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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
20 de septiembre de 2007

Público se ha presentado en público

Y valga el juego de palabras barato. La cuestión es que esta tarde me he encontrado con un artículo de la web «conservadora» Periodista Digital con vídeos de pequeñas entrevistas a Ignacio Escolar y Juan Pedro Valentín en la presentación ante los medios del nuevo diario Público. Al mismo tiempo, la edición digital Público.es está colgada, aunque aún sólo es una portada que pone «Público.es próximamente».


18 de septiembre de 2007

El blog de Bruno Cardeñosa

Desde hace más de un lustro sigo con atención la tertulia de la Zona Cero (o tertulia de las 4C), un espacio de culto dentro del programa ya de por sí venerado ‘La Rosa de los Vientos’ que se emite por Onda Cero. Los cuatro miembros de la tertulia más famosa del misterio son ya clásicos. Tres de ellos tenían ya su sitio web. Hasta la fecha, el último en llegar fue Jesús Callejo. Y la semana pasada llegó el blog de Bruno Cardeñosa.

Sin duda Cardeñosa es el más polémico de los cuatro y los aficionados a los temas que están al otro lado del mundo que vemos (creamos o no en ellos) llevábamos mucho tiempo esperando a que se estrenara en el ciberespacio. Por fin ese momento ha llegado. El formato elegido por Burno es la bitácora y promete no defraudar con los temas más interesantes y sobre todo, aquellos que nos harán pensar que quizás las cosas no son como nos cuentan.

Le he echado un vistazo rápido a la web y desde luego no defrauda. Expresiones como «cabeza de turco», «censura» o «verdad» pueden leerse con sólo mirar los titulares. En cualquier caso siempre es bienvenida una opinión más dentro de la maraña de internet, en la que por desgracia últimamente predomina la confusión y la endogamia del «copiar y pegar». Espero que el blog de Bruno Cardeñosa sirva al menos para abrir un poco la mente a quienes nunca se cuestionan nada, más allá de que sus argumentos convenzan o no.

17 de septiembre de 2007

Las primeras imágenes del nuevo diario Público

Imagen de la maquetación de Público

Ya comenté por aquí que Mediapro, productora televisiva y principal accionista de La Sexta, tiene proyectado lanzar un nuevo diario de tirada nacional con Ignacio Escolar de Escolar.net como director. Según cuentan los rumores, el miércoles 26 de este mes estará en los quioscos. La fecha me resulta demasiado temprana. Que yo sepa aún no hay ninguna campaña publicitaria ni en radio ni en televisión. ¿Va a ser un lanzamiento por sorpresa?

Por internet circulan ya las primeras imágenes de la maquetación del diario. Como era de esperar después de ver los trabajos de Cases i Associats, el estilo es muy similar a otros diseños suyos como ADN o Clarín. Grandes tipografías, cabecera en rojo, profusión de fotografías y gráficos. Esperemos que la calidad de sus contenidos y la seriedad a la hora de tratarlos sea un poco mejor que la de sus colegas gratuitos. Pero para eso hay que tenerlo entre las manos. Será entonces cuando haga una crítica más detallada.

Lo que más me choca es que prácticamente todas las informaciones y rumores que circulan por internet sobre el lanzamiento de Público provienen de medios de la derecha como El Confidencial Digital, Libertad Digital o El Mundo. La explicación es clara. Se supone que el nuevo diario que ocupará un espacio a la izquierda de El País le quitará lectores e incluso cederá el liderazgo de la prensa por un diario de derechas (El Mundo es el único que puede conseguirlo). Yo no creo que esto llegue a ocurrir. Público nace con unas perspectivas bastante humildes y es difícil que los lectores de un diario serio, con solera y prestigio internacional como El País pasen por el aro de Público. Mucho se lo tienen que trabajar. Será interesante ver qué es lo que ocurre.

4 de septiembre de 2007

Dos puntos de vista sobre la economía mundial

Estos días estoy viendo los documentales producidos por TVE sobre el nuevo orden económico mundial, llamado ‘Voces Contra la Globalización’. Fueron emitidos por La 2 el año pasado y son el perfecto manual de iniciación a ese fenómeno que está en boca de todos, pero que muchos no tenemos perfectamente claro en qué consiste. Me refiero por supuesto a la tan traída y llevada globalización. La principal virtud de estos programas es la claridad en la exposición, centrándose principalmente en las consecuencias reales que ya estamos sufriendo (precariedad laboral, indefensión, incapacidad política frente al poder económico, inmigración irregular).

El panorama que presenta la serie no es precisamente alagüeño para el futuro y vaticina un conflicto norte-sur bastante serio en no muchos años. Me ha llamado la atención el escenario que muchos expertos proponen hacia el 2035, cuando la mano de obra menos cualificada, que es la más abundante en los países del tercer mundo, sea sustituida por sistemas automatizados por ser más baratos y productivos. ¿Qué ocurrirá cuando las prendas de ropa o los automóviles los fabriquen exclusivamente las máquinas? ¿Qué ocurrirá con los trabajadores? ¿Una revolución? ¿Una tranquila transición? Son hipótesis inquietantes que tendrán que confirmarse dentro de unas pocas décadas.

Aparte de ‘Voces contra la Globalización’, otro de los documentales sobre economía que he visto últimamente es Commanding Heights: La Lucha por la Economía Mundial’. Se trata de varios capítulos en los que se ofrece una visión muy diferente de la globalización, intentando hacer pedagogía a favor de una economía global. Ha sido producido por la PBS, la televisión pública norteamericana. Está muy bien documentada, aunque son demasiado fríos, teóricos y deshumanizados. Me ha gustado el primer episodio, con la contraposición de las dos grandes figuras de la economía del siglo XX, Keynes (favorable al intervencionismo del Estado) y Hayek (uno de los padres del neoliberalismo económico).

A partir de aquí, en los siguientes capítulos la narración deriva, para mi gusto, en postulados a favor del liberalismo económico radical, las privatizaciones de los servicios públicos (curioso viniendo de una televisión pública) y contra la regulación estatal. Pasa de puntillas por los gravísimos inconvenientes sociales del capitalismo salvaje. No en vano se han convertido en unos de los documentales de cabecera para los amigos del neoliberalismo.

2 de septiembre de 2007

¡Sí, Ministro!

Imagen de la cabecera de la serie

No se puede decir que el género de la comedia política sea muy habitual. Mucho menos si la situamos en una teleserie. Sólo los británicos con su peculiar humor podían conseguirlo con resultados tan buenos como en ‘Sí, Ministro’ (‘Yes, Minister’). Ideada por Antony Jay y Jonathan Lynn, fue emitida por la BBC 2 entre las temporadas de 1980 y 1984. Por lo que he leído fue muy popular entonces y casi se convirtió en un fenómeno social que alcanzó incluso a la primera ministra, Margaret Tatcher, que no se la perdía nunca. No tengo noticia de que se haya emitido en España, pero los 21 capítulos pueden conseguirse en DVD.

‘Sí, Ministro’ es una típica comedia de situación británica que narra las desventuras de James Hacker, un funcionario con gran experiencia en el mundo de la gestión administrativa que es nombrado Ministro de Asuntos Administrativos (aquí sería algo así como el Ministro de Administraciones Públicas). A lo largo de todos los episodios luchará por dirigir su propio ministerio, enfrentándose a sus, en teoría, subordinados. Por un lado el maquiavélico y sibilino Secretario Permanente Sir Humphrey Appleby, un perro viejo que sabe mover los hilos para calmar las ansias reformistas de su superior y que todo siga como está y por otro Bernard Woolley, el Secretario Privado Principal del Ministro. El paralelismo con la vida política británica de la época es evidente, con multitud de guiños a la actualidad nacional de aquel tiempo. Algunos años después tuvo una continuación llamada ‘Sí, Primer Ministro’ (‘Yes, Prime Minister’).

El estilo no puede ser más inglés. Jerez en botellas de cristal tallado, chimeneas, despachos victorianos, funcionarios trajeados, taxis londinenses y la tan típica mezcla de vídeo para las escenas de interiores y cine para las exteriores. Eso sí, la serie sólo es recomendable para aficionados a la política y a los tejemanejes e interioridades de un Gobierno. El resto sólo verá diálogos aburridos y escenografía obsoleta.

31 de agosto de 2007

La «nueva» temporada televisiva que nos espera

A lo largo de los últimos días, las cadenas de televisión preparan sus motores para comenzar la carrera por la audiencia de esta temporada. Yo, sufrido televidente (muy) ocasional, miro cada vez con más recelo la «caja tonta». Y creo que con razón al comprobar las nuevas propuestas que los canales generalistas nos tienen preparados a partir de septiembre. No hay innovaciones, no hay riesgo. Sólo los mismos programas con distintos nombres, reediciones de viejos éxitos, convencionalismos que triunfan por inercia.

La televisión está sufriendo un lento pero inexorable proceso de degeneración y de falta de ideas. En definitiva, un conservadurismo en los contenidos que roza el insulto. La única que se salva un poco de la quema es La 2, no por innovadora, que ya no lo es, sino por que es el único reducto (aunque dañado) de televisión real. Del resto apenas puedo ver diferencias destacables. Nuestra última esperanza era Cuatro. La cadena de Sogecable sigue teniendo algunos buenos programas (‘Callejeros’ por ejemplo), pero también ha ido incorporando otros como el engendro machista y vacío de ‘Supermodelo’ y otros espacios que, si en un principio fueron novedosos, al final se han acondicionado a la norma.

Y como he repetido más de una vez, mis críticas no vienen porque confunda grandes audiencias con telebasura (ni telebasura con programas sin imaginación ni interés), porque no creo en ello. Un buen programa puede tener audiencias millonarias sin recurrir a tópicos ni a fórmulas fáciles y usadas millones de veces. Aún defiendo esa opinión. Es precisamente por eso que me molesta especialmente el recurso facilón para obtener espectadores (humor de brocha gorda, sexo y cotilleo público o privado). Pero ni las productoras ni las cadenas necesitan ya romperse la cabeza para triunfar. Basta con repetirse y copiarse.

Es por esto que me alegro más que nunca de que existan los canales temáticos, internet y sobre todo el eMule. Y por suerte somos cada vez más los que llevamos años «migrando» de la televisión convencional hacia la red de redes. Al menos en mi casa, antes que la antena prefiero mi pequeño reproductor de DivX.

26 de agosto de 2007

Otoño caliente en los quioscos

Todos los indicios apuntan a que este otoño habrá que estar muy atentos al quiosco. Aparte del rediseño completo del diario El País para adaptarlo a los nuevos tiempos, parece ser que, como mínimo, surgirá un nuevo diario que intentará arrebatar parte de los lectores al periódico de PRISA. Se llamará Público (o El Público) y su linea editorial, para entendernos, se situará a la izquierda de El País y nacerá con la vocación de ser un diario periférico, al contrario que aquel. Detrás del accionariado está Mediapro, accionista de La Sexta y en su plantilla contará con nombres ilustres como Ignacio Escolar (uno de los bitacoreros más importantes de España con Escolar.net) o Juan Pedro Valentín (ex director de informativos de Telecinco). Su público objetivo será joven, urbano y de centro izquierda.

En cuanto al diseño, está detrás la agencia Cases i Associats, que han diseñado la maquetación de ADN, El Periódico de Catalunya, Avui o Clarín. Tendrá una media de 64 páginas, todas ellas a color. Público vendrá a cubrir una zona del espectro ideológico tradicionalmente abandonado como es el de la izquierda. En Francia Le Monde tenía a Liberátion a su izquierda, pero en España existía un vacío. Para empezar pegando fuerte, el diario se venderá a 50 céntimos. El resto de las informaciones que he podido leer no son más que ruido y maldades, aunque seguro que pronto tendremos nuevos datos.

En mi opinión lanzar un nuevo diario en papel me parece una temeridad que tiene muchas probabilidades de fracasar. El lector potencial al que va dirigido es urbano y nada tradicional, que prefiere internet para informarse o bien los diarios gratuitos. En cuanto al nombre, Público me parece algo cutre que recuerda más a una revista del corazón o a un programa casposo de televisión. Para nada se identifica con un ideal progresista. Habrá que esperar a tener el primer número en las manos para opinar con más fundamento.



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