de lo habitual para el texto de los artículos, lo que lo hace más fácil de leer. En el tema de publicidad, aunque hay bastante, no es intrusiva y se puede dejar fácilmente de un lado. Los colores elegidos para las secciones de Público me parecen acertados y hay algunos gráficos bastante buenos, como el de los presupuestos del Estado. Como conclusión, formalmente es similar a un diario gratuito al estilo de ADN, pero con más empaque, más contenidos y sin estridencias.
Si hablamos de los contenidos, Público apuesta por artículos más cortos, redactados de forma muy sencilla. Nada de parrafadas ni páginas sin apenas fotos. Abundan las columnas de opinión. Una curiosidad es que las primeras páginas del diario van dedicadas a los temas de portada, ya sean de ámbito nacional o internacional. Después la opinión y luego la sección internacional con el resto de noticias del planeta. «Política» se dedica a la actualidad nacional sobre partidos y sus polémicas (vamos, lo que es el politiqueo nuestro de cada día). Lo siguiente que encontramos es «Actualidad», con asuntos varios de España. Le siguen «Dinero» con todo lo que tiene que ver con la economía, incluyendo la cotización de la bolsa. «Ciencias» engloba temas sobre el medio ambiente, la salud o la tecnología. Tengo la impresión de que parte de esta información está sacada de internet, porque he leído artículos que me suenan vagamente de haberlos leído de alguna parte. Al menos no es un copiar y pegar. La sección «Culturas» abarca todos los campos de la creación, desde cine hasta música, tendencias, etc. La zona de pasatiempos me ha llamado la atención al incluir, además del consabido crucigrama y dos sudokus, una receta de cocina. Otro buen detalle son las dos páginas de cartelera con todas las películas y los cines de España exceptuando Madrid y Cataluña, que tienen ediciones propias. El diario se cierra con «Televisión» y «Deportes» que, acertadamente para mi gusto, no le dedica más que cuatro páginas. Por ser el número uno, Público lleva un suplemento con información sobre la plantilla y las ideas principales sobre las que pivotará la línea editorial del diario (vivienda digna, integración, solidaridad, laicidad, educación, etcétera).
Se ha criticado, creo que con razón, la portada de la edición nacional por ser algo sensacionalista/efectista (‘El hombre que hundió la tregua’ en caracteres blancos enormes frente a un fondo negro que, por cierto, destiñe). Esperemos que esto de los titulares-gancho no sea una práctica habitual en futuros números porque desmerecería el resto del diario.
Conclusión
La impresión que me ha causado Público ha sido en general bastante buena, mejor de lo esperado. Sólo algunos pequeños detalles que ya he contado han enturbiado esta opinión. Me parece una buena alternativa para aquellos que no tienen tiempo y/o ganas para profundizar en las noticias. Ahora sólo queda esperar y ver como crece la criatura para poder dar un veredicto concluyente.
Unos hablarán de independencia política, otros de cambio de estrategia, pero lo cierto es que ha sorpendido la dureza del diario El País con el Gobierno a costa de dos temas de máxima actualidad. El primero, el nuevo plan de la vivienda para fomentar el alquiler. El segundo, la «guerra del fútbol» entre Audiovisual Sport (Sogecable) y Mediapro. Son dos asuntos bien diferentes, pero también una muestra de que algo se está moviendo en el panorama de los medios de comunicación de centro/progresistas.
En el primer caso, la editorial del diario de PRISA del pasado miércoles era demoledor y no recuerdo en esta legislatura palabras tan duras contra el Gobierno y contra Zapatero:
EL GOBIERNO presentó ayer dos medidas para incentivar el mercado de la vivienda que corren el riesgo de
convertirse en un aparatoso fiasco político. […] Resulta un poco ridículo que el Gobierno presente como nueva una política de ayudas que ya existe. […] Resulta irritante el evidente ánimo electoral con el que se tramitó ayer la presentación de una ayuda pública que no es más que la corrección de otra que ya existe, sin explicar que ya existe y por qué no funciona.
No está de más recordar que estas medidas son costosas: los 210 euros mensuales supondrán al erario público casi 450 millones de euros. En España no se ha producido el debate público necesario sobre el destino del superávit presupuestario y, por ello, no están claros los criterios con los que debe utilizarse política y socialmente. Esta falta de criterio se aprecia en la aparición inarticulada de ayudas sociales que han brotado como champiñones las últimas semanas.
Es decir, que El País se alinea en las posturas pro-Solbes, o sea, con las actitudes más conservadoras dentro del PSOE.
En cuanto a la batalla por los derechos del fútbol entre Audiovisual Sport y Mediapro ando un poco perdido. Desconozco si ciertamente Mediapro ha incumplido un contrato o no. He leído el artículo que hoy publica El País titulado «‘Fuego amigo’ desde el entorno presidencial». Está escrito en un tono casi de opinión y trata de mostrar los lazos entre Zapatero y algunos dirigentes de Mediapro. Se dice que el Presidente intercedió para otorgar la licencia a La Sexta. A mi esto me suena a lo que a principios de los noventa dijeron los medios de la derecha con Felipe González y Canal+.
Sogecable (con PRISA y Telefónica como sus mayores accionistas) y Mediapro son dos sociedades dentro de los medios de comunicación que podríamos denominar «de la misma cuerda» políticamente hablando. El primero, ya veterano, se ha convertido en un dinosaurio, un clásico de referencia en Europa e iberoamérica que ha creado un imperio a partir de la prensa escrita y la televisión y el segundo es el joven pretendiente con la aspiración de ser la nueva PRISA. ¿Acaso la «guerra del fútbol» es una sucia estrategia publicitaria o una demostración de fuerza para que Mediapro salga en los medios ahora que lanza su diario Público?.
Esta nueva temporada televisiva que ahora estrenamos nos trae espacios que aún nos hacen confiar un poco en la caja tonta. He comprobado que en La 2 aún hay vida inteligente después del estreno el otro día de ‘Muchachada Nui’, el nuevo programa de Joaquín Reyes y los suyos (‘La Hora Chanante’). De momento en la primera entrega no han defraudado y siguen en plena forma.
Y tampoco podemos descuidar el «humor periférico» con dos veteranos que siguen siendo geniales. Naturalmente me refiero a ‘Vaya Semanita’ (ETB2) y en especial a la sección de ‘Los Batasunnis’, una especie de ‘Barrio Sésamo’ de herriko taberna y que saben como nadie reírse de sus propios problemas, incluyendo el terrorismo y la kale borroka, con imaginación y lo que es más difícil, sin ofender. Por último desde Cataluña llega la tercera temporada de ‘Polònia’ (TV3), otro clásico que con sus gags sobre la actualidad política española y catalana han traspasado su ámbito de emisión.
El fenómeno de YouTube ha amplificado la difusión de todos estos programas, de forma que podemos encontrar por la red prácticamente todos los programas. De hecho, La 2 y TV3 han colgado ellos mismos sus respectivos espacios. Os dejo con algunos ejemplos selectos de cada uno de estos tres programas:
‘Los Batasunnis’ en ‘Vaya Semanita’: ‘Juegos de mesa abertzales‘:
Desde el pasado 14 de septiembre, en las autopromociones y los avances de programación de La Primera de TVE, se ha cambiado la denominación. No es más que un ligero cambio que de momento no afecta a la imagen. Escuché que en vez del típico «… en La Primera» se decía «… en La 1». Efectivamente, esa pequeña modificación también se plasmó en la publicidad de prensa. Unido a esto, el lunes pude ver como la mosca con el logo de «La 1» se veía «raro», mal definido y algo más pequeño. Había que fijarse para darse cuenta. Por lo que leí después se estaba probando con una mosca semitransparente. Lo más extraño es que estas pruebas se realizaran sobre la marcha.
TVE está en plena reforma estética y de contenidos. A pesar de que hace apenas un año cambiaron todas las cortinillas y grafismos de continuidad, se comenta que en octubre habrá algunos cambios, aunque será de nuevo una reforma temporal. El gran cambio parece que vendrá en enero de 2008, con un rediseño general de las dos cadenas públicas nacionales, incluyendo nuevos logotipos (que prácticamente no cambian desde 1992) e imagen corporativa. Por lo poco que se sabe, el nuevo grafismo será totalmente plano, nada de 3D, y con tipografías gruesas. Aún es pronto para especular, así que tendremos que esperar unos meses.
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