23 de septiembre de 2007
‘El Viento que Agita la Cebada’ es una de esas películas que tienen vocación de obra clásica. Por su factura, sin alardes estilísticos más allá de una buena fotografía, y por el empaque de los actores, que son capaces de construir unos personajes creíbles, humanos y muy intensos. Justo lo que la historia requiere.
El último trabajo del británico Ken Loach (Warwickshire, 1936) tiene todos los rasgos habituales de su filmografía. Loach es famoso por no morderse nunca la lengua y manifestar película tras película aquello que otros no se atreven a contar. No en vano se trata de uno de los realizadores más comprometidos políticamente de nuestro tiempo. Ha retratado como pocos la realidad social británica, las injusticias cometidas sobre la clase trabajadora de hoy y de otros tiempos (la genial y agridulce tragicomedia ‘Lloviendo Piedras’) y por supuesto los conflictos políticos, ya sean armados o no. Recordamos ‘Tierra y Libertad’, sobre nuestra guerra civil y rodada en España con actores españoles.
En esta ocasión, Loach pone su cámara en los últimos años de la Irlanda británica, a comienzos de los años veinte del pasado siglo. ‘El Viento que Agita la Cebada’ cuenta la historia del génesis del Ejército Republicano Irlandés (IRA) como respuesta a la brutal ocupación británica. Pero más allá de la situación histórica, el argumento de la película es un tratado sobre la traición, la venganza y el choque entre los dilemas morales y las convicciones políticas. Los protagonistas siempre están al filo de sus propias ideas, llevándolas al extremo. Ken Loach consiguió en 2006 la Concha de Oro del Festival de Cine de Cannes por esta obra.
22 de septiembre de 2007
Unos hablarán de independencia política, otros de cambio de estrategia, pero lo cierto es que ha sorpendido la dureza del diario El País con el Gobierno a costa de dos temas de máxima actualidad. El primero, el nuevo plan de la vivienda para fomentar el alquiler. El segundo, la «guerra del fútbol» entre Audiovisual Sport (Sogecable) y Mediapro. Son dos asuntos bien diferentes, pero también una muestra de que algo se está moviendo en el panorama de los medios de comunicación de centro/progresistas.
En el primer caso, la editorial del diario de PRISA del pasado miércoles era demoledor y no recuerdo en esta legislatura palabras tan duras contra el Gobierno y contra Zapatero:
EL GOBIERNO presentó ayer dos medidas para incentivar el mercado de la vivienda que corren el riesgo de
convertirse en un aparatoso fiasco político. […] Resulta un poco ridículo que el Gobierno presente como nueva una política de ayudas que ya existe. […] Resulta irritante el evidente ánimo electoral con el que se tramitó ayer la presentación de una ayuda pública que no es más que la corrección de otra que ya existe, sin explicar que ya existe y por qué no funciona.
No está de más recordar que estas medidas son costosas: los 210 euros mensuales supondrán al erario público casi 450 millones de euros. En España no se ha producido el debate público necesario sobre el destino del superávit presupuestario y, por ello, no están claros los criterios con los que debe utilizarse política y socialmente. Esta falta de criterio se aprecia en la aparición inarticulada de ayudas sociales que han brotado como champiñones las últimas semanas.
Es decir, que El País se alinea en las posturas pro-Solbes, o sea, con las actitudes más conservadoras dentro del PSOE.
En cuanto a la batalla por los derechos del fútbol entre Audiovisual Sport y Mediapro ando un poco perdido. Desconozco si ciertamente Mediapro ha incumplido un contrato o no. He leído el artículo que hoy publica El País titulado «‘Fuego amigo’ desde el entorno presidencial». Está escrito en un tono casi de opinión y trata de mostrar los lazos entre Zapatero y algunos dirigentes de Mediapro. Se dice que el Presidente intercedió para otorgar la licencia a La Sexta. A mi esto me suena a lo que a principios de los noventa dijeron los medios de la derecha con Felipe González y Canal+.
Sogecable (con PRISA y Telefónica como sus mayores accionistas) y Mediapro son dos sociedades dentro de los medios de comunicación que podríamos denominar «de la misma cuerda» políticamente hablando. El primero, ya veterano, se ha convertido en un dinosaurio, un clásico de referencia en Europa e iberoamérica que ha creado un imperio a partir de la prensa escrita y la televisión y el segundo es el joven pretendiente con la aspiración de ser la nueva PRISA. ¿Acaso la «guerra del fútbol» es una sucia estrategia publicitaria o una demostración de fuerza para que Mediapro salga en los medios ahora que lanza su diario Público?.
21 de septiembre de 2007
Desde el pasado 14 de septiembre, en las autopromociones y los avances de programación de La Primera de TVE, se ha cambiado la denominación. No es más que un ligero cambio que de momento no afecta a la imagen. Escuché que en vez del típico «… en La Primera» se decía «… en La 1». Efectivamente, esa pequeña modificación también se plasmó en la publicidad de prensa. Unido a esto, el lunes pude ver como la mosca con el logo de «La 1» se veía «raro», mal definido y algo más pequeño. Había que fijarse para darse cuenta. Por lo que leí después se estaba probando con una mosca semitransparente. Lo más extraño es que estas pruebas se realizaran sobre la marcha.
TVE está en plena reforma estética y de contenidos. A pesar de que hace apenas un año cambiaron todas las cortinillas y grafismos de continuidad, se comenta que en octubre habrá algunos cambios, aunque será de nuevo una reforma temporal. El gran cambio parece que vendrá en enero de 2008, con un rediseño general de las dos cadenas públicas nacionales, incluyendo nuevos logotipos (que prácticamente no cambian desde 1992) e imagen corporativa. Por lo poco que se sabe, el nuevo grafismo será totalmente plano, nada de 3D, y con tipografías gruesas. Aún es pronto para especular, así que tendremos que esperar unos meses.
Para seguir día a día este asunto recomiendo el hilo dedicado al cambio en el foro de Mundoplus.tv.
19 de septiembre de 2007

El pasado sábado estuve de viaje en Portugal y más que en los monumentos y en otras historias, me fijé en los carteles de las autopistas y en las marcas del pavimento. Pensaba que la normativa en este tema era más homogénea en los estados de nuestro entorno, o al menos en países en teoría tan parecidos como España y Portugal. Pero lo cierto es que son bastante diferentes y existen algunos detalles y algunas señales viales que nosotros no tenemos. Me parecieron especialmente curiosas unas marcas amarillas con forma de «V» invertida a lo largo del carril de la autopista. Hasta que no vi un cartel no supe que se trataba de algo relacionado con la distancia de seguridad que se ha de guardar con el vehículo precedente.
Me picó la curiosidad y me he puesto a buscar por internet información sobre señales viales y cartelería varia en autopistas de todo el mundo. Sorprendentemente no he encontrado gran cosa. Ha sido una decepción porque pensé que encontraría algo más más allá de las highways norteamericanas. Aún así, algo hay. A nivel de América Latina existen un hilo dentro de un foro dentro de la web de urbanismo Skycrapercity exclusivamente dedicado a la señalización de las autopistas con especial atención a las de Argentina, Chile y México. Como curiosidad indicar que muchas de las de Chile me parecieron muy similares o iguales a las españolas, especialmente la tipografía y la forma de los paneles elevados. Otra gran fuente de información es el apartado Roads and Highways/Signs and Signals del directorio de Google.