En el Ciberpaís de hoy se ha presentado la VII edición de la ‘radiografía de webs municipales’. Se trata de un estudio pormenorizado de todos los sitios de ayuntamientos de más de 50.000 habitantes. Entre los datos que se tienen en cuenta están los servicios que se prestan, la usabilidad, la accesibilidad del sitio y el tiempo de respuesta a las dudas y propuestas de los ciudadanos. Todos estos aspectos van sumando puntos para conformar un ranking.
El primer lugar sigue siendo indiscutiblemente la web del ayuntamiento de Barcelona, que incorpora las últimas tendencias en desarrollo web que, en su actual versión, ofrece todos los servicios posibles. En accesibilidad ofrece una web donde explica como acceder a todas las mejoras para deficientes visuales, teniendo en cuenta navegadores web minoritarios como Konqueror, Opera o Safari. En cuanto a la parte visual, el diseño es funcional y práctico, con todas las secciones perfectamente organizadas y un mapa web visible.
Por contra, Madrid aparece en un discreto puesto 19, por detrás de, por ejemplo, Logroño, Alicante o Castellón. Y si nos vamos mucho más abajo, concretamente hasta el puesto 117, nos encontramos con la web de nuestro querido ayuntamiento de Zamora. Se trata de un resultado pésimo si tenemos en cuenta que el año pasado éramos el 81. El descenso ha sido ni más ni menos de 36 posiciones. No hemos empeorado, es que otros han mejorado y mucho. Toque de atención pues para nuestro ayuntamiento y ojalá que se ponga las pilas y renueve una web que lleva años sin tocarse. Esta inacción es buen ejemplo de que por nuestras tierras se da la espalda a las nuevas tecnologías. Este atraso no es culpa sólo de las instituciones provinciales y municipales, sino también de los propios ciudadanos, que en su mayoría están todavía muy lejos de tener una «cultura de la sociedad de la información».
Pienso que la publicidad es un fiel reflejo de una sociedad. Tanto en la forma como en el fondo y en los temas tratados. He estado viendo unos vídeos con anuncios de 1990, 1991 y 1992 y está claro que el arte de la publicidad es efímero. Del centenar o más anuncios, sólo unos diez no están «pasados de moda» y podrían ser válidos hoy día. Parece que no ha pasado tanto tiempo, pero muchos de ellos resultan ser tan ridículos que parece mentira que en su día los tomáramos en serio.
Los códigos del lenguaje publicitario han cambiado radicalmente en los últimos años. Quizás el punto de inflexión habría que situarlo hacia 1992 o 1993, en la era post-olímpica, cuando España entró realmente en la escena internacional. Antes de esa fecha, la publicidad no era espectacular a ojos de un espectador actual, no tenía efectos digitales y en general, vista hoy, me parece demasiado seria y encorsetada. No seria en cuando a la temática, sino más bien en la escenificación. Los mensajes transmitidos eran todavía muy básicos.
Me da la impresión de que la publicidad se ha ido «juvenilizando» (perdón por la palabra inventada) y ahora incluso infantilizando. Me viene a la mente el anuncio de un monovolumen de Citroën. La publicidad parece ahora dirigida al sector más joven de la población que es tal vez la más permeable a los mensajes. También se insiste en el impacto y la brevedad recurriendo a imágenes espectaculares que consigan llamar la atención de entre la masa de publicidad que crece día a día. Otra cosa que ha variado es el fondo. Antes el producto era el rey. Ahora no se publicita el producto, sino un estilo de vida, una sensación, una idea, un valor añadido más allá del mero objeto físico. El producto queda solapado e incluso no sale en pantalla.
El 9 de octubre de 1989 yo tenía once años. Aquella tarde-noche, en el ‘Telediario’ de las nueve, el entonces presentador Luis Mariñas abría con una noticia que no tenía que ver con el «telón de acero», ni con la perestroika, aunque venía de aquella convulsa zona. Según la agencia de noticias soviética TASS, el 27 de septiembre, un objeto volador no identificado aterrizó en una ciudad del centro de Rusia llamada Voronezh. De él, según este relato, salieron tres seres de unos tres metros, con pequeñas cabezas y tres ojos. Junto a ellos lo que parecía ser un robot. En el mismo lugar del aterrizaje, un parque de la ciudad, jugaban unos niños que fueron los testigos principales de tan extraño acontecimiento. Pero los hechos no quedan ahí. Según relataron, uno de los supuestos extraterrestres disparó a uno de los niños, que desapareció, volviendo a «reintegrarse» cuando los seres regresaron a su nave.
Lo cierto es que desde el primer día aquel asunto me resultó de lo más increíble. Casi tan increíble como la repercusión que la noticia había tenido en prácticamente todos los medios de Europa. En España, aparte del ‘Telediario’, el programa ‘Informe Semanal’ dedicó uno de sus reportajes al OVNI de Voronezh, con el título de ‘Extraterrestres en la Perestroika‘. Gracias a YouTube he podido recuperar aquellas emisiones. Pero no sólo la televisión, también diarios de tirada nacional como El País reproducían la noticia el 10 de octubre de 1989:
La agencia Tass informa que científicos soviéticos estudian el aterrizaje de un ovni. El artefacto apareció a 500 kilómetros de Moscú
Científicos del Laboratorio de Geofísica de Voronezh, a 500 kilómetros al sureste de Moscú, han confirmado el reciente aterrizaje de un objeto volante no identificado, y han hallado «pisadas de alienígenas que dieron un pequeño paseo por el parque» de esa ciudad, informa hoy la agencia Tass. «Una gran bola o disco brillante fue visto sobrevolando el parque. Luego aterrizó, se abrió una escotilla y salieron una, dos o tres criaturas con formas humanas, así como un pequeño robot», dice Tass, citando a «testigos presenciales». Según estos testigos, señala la agencia oficial soviética, los extraterrestre medían «tres o cuatro metros de alto, pero tenían unas cabezas muy pequeñas». «Hemos identificado el lugar del aterrizaje mediante sistemas de biolocación», declaró a Tass Genrij Silanov, jefe del Laboratorio de Geofísica de Voronezh. «Detectamos un círculo de 20 metros de diámetro. Encontramos una misteriosa piedra de color rojo oscuro», dijo Silanov. El análisis mineralógico de la roca mostró que en la Tierra no existe una análoga. El método de biolocación fue empleado igualmente para detectar las huellas de las criaturas que bajaron del OVNI, según Silanov. El investigador manifestó que el camino que identificaron por medios científicos como el recorrido de los alienígenas, coincide con la descripción de los testigos, así como otras circunstancias del aterrizaje.
Durante los días siguientes, el caso siguió coleando en los medios, hasta que se extinguió por completo. Nada se volvió a saber del tema. Tanto entonces como ahora me hice un montón de preguntas: ¿era cierto lo ocurrido? ¿tendría una explicación racional? ¿por qué los medios se hicieron tanto eco de aquello?
Cabe recordar que la agencia TASS, propagadora de la noticia, era hasta entonces un medio respetable y que pertenecía al aparato de la Unión Soviética. La opacidad informativa del gigante comunista comenzaba a abrirse al mundo. Los países del este estaban de moda y todo el mundo estaba mirando hacia ellos. Pero también no era menos cierto que la URSS se estaba resquebrajando, y la necesidad quizás de desviar la atención hacia noticias más extraordiarias, hizo que durante 1989 y 1990, la agencia TASS y otros medios soviéticos propagaran teletipos sobre Yetis siberianos (en aquella época tuve un recorte de una noticia sobre este tema pinchado en mi tablón durante una buena temporada), OVNIs y otros hechos fuera de toda explicación.
Como era de suponer, el teletipo enviado a los medios eran tan espectacular como poco contrastado. Durante los días siguientes a la publicación de la noticia, numerosos periodistas e investigadores se desplazaron hasta Voronezh para buscar y entrevistar a los niños testigos y a los científicos que habían realizado las pruebas en el lugar del aterrizaje. Se comprobó que los miembros del Laboratorio de Geofísica de Voronezh no eran tales, sino aficionados al fenómeno OVNI. Todos los elementos del caso fueron mutando y confundiéndose entre sí. Los testigos iniciales ya no eran los que decían ser y el lugar de aterrizaje tampoco era el mencionado en un principio. Las pruebas materiales desaparecieron o tuvieron explicación, como la piedra que dejaron los extraterrestres, que resultó ser de óxido de hierro.
¿Era todo una invención o había un poso de realidad? Voronezh es una ciudad de unos 900.000 habitantes que debe buena parte de su prosperidad a la fábrica de aviones de Voronezh Pridacha, a 5 kilómetros. Fue el lugar donde se construyó y probó el Tupolev Tu-144, un avión supersónico para vuelos comerciales similar al Concorde, el Ilyushin Il-86 o el Ilyushin Il-96. A 7 kilómetros al suoeste se encuentra la base aérea militar de Voronezh Malshevo. La base sería un punto estratégico de despegue y aterrizaje de bombarderos nucleares en caso de guerra.
Es curioso, porque otros acontecimientos relacionados con los OVNIs también ocurrieron en lugares cercanos a bases militares (el caso más famoso es el de Roswell), lo que quizás nos hace pensar en algún tipo de experimento de origen terrestre, adornado después por la fantasía popular y utilizado por las autoridades soviéticas para desviar la atención de otros hechos más graves.
Recibí hace ya unas semanas una invitación para Joost. La tenía guardada ahí, en mi bandeja de entrada, sin hacerle mucho caso. Había leído algo sobre este nuevo invento que prometía revolucionar la forma en que vemos los vídeos. Prentendía ser una especie de nueva televisión. Ayer mismo abrí una cuenta en Joost, me descargué el software necesario para conectarse y estuve probándolo unos minutos. Lo que más me gustó es que se ejecuta siempre a pantalla completa. Me sorprendió lo rápido que carga los vídeos y lo ágil que resultan los menús para cambiar de un canal a otro. Joost, igual que otros «clones» similares, funciona a través de canales. Cada uno de los canales cuenta con vídeos. Son típicos los canales sobre documentales, vídeos musicales, deportes o de trailers de películas. Grandes empresas de comunicación como National Geographic, MTV o Warner aportan sus contenidos, aunque no siempre disponibles para el público de fuera de los Estados Unidos. De momento se trata de una beta pública y gratuita, aunque no sé si esto continuará así cuando salga la versión definitiva.
Dije antes que Joost tiene «clones». Uno de ellos es el español ADNStream. Cuenta con la ventaja de que no es necesario descargarse ninguna aplicación y que funciona casi tan bien como el original. Como mínimo es curioso.
Ahora pasamos de las propuestas más innovadoras a otras mas «tradicionales». En primer lugar tenemos Stage6, la apuesta de DivX por los vídeos on-line. Se puede considerar como un YouTube mejorado (que por cierto ya tiene web en castellano). Los clips son notablemente más grandes y de mejor calidad, pudiendo pasar a pantalla completa sin apenas pérdida de calidad. La pega es que hay que instalar un plugin para nuestro navegador.
Por último, para los que quieren ver la tele de toda la vida, tenemos a Zattoo. Bajo este nombre se esconde una aplicación que permite ver los canales de televisión convencionales con una calidad decente. No lleva mucho tiempo funcionando y en España sólo se pueden ver 12 canales (los seis canales nacionales más 24 Horas de TVE, Deutsche Welle, France 24 en inglés, SF Info, TeleDeporte y TVPolonia). Es de suponer que se irán añadiendo nuevos canales con el tiempo.
Está claro que la proliferación de la banda ancha está provocando la aparición de servicios cada vez más complejos y de más calidad. YouTube abrió el paso hace casi dos años y ahora la pantalla completa es el nuevo reto.
Una de las series de documentales que he estado viendo últimamente es ‘Un Arquitecto en una Ciudad’ (‘Promenades d’Architecte’), una producción francesa realizada entre 2003 y 2005 por France 5 y el SCÉRÉN-CNDP (una entidad estatal dedicada a producir recursos para la enseñanza). Aquí en España la emitión el canal temático Viajar en el año 2006.
La principal originalidad de este espacio es que un arquitecto francés de renombre desgrana y ofrece su punto de vista sobre una ciudad. En un principio los documentales se limitaban a diseccionar ciudades francesas, pero pronto se amplió el espectro hacia el resto del mundo. Las ciudades elegidas son de lo más variadas y pertenecen a los cinco continentes. Desde Berlín a Shangai, pasando por Dubai, Nueva York o París. Así hasta completar una decena de urbes.
El contenido de cada uno de los capítulos varía bastante de uno a otro, aunque supongo que depende de los gustos de cada uno y del arquitecto. Por ejemplo el episodio de Venecia me parece demasiado abstracto, al contrario que los de Londres o Berlín, que son mucho más concretos y detallados.
Me parece que es una idea muy buena y que nuestra cadena estatal debería copiar y adaptarla a nuestras ciudades. No sería por falta de arquitectos de renombre. Lo más parecido que recuerdo fue una serie que presentaba el humorista y arquitecto Peridis en TVE y que no me viene a la memoria su título. Conocer los rudimentos del buen urbanismo es la base para que todos exijamos ciudades más humanas y no nos den «gato por liebre», como desgraciadamente pasa a menudo.
Hace unos días se anunció que el diario El País cambiaría para adaptarse a los tiempos que corren. Se hablaba del día 30 de septiembre. Pero ¿en qué cambiará? ¿Se quedará en un mero lavado de cara? ¿Se modificará la ya emblemática cabecera? ¿La tipografía?
Es difícil saberlo. Al igual que es difícil establecer cuales deben ser las características de un diario escrito de hoy día. Con el auge de los medios electrónicos, los de papel se están quedando atrás poco a poco. Es indudable que tarde o temprano desaparecerán o quedarán reducidos a algo testimonial. Pero esa desaparición será lenta y directamente proporcional al auge de dispositivos portátiles realmente eficaces que sustituyan al papel, que, de momento, es el más portátil de todos.
He elaborado una lista con las que, según mi parecer, son las características que debería tener un diario en papel del siglo XXI:
Mayor participación de los lectores. Los ciudadanos deben tener un lugar destacado. Textos, opiniones, fotografías. La técnica, como los móviles con cámara, ha permitido que cualquiera pueda ser un periodista accidental. Ningún medio puede desdeñar este potencial. El lector sentirá que su periódico habitual está más cerca de las inquietudes reales de la gente.
Más espacio para elementos visuales. No sé si por desgracia o por suerte vivimos en la sociedad de la imagen. Si echamos la vista atrás, en el siglo XIX los diarios eran interminables columnas de texto impensables hoy día. Las fotografías, los gráficos estadísticos y las infografías en buena medida sustituirán al texto puro y duro.
Grandes secciones de opinión y análisis. A falta de inmediatez, la prensa escrita cuenta con una ventaja frente a medios como la televisión. Cuentan con más espacio para desarrollar las noticias, aportando diferentes puntos de vista, analizando el por qué y las consecuencias de lo que sucede en el mundo. Otra baza importante es la aportación de la opinión de grandes firmas de prestigio reconocido.
Aportar recursos para ampliar información. El espacio de un diario de papel es limitado, por eso debe ofrecerse al lector recursos como enlaces de internet o bibliografía que permitan expandir la noticia o el análisis más allá del artículo concreto.
Un «diario limpio». Compromiso con la ecología. Los diarios en papel son la antítesis de la ecología. La fabricación del papel y de la tinta no es precisamente limpia. El fomento para el desarrollo de técnicas de fabricación sostenibles parece una buena idea.
Si alguien de PRISA lee esto (cosa que no creo), estaría bien que lo tuvieran en cuenta.
El pasado domingo, el diario El País publicaba en uno de sus suplementos un interesante reportaje sobre los precedentes alemanes al mayo del 68 francés. El artículo rescata del olvido el origen, auge y declive del movimiento estudiantil alemán. La culminación del movimiento germano tuvo lugar el 2 de junio de 1967, en una protesta con motivo de la visita a Berlín del Sha de Persia, el dictador que dirigía Irán con la connivencia de los Estados Unidos.
Lo más sorprendente es que el Sha llevaba entre su guardia personal a «matones» que, ante las manifestaciones, se tomaron la justicia por su cuenta. Contaban también con la complicidad de la policía alemana, dirigida aún por antiguos y activos simpatizantes nazis como Hans-Ulrich Werner. Con estos mimbres, nada bueno podía suceder. Y así fue. Durante los incidentes fue asesinado uno de los líderes del movimiento de los estudiantes, Benno Ohnesorg. Esto provocó que la sección más radical (de tendencias marxistasde los manifestantes reaccionaran. Aquel fue el comienzo de una rebelión encabezada por Rudi «el Rojo», un estudiante de la RDA huído al oeste. Rudi mantenía un curioso discurso. A pesar de su filiación de extrema izquierda, criticaba a la Alemania comunista y la tachaba de «fascismo de izquierdas». Rudi también terminó asesinado un año después.
El movimiento estudiantil, en un principio pacífico, devino en multitud de grupos a principios de los setenta. Algunos fueron muy radicales y se constituyeron en bandas terroristas, como la RAF o Fracción del Ejército Rojo. La RAF cometió varios atentados sobre todo en los setenta y principios de los ochenta. El artículo muestra una historia sórdida de destrucción y muerte. Paradójicamente, algunos simpatizantes de las corrientes de izquierdas pasaron después a formar parte del poder al que criticaban. Es el caso del ex ministro de exteriores alemán Joschka Fischer. Cosas de la vida.
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